La inesperada decisión el pasado viernes del Banco de Japón de dejar los tipos de interés en territorio negativo sirve este mes a Bill Gross para continuar su alegato contra las políticas de tipos de interés ultrabajos que durante años han distorsionado la rentabilidad de los activos. “¿Cómo os está yendo?”, escribe en referencia a los banqueros centrales.
La Reserva Federal de Estados Unidos, el Banco Central Europeo y el Banco de Japón, todos parecen creer que hay una tasa de interés tan baja que la riqueza resultante de los mercados financieros se extenderá finalmente hacia la economía real. «Durante mucho tiempo he argumentado en contra de esa lógica y no voy a reiterar los aspectos negativos de las bajas rentabilidades y la represión financiera que incluye esta perspectiva, lo que voy a pedir es sentido común: ¿Cuánto éxito han tenido hasta ahora esas políticas? El hecho es que los mercados globales y las economías individuales están cada vez más distorsionadas», sentencia el ex co-fundador de PIMCO y ahora parte de Janus Capital Group.
En su carta mensual de febrero, Gross enumera los principales damnificados de las atrocidades cometidas por las políticas monetarias en los últimos años:
1) Venezuela: su quiebra está a la vuelta de la esquina como consecuencia de los bajos precios del petróleo y la mala gestión política. La cotización actual del crudo es en gran parte la causa de la política de bajos tipos de interés llevada a cabo durante los últimos siete años.
2) Puerto Rico: está inmerso en un proceso de default debido a los gastos excesivos, las exageradas promesas de los beneficios para la jubilación y la incapacidad de generar retornos adecuados como consecuencia de los ultra-bajos tipos de interés a nivel mundial.
3) Brasil: se encuentra en una profunda recesión consecuencia de los precios de las materias primas, los escándalos de corrupción y en este caso, los exorbitantes tipos de interés reales para combatir los efectos secundarios de los bajos tipos de interés a nivel global y la depreciación del real. Ningún país en este contexto puede emitir deuda con unos tipos de interés reales de entre el 6% y el 7% con un crecimiento negativo. Es una sentencia de muerte. Mientras tanto, las autoridades monetarias siguen emitiendo engañosamente para, a continuación, desplegar más de 100 millones de dólares de «currency swaps» en lugar de vender dólares de las reservas en un esfuerzo para engañar al mundo haciendo creer que tiene los 300.000 millones en la reserva que respaldan su, cada vez más hundido, crédito. Esta maniobra cuesta al Gobierno el 2% del PIB anual, lo que sitúa su déficit fiscal actual en el 9%.
4) Japón: Con un ratio PIB/deuda pública del 260% y escalando, esto lo dice todo, pero hay un vuelco. Dado que la autoridad fiscal (Abe) y la monetaria (Kuroda) son, básicamente la misma, en algún año futuro es probable que se «perdonen» las deudas mediante la conversión al 0% de la deuda a 50 años que en la práctica nunca vence. Japón no entrará técnicamente en ‘default’ pero tampoco el sector privado se verá incentivado a hacer una apuesta grande en la población más envejecida del mundo. «Estoy tentado de decir: «Donde va Japón, ahí es donde vamos a acabar todos «, pero no lo haré porque es demasiado deprimente», dice Gross.
5) Eurolandia: «Cueste lo que cueste», «sin límite» ¿Con qué nuevos eslóganes aparecerá Draghi la próxima vez? No es que hay suficiente recesión por delante, es también que la curva de rentabilidad del Bund alemán está en territorio negativo todo el camino hasta la deuda a 7 años, y los temblorosos periféricos no se quedan atrás. «¿Quién va a invertir en estos mercados una vez que el BCE llegue e imponga un límite negativo que podría verse acentuado por la retirada de dinero en efectivo al 0% del sistema bancario?», se pregunta.
6) China: «Ah! Los misterios del dragón están surgiendo lentamente. El ratio deuda/PIB total es tan alto como del 300%; hay controles de capital bajo la mesa; ha perdido un billón de dólares de sus reservas para mantener una moneda sobrevalorada; tiene un modelo económico distorsionado que cuenta con aeropuertos vacíos, viviendas en aldeas Potemkin (inexistentes) y una inversión que supone el 50% del PIB, por lo que de alguna manera la transición hacia un modelo de consumo interno no parece que se vaya a cumplir. Cada vez más, descubrimos lo podrido que está el gigante asiático», dice duramente Gross.
7) EE.UU.: «Pues resulta que EE.UU. es ahora impermeable a todo esto, ¿no? Un modelo de crecimiento que genera internamente el 85% de lo que necesitan los consumidores, que a su vez, se basa en el crecimiento del empleo y el aumenteo de los salarios, todo lo cual parece mantener todo en el buen camino. De alguna manera, sin embargo, incluso la Fed parece tener dudas. En el resumen de la semana pasada, por primera vez en 15 años, fueron incapaces de evaluar el equilibrio de los riesgos. «Necesitamos un poco de tiempo para entender lo que está pasando», dijo Kaplan de la Fed de Dallas. Sombras de 2007. El sector de viviendas se ha desapalancado, pero el corporativo nunca lo hizo, y con la rentabilidad del high yield y el investment grade ahora entre 200 y 1.000 puntos básicos más arriba ahora, ¿qué nos dice sobre lo que va a pasar en el futuro, sobre los beneficios empresariales y sobre la solvencia de muchos productores de materias primas?», comenta el gurú de la renta fija.
«Nuestra economía global basada en las finanzas está en transición debido a la impotencia que siempre ha tenido la política monetaria, y ahora se centra cada vez más en el elixir de los bajos tipos de interés o negativos. No se acerque a los mercados mercados de alto riesgo, quédese en los instrumentos financieros básicos. No hay garantías pero podría obtener algún resultado más próspero si lo hace”, concluye.