Con los pasos de los bancos centrales y las tasas de interés al centro de la miradas, no extraña que los inversionistas globales estén ansiosos del momento en que un enfriamiento en la inflación permita recortar las tasas de interés. Sin embargo, desde la gigante estadounidense BlackRock advierten que eso podría tomar más tiempo de lo anticipado, posiblemente impactando a los mercados.
“Pareciera que el mercado está demasiado optimista con respecto a la rapidez de bajada” de los tipos de referencia, señaló Axel Christensen, director de Estrategia de Inversiones para Latam de la firma, en una presentación de sus perspectivas para 2023.
Esta posición tiene cierta lógica. “La subida fue tan pronunciadamente fuerte que no es impensable que se piense que la evolución de las tasas de interés a la baja también será rápida”, explicó Christensen. Sin embargo, la visión que tienen ellos es distinta.
Para BlackRock, el proceso de recortes va a ser “mucho más lento” que el de alzas. Un ingrediente crucial de esa proyección es que algunos elementos más estructurales de la inflación “van a ser más difíciles de ceder”.
Ahora, otra arista de esta situación, para la mayor gestora del mundo, es el impacto que esto tiene en las valorizaciones, considerando que el mercado está esperando ansiosamente que los bancos centrales internacionales den un “pivote” hacia apoyar más las economías.
¿Corrección a futuro?
Según explica el director de Estrategia de Inversiones para Latam, la expectativa de una baja rápida de tasas ha provocado rallies en algunos instrumentos más riesgosos, como las acciones. “Creemos que una subida, una recuperación, sobre ese sustento, es demasiado frágil. No tenemos la convicción”, indica.
A esto se suma que las expectativas de crecimiento de utilidades corporativas parecen estar “sobreestimadas para el mercado”.
Datos recopilados por la firma estadounidense muestran que las expectativas de Wall Street están en un crecimiento relativamente estable de utilidades, pese a que muchos ya dan por descontado que el mundo enfrentará una recesión. “No puedes seguir esperando crecimiento muy similares a lo que hay en los últimos años sabiendo que la actividad económica viene hacia abajo”, advierte Christensen.
La expectativa de BlackRock, por su parte, es que los bancos centrales se vean obligados a ponerle un freno a la actividad económica. “Eso irremediablemente se traduce en que el crecimiento de utilidades de las compañías va a tener que ajustarse a la baja también”.
En ese sentido, en la firma advierten que los precios de los activos no reflejan el daño económico del entorno monetario más restrictivo, lo que augura una posible corrección en el horizonte. Christensen indicó que el playbook de BlackRock para el próximo año tiene incorporados distintos escenarios, según se dé o no una corrección. En ese sentido, asignan una posibilidad de al menos 30% de que los precios corrijan.
La ansiedad
¿Por qué los inversionistas están tan optimistas? Para el ejecutivo de BlackRock, no se trata de pensamiento mágico ni esoterismo, sino que de una combinación de factores.
En primer lugar, explica, el ciclo económico que vivimos actualmente es “muy particular”, considerando que incluyó elementos como la pandemia de COVID-19. De la mano de una “caída muy dramática” en la economía, vino también una “recuperación muy dramática”.
“Los últimos años han sido bastante buenos, en general, para la inversión. Creo que muchos inversionistas proyectaron que eso va a continuar”, señala Christensen, agregando que el cambio en el panorama –con la inflación y su impacto en las tasas– “ha sido difícil de digerir”.
Por otro lado, la posibilidad de que se dé un escenario más positivo está anclada en que los bancos centrales –particularmente la Reserva Federal de Estados Unidos– cambien su foco, considerando los efectos en el crecimiento. “Vemos un mercado que está ansioso de que eso ocurra”, indica el ejecutivo.
En BlackRock, por su parte, están optando por partir 2023 desde la cautela. “El daño que la respuesta por parte de los bancos centrales va a generar en la actividad económica no está totalmente reflejado en los precios”, explica.
América Latina
Sobre la región en particular, Christensen recalcó una de las temáticas del Outlook 2023 de la firma: la selectividad. Y es que mientras que el vecindario no va a estar ajeno a un golpe en la economía global, el grado de impacto va a ser diferenciado por país.
Por ejemplo, México tiende a estar más sincronizado con EE.UU., mientras que otros países –como Chile– están más ligados a los ciclos de la economía china.
Eso sí, América Latina como conjunto también cuenta con algo de viento a favor en los tiempos actuales, incluyendo una experiencia más amplia con las subidas de precios al consumidor. “ A diferencia de EE.UU. y Europa, sí es posible pensar en que la inflación empiece a ceder más rápido y, eventualmente, sí podamos empezar a ver recortes de tasa de interés más pronto”, indica el director de Estrategia de Inversiones para Latam.
Esto también aplica al sector corporativo, donde las empresas tienen más experiencia lidiando con este fenómeno.
Además, agrega Christensen, hay algunos elementos más persistentes de la inflación que están menos marcado en la región que en otras zonas. La demografía, por ejemplo, le juega a favor, considerando que hay pocos países con poblaciones más envejecidas.
En el frente sostenible, si bien el ejecutivo advierte que la transición energética también incide en una mayor inflación, América Latina puede verse beneficiada por la tendencia. “Nuestras exportaciones incluyen muchos productos de materias primas que están muy alineadas a la transición, como el cobre o el litio”, indica.