Bill Gross, gestor de carteras de Janus Henderson Investors, aborda en su última carta mensual la tendencia a “ganar dinero con dinero” a la que los inversores han recurrido ante un entorno de tipos y rendimientos bajos. Una alternativa contrapuesta a lo que en teoría sería el tradicional capitalismo, basado en que el dinero y las ganancias se lograban con inversiones en la economía real.
La baja rentabilidad de los bonos gubernamentales y las letras del tesoro –que en Estados Unidos se sitúan en el 1%, pero que en la zona euro y Japón llegan a ser negativas– ha convertido a los bonos corporativos, las acciones y el capital privado en “extensiones legítimas del efectivo no rentable que forman parte del capitalismo basado en las finanzas modernas”.
Tal y como explica Gross en su carta del mes de junio, los ahorradores e inversores ganan dinero con su dinero, siempre que las economías crezcan y la inflación permanezca razonablemente conservadora. Sin embargo, la economía de hoy es muy diferente a la economía de hace unas décadas y en ella se identifican una serie de tendencias o vientos secundarios cuyos efectos son difíciles de observar a corto plazo.
“El alto nivel de deuda, el envejecimiento poblacional y la desglobalización, junto con el desplazamiento tecnológico del trabajo, son los principales culpables. La deuda excesiva, el envejecimiento de las poblaciones, las políticas gubernamentales restrictivas del comercio y el creciente uso de máquinas (robots) en lugar de personas, crean una contrapoder en la economía real”, dice, como factores que identifica como esos “vientos secundarios”.
Economía real y financiera
Según su argumento, los inversores y ahorradores en vez de ganar dinero invirtiendo en la economía real, lo ganan en la llamada economía financiera, es decir, ganan dinero con dinero. “Gracias a casi 8 billones de dólares de compras de activos de los principales bancos centrales a través de los QE y a las tasas de préstamos a corto plazo cercanas a cero o incluso negativas, los márgenes bancarios se han reducido, pero casi todas las demás acciones se han disparado en los EE.UU. y en todo el mundo. Los inversores han descubierto que ganar dinero con dinero es rentable y han reemplazado el soporte de los bancos centrales a la economía real como motor para hace crecer la productividad. La economía real ha sido usurpada por la economía financiera”, expone Gross.
Ahora bien, ante esta reflexión recuerda que los precios de los activos y su crecimiento dependen en última instancia de la economía real; un crecimiento que, guste o no, se ve afectado por estas políticas monetarias “que parecen incapaces de revertir”, matiza. “De hecho –vuelve a insistir en esta carta como ya hizo en anteriores– la política monetaria puede ser ahora una influencia negativa en términos de crecimiento económico futuro”.
Gross demanda que, en última instancia, el hecho de ganar dinero con dinero debe canalizarse a la economía real para mantener el ciclo económico en marcha. “Las arterias del capitalismo están ahora obstruidas o incluso bloqueadas por fuerzas seculares que cuando se combinan con activos seguros, que producen bajos o negativos rendimientos, pueden frenar el crecimiento de Estados Unidos y del mundo”, advierte. Y recuerda que sería aconsejable que las estrategias que buscan la reducción del riesgo sorteen a los “falsos ganadores” que generan las políticas de los bancos centrales.