Belgravia Capital, gestora de fondos especializada en renta variable europea, establece dos clasificaciones de inversión en su última carta trimestral a inversores: crecimiento versus renta (growth vs. income) y alta calidad frente a baja calidad (quality versus non-quality), en función de que las variables propias del activo en su modelo de cálculo del valor intrínseco, medido como valor presente (o present value), sean altas o bajas. Se trata de dos clasificaciones independientes a que la inversión sea o no value.
De este modo, Belgravia establece cuatro tipos de inversión, según la magnitud de su crecimiento y prima de riesgo, que conllevan múltiplos de valoración más altos cuanto mayor es el crecimiento y menor la prima de riesgo.
Momentum, cuando un activo cotiza por encima de su valor presente
Belgravia entiende por activos momentum aquellos que, como resultado de una evolución al alza de su precio sostenida en el tiempo, cotizan por encima de su valor intrínseco o valor presente, a diferencia de las inversiones value, que cotizan a descuento respecto a su valor presente. Que una compañía cotice por encima de su valor presente no impide que su precio pueda seguir al alza, siempre que haya suficientes inversores esperando subidas de precio adicionales. Hay activos que, estando caros, pueden incrementar su valor antes de converger hacia su valor intrínseco, con un cambio de tendencia a la baja en su precio. Recurriendo a la fórmula del valor presente, los inversores están dispuestos a pagar una prima sobre su valor intrínseco si esperan una revalorización del precio como consecuencia de una revisión futura al alza en su crecimiento o una revisión a la baja en su prima de riesgo específica.
Una compañía que bate en repetidas ocasiones sus expectativas de beneficios induce a los inversores a revisar al alza el crecimiento futuro o a esperar que el crecimiento esperado continúe subiendo, lo que produce a su vez una revalorización en el precio que alimenta posteriores expectativas de futuras revisiones al alza de sus beneficios. Se genera una dependencia entre precio y expectativa de crecimiento que, mientras continúe ganando adeptos, será suficiente para mantener al alza el precio de la inversión momentum, aunque cotice con prima sobre su valor intrínseco.
Cuando el flujo de información sobre la capacidad de generar beneficios de la compañía no puede sostener la evolución positiva del precio, la inversión deja de ser momentum, con un cambio de tendencia del precio a la baja; o simplemente, cuando el signo de noticias cambia a negativo, interrumpiendo bruscamente la tendencia al alza del precio del activo momentum, que deja de serlo. De ahí que los activos momentum de revalorización vertiginosa suelan tener una vida menor que las inversiones momentum de revalorización moderada. Esta interpretación con respecto a este tipo de activos es igualmente válida para el mercado de los tulipanes en Holanda en el siglo XVII, para el sector de TMT a finales de los 90, para el inmobiliario a mediados de la primera década del XXI y para la renta fija en el escenario actual.