En su carta destinada a inversores correspondiente al mes de julio, Bill Gross afirma que si «los gobernadores y presidentes de la Fed entendieran un poco más acerca del juego conocido como Turista o Monopoly, y un poco menos acerca de modelos obsoletos como la regla de Taylor y la curva de Phillips, entonces nuestra economía y sus perspectivas de futuro podría ser un poco mejores». Así lo indica en la carta publicada en la web de su gestora, Janus Capital.
Sin olvidar otros temas sobre la mesa como el Brexit, el creciente movimiento populista en el terreno político y la posibilidad de lo que él llama la des-globalización (con menor comercio, migración y crecimiento económico), Gross se muestra muy crítico con la política de tipos de interés que han seguido los banqueros centrales, porque no ha servido para estimular el crédito en la economía real ni para impulsar el crecimiento.
Así, frente a modelos como la regla de Taylor y la curva de Phillips -modelos que relacionan los tipos de interés con la inflación y la tasa de paro, respectivamente-, invita a los banqueros centrales a mirar la importancia del crédito privado, porque si éste no se incrementa, la economía se estanca o incluso retrocede. De ahí que aluda al popular juego de mesa, el Monopoly, que ayuda a obtener 200 dólares al pasar de nuevo por la casilla de «Salida» o «Go», y lo equipara con un nuevo crédito, «responsable de la salud de nuestra economía basada en las finanzas. Sin un nuevo crédito, el crecimiento económico se mueve en la reserva y la bancarrota de los jugadores se hace más probable».
Gross también alude a cómo a principios del juego cuando «la banca» da los 1.500 dólares iniciales, el crecimiento es fuerte pero con el tiempo se empieza a desacelerar.
Gross añade que la oferta de dinero o el crecimiento del crédito no es el único determinante del PIB, sino que es importante también la velocidad que lleva ese dinero o crédito y advierte de una posible contracción económica. En su opinión, esto significa «a lo sumo, un techo para los precios de los activos de riesgo (acciones, bonos high yield, capital privado, bienes inmuebles…) y en el peor de los casos, signos negativos al final del año que fuercen a los inversores a abandonar la esperanza sobre rendimientos futuros comparables a los ejemplos históricos. Hay que preocuparse ahora por que el dinero retorne, no por el retorno que dé el dinero», dice.
En definitiva, nuestra economía requiere de la creación de crédito «y si se mantiene baja, los futuros perdedores crecerán en número», concluye Gross.
Puede leer la carta completa en el siguiente link.