Asia se beneficia de unas valoraciones interesantes, una presencia reducida por parte de los inversores y unos fundamentales positivos, por lo que es mucho más que una mera alternativa de inversión. Así lo explica en esta entrevista con Funds Society Jean-Marc Routier, estratega de producto del equipo de renta variable asiática de BlackRock, convencido de que hay muchos motivos fundamentales para invertir en renta variable asiática, un activo aún poco favorecido por los inversores: no solo su crecimiento supera al del resto del mundo, sino que las reformas están mejorando su calidad y hay sólidos avances en urbanización, consumo y el sector servicios que no puede pasar por alto. Además de China, que domina el universo de inversión, habla del atractivo de mercados como India e Indonesia.
¿Están volviendo los inversores al mercado de renta variable asiática como alternativa a los elevados precios de EE.UU.? ¿Es Asia una mera alternativa o existen motivos fundamentales para invertir?
Los inversores siguen estando relativamente infraponderados en renta variable asiática (fuente: EPFR). Si bien Asia efectivamente representa una buena alternativa frente a otros mercados, además de una buena fuente de diversificación, los inversores siguen siendo cautos en sus asignaciones, dado que aún no están seguros sobre la situación de China y aún no confían en la tendencia de recuperación de los beneficios empresariales que estamos observando desde hace 18 meses. Creemos que Asia se beneficia de unas valoraciones interesantes, una presencia reducida por parte de los inversores y unos fundamentales positivos. Los motivos fundamentales para invertir en Asia son que su crecimiento está superando al del resto del mundo, las reformas están mejorando la calidad del crecimiento y se están produciendo sólidos avances en urbanización, consumo y el sector servicios.
El crecimiento podría ser uno de los motivos para regresar a los mercados de renta variable asiáticos, pero este crecimiento se verá ralentizado por el efecto de China. ¿Cree que el menor crecimiento lastrará las rentabilidades? ¿O un crecimiento más equilibrado será positivo para la región?
Creemos que el crecimiento de China se ha normalizado. De hecho, el crecimiento del PIB del país se ha duplicado del primer trimestre de 2016 al primer trimestre de 2017 en términos nominales. Esperamos que el crecimiento sea inferior al de hace una década, pero también prevemos que será de mejor calidad (menos dependiente de las inversiones de capital), lo que, en nuestra opinión, es positivo para los beneficios empresariales y, por tanto, para los mercados. Sí, definitivamente, un crecimiento más equilibrado constituye un factor positivo para la región.
En cuanto a China, ¿ve oportunidades en el marco del nuevo crecimiento del país? En el fondo BGF Asian Dragon, ¿apuesta por la nueva economía del país?
La contribución del consumo al crecimiento del PIB ha ganado relevancia durante el año y ahora representa alrededor del 66% del crecimiento de esta variable. La importancia del componente de la inversión se reducirá con el tiempo. La transición económica de un modelo impulsado por la inversión a otro basado en el consumo constituye un proceso de varios años, pero que se verá apuntalado por la urbanización, la creación de empleo (impulsada principalmente por el empleo del sector privado, debido al progreso de las privatizaciones), un sólido mercado laboral (con una tasa de desempleo muy reducida) y el crecimiento salarial. Recientemente, hemos presenciado un marcado crecimiento del sector del comercio electrónico e Internet: China cuenta con una de las penetraciones más elevadas del mundo en el comercio electrónico (15% de las ventas minoristas).
¿Cómo afectará a los mercados chino y asiático la reciente inclusión de las acciones A chinas en el índice de MSCI de mercados emergentes?
La decisión de incluir las acciones A chinas en el índice de MSCI representa un importante avance en la apertura de los mercados bursátiles chinos a la inversión extranjera y en la alineación de la ponderación de China en los índices mundiales con el incipiente estatus del país como superpotencia económica (la ponderación de China en el MSCI ACWI es de tan solo el 3%, pero en 2015 el país representaba alrededor del 17% del PIB mundial, según el FMI). Si bien la inclusión de las acciones A podría levantar los ánimos de forma temporal, creemos que su efecto en el mercado continental del país será mínimo en su fase inicial. En primer lugar, la inclusión no se hará realmente efectiva hasta mediados de 2018. En segundo lugar, el aumento de la inversión en el mercado de acciones A será modesto en un primer momento. El incremento de los flujos de entrada de la gestión activa en la fase inicial de la inclusión será mínimo al principio, dado que los inversores de estrategia activa que se posicionaron en esta clase de activo ya tenían la posibilidad de aumentar su exposición a través de los múltiples canales de acceso al mercado ya vigentes (como la licencia QFII y el programa Stock Connect).
No obstante, es probable que las repercusiones a largo plazo para los inversores sean de mayor calado. Cuando la inclusión se haya llevado a cabo por completo, la ponderación de China (las acciones chinas cotizadas en Hong Kong y las acciones A en conjunto) podría exceder el 40% en el índice MSCI EM. Por tanto, a medida que MSCI avanza hacia la inclusión total de las acciones A chinas, la asignación al gigante asiático será muy importante para los inversores internacionales desde el punto de vista estratégico. La entrada de más inversores institucionales también ayudaría a impulsar un positivo desarrollo de los mercados bursátiles continentales del país.
¿Hasta qué punto la ralentización de China y su deuda, además de sus problemas financieros, afectan al resto de Asia? ¿Existirán cortafuegos o el riesgo de que estos problemas se extiendan es real?
Si bien somos conscientes de que la deuda de China representa el 250% de su economía y está aumentando con celeridad, creemos que la preocupación al respecto es exagerada. La probabilidad de que el problema de la deuda se contagie es mínima, dado que China es una economía cerrada y la deuda se concentra en las empresas públicas, mientras que la deuda de los consumidores, el sector privado y el gobierno se sitúan en niveles muy reducidos. Pero, lo que es más importante, creemos que la tasa de morosidad ha tocado techo, dado que el progreso de las reformas en los últimos años está empezando a materializarse y muchos de los problemas estructurales, como el exceso de capacidad y el crecimiento del crédito, están empezando a solucionarse. Además, el momentum cíclico en China, junto con el repunte de la demanda global en los mercados desarrollados, también podría contribuir a apuntalar la economía.
Ante la situación de China, ¿existe el riesgo de que la volatilidad en los mercados bursátiles asiáticos repunte de nuevo, tal y como ocurrió en 2015?
Siempre existe el riesgo de que las situaciones impulsadas por catalizadores no fundamentales vuelvan a situarse en niveles más normalizados. Por el momento, creemos que la economía china funciona bien y no creemos que se estén formando burbujas preocupantes.
Además de china, ¿qué otras regiones ofrecen oportunidades aceptables que deberíamos tener en cuenta?
Actualmente, China representa un 35% del índice asiático (MSCI AC Asia ex Japan) y constituye su componente de mayor envergadura. No obstante, claro que observamos mucho valor en mercados más periféricos. En concreto, en este momento contamos con una elevada exposición a Indonesia, dado que estamos asistiendo a una normalización de su economía después de un periodo de crecimiento inferior a lo que estábamos acostumbrados. Nos gusta la India y también contamos con exposición a este país, especialmente a los sectores cíclicos y financieros. Actualmente, mantenemos una postura prudente en Filipinas, donde el déficit está aumentando.
Tras el marcado repunte que experimentó la renta variable asiática en 2016, ¿sigue siendo un buen momento para entrar en este mercado?
Las acciones asiáticas están cotizando por debajo de su media a largo plazo de los últimos 40 años, por lo que las valoraciones no han alcanzado aún los niveles de mitad de ciclo. La presencia de los inversores en este mercado es reducida. Los catalizadores de los beneficios deberían seguir en vigor, siempre y cuando las principales economías mundiales sigan protagonizando una normalización de sus crecimientos y la región pueda mantener sus programas nacionales de reformas.
Al invertir en Asia, ¿cuál es el factor más importante que debemos tener en cuenta: el plano macroeconómico o los fundamentales de las empresas?
El equipo de renta variable asiática considera que los precios de las acciones fluctúan en función de los fundamentales, la liquidez y la percepción del riesgo. A menudo, los mercados protagonizan drásticos cambios de confianza y no evalúan correctamente el valor real de las empresas. Al combinar el análisis de los fundamentales con el conocimiento sobre el mercado, basándonos en los análisis cuantitativos, cualitativos y técnicas de valoración, somos capaces de aprovechar las ineficiencias del mercado. Al invertir a medio-largo plazo, nuestro objetivo es invertir en empresas que estén relativamente baratas o que cuenten con un precio razonable (atendiendo a las valoraciones), que puedan cumplir o incluso superar las expectativas del mercado.
Al invertir en Asia, ¿es mejor cubrir el riesgo de tipo de cambio o asumirlo? ¿Cuáles son los riesgos actuales de las divisas asiáticas frente al dólar?
Invertimos sin cobertura de divisas, dado que, cuando elegimos un valor, apostamos de forma deliberada por la empresa, por el mercado y la divisa en la que cotiza y por el sector en el que opera. Recomendamos a los inversores que cubran sus divisas locales para evitar sorpresas, a no ser que cuenten con una visión muy sólida y fundamentada.