Beka anticipa el comienzo de una fase de recesión económica global que debería dar comienzo en la segunda mitad de 2024 y que se prolongaría a 2025. David Azcona, Chief Economist de la firma, explicó, en la presentación de perspectivas macroeconómicas y de inversión para el segundo semestre del año, que los principales indicadores macroeconómicos actuales se corresponden con la etapa inicial de esta fase del ciclo económico.
“Aunque el mercado anticipa un futuro con mayor crecimiento, menores tipos de interés y una inflación controlada, nuestro escenario base contempla una inflación persistente por encima del 2%, un aumento del desempleo, tipos de interés elevados durante más tiempo del esperado y un menor consumo, entre otros factores”, señaló el experto. Azcona comienza a ver «bajo la superficie» que hay indicadores que apuntan a «un claro patrón de minoración del crecimiento e incapacidad de las entidades supranacionales de tomar medidas que en el pasado atajaron el decrecimiento desde el primer momento”.
Entre los principales desafíos a los que la economía debe hacer frente, Azcona señaló la necesidad de reequilibrar el mercado laboral, estabilizar el gasto cíclico y detener el aumento de la morosidad.
Respecto a los “cisnes negros”, el experto menciona a la geopolítica, el exceso de optimismo en los mercados, así como a la banca regional en Estados Unidos y sus posibles problemas de liquidez, además del exceso de endeudamiento de unas economías con poca capacidad de maniobra.
“Los ciclos económicos existen y esta vez no será diferente. El alto coste del dinero será el causante de la próxima recesión, aunque como vemos la repercusión la vamos a notar algo más tarde de lo esperado. La inflación será la que guíe a los bancos centrales en el corto plazo y después deberán claudicar y atender al menor crecimiento. En este sentido, podríamos enfrentar un escenario de crecimiento bajo e inflación simultánea en los primeros momentos de la etapa de recesión en 2024”, afirmó Azcona, que recordó que los efectos de las alzas de los tipos de interés suelen dejarse notar en la economía dos años y un trimestre después de la primera alza del precio del dinero.
Estrategia de inversión: Bonos de calidad e inversión alternativa
Beka destaca que los mercados de renta variable presentan precios elevados y, a corto plazo, están excesivamente exprimidos por unas expectativas de beneficios empresariales muy optimistas. “De cara a la segunda mitad del año, no se descartan posibles caídas del 15% en bolsa en lo que re3sta de año. La tecnología, los sectores defensivos, las materias primas y la energía son temáticas de inversión interesantes en este momento, así como el oro, que históricamente ha mostrado buen desempeño al inicio de periodos de recesión”, sostiene Azcona.
Sin embargo, el experto apunta a los bonos de calidad como una fuente de ganancias a largo plazo y a la diversificación mediante activos alternativos. “La deuda de alta calidad, oro, materias primas, mayores duraciones y activos alternativos, como el crédito privado, pueden actuar como refugio táctico”, concluyó Azcona. “En alternativos, existe un exceso de concentración de las inversiones en private equity y creemos que podemos estar ante un proceso de adecuación de precios debido a un menor crecimiento y una menor liquidez en el sector”.
Entre los riesgos identificados a futuro se encuentran las excesivamente optimistas estimaciones de beneficios, así como los sobredimensionados datos de empleo. A nivel geopolítico destacan las elecciones en Estados Unidos, con atención también a Francia y Europa; la guerra comercial y geopolítica; el exceso de optimismo en los mercados; la banca regional estadounidense y posibles problemas de liquidez.
En conclusión, según Azcona, el alto coste del dinero será el causante de la próxima recesión, aunque podría tomar más tiempo de lo esperado. Se prevé, además, una disminución en el consumo que no podrá ser sostenido por otras áreas. La inflación guiará a los bancos centrales, inicialmente, seguido por el crecimiento, aunque podría darse el escenario de bajos crecimientos y altos precios simultáneamente al principio.