Una pregunta sobrevuela el mercado: ¿será el Banco Central Europeo (BCE) el primero en mover ficha y bajar los tipos antes que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed)? Por ahora, el Banco de Japón y el Banco Nacional de Suiza han sido los primeros en cambiar su política monetaria, pero gran parte del interés está en ver si el BCE tomará el liderazgo frente a la institución monetaria y qué supondría.
Por el momento, la visión de las gestoras internacionales sigue siendo la misma, habrá que esperar. Esto supone que sus expectativas sobre la reunión de abril, que se celebrará mañana, son bastante bajas. En general, coinciden en que transcurrirá sin novedades, aparte de sentar las bases para la reunión de junio. “La reunión de abril del BCE será sin duda una de las más rápidas de la historia. Christine Lagarde fue muy clara en marzo: podemos esperar una bajada de tipos en junio y dos o tres más a lo largo del año. Apenas han transcurrido cinco semanas desde la última reunión del Consejo de Gobierno y, por lo tanto, hay pocas estadísticas adicionales sobre las que reflexionar, por lo que es difícil que un banco central dependiente de los datos se desvíe de su rumbo”, afirma Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac.
En este sentido Alexander Batten, gestor de fondos de Renta Fija de Columbia Threadneedle Investments, añade: “Últimamente se ha comunicado que el BCE iniciará un ciclo de recortes en junio, ya que para entonces habrá recopilado suficiente información sobre los salarios, en lugar de que habrá recibido suficientes buenas noticias sobre la evolución de los salarios como para justificar el inicio de un ciclo de recortes. Esta distinción sugiere que el listón para la inacción en junio es increíblemente alto. Los incrementos de 25 puntos básicos se ven abrumadoramente favorecidos, pero una dinámica de crecimiento muy pobre en la Eurozona, a diferencia de otras regiones, justifica recortes consecutivos», afirma.
Está claro que los datos de inflación para la zona euro no sugieren cambios en la política del BCE en abril de 2024. Según recuerda Ulrike Kastens, economista para Europa de DWS, en diversas declaraciones, los funcionarios del BCE han dejado claro en repetidas ocasiones que necesitan más datos para evaluar la tendencia subyacente de la inflación. “Es probable que este siga siendo el mensaje clave de la presidenta del BCE, Lagarde, en abril, ya que los datos clave de salarios sólo se publicarán en las próximas semanas. Por lo tanto, es probable que se reafirme la tasa de interés clave del 4% en abril, pero con la perspectiva de un primer recorte de tasas en junio, como hemos esperado durante mucho tiempo. Esto plantea la cuestión del ritmo de la tendencia en los recortes de tasas de interés. Aunque es probable que el crecimiento salarial haya alcanzado su punto máximo, la incertidumbre sigue siendo alta en cuanto a si el impulso del crecimiento salarial se moderará lo suficiente como para alcanzar el objetivo de inflación del 2%. Por lo tanto, esperamos que la presidenta del BCE, Lagarde, se mantenga fiel a la dependencia de los datos y a los recortes graduales de tasas”, afirma Kastens.
Desde abrdn destacan que a los responsables del BCE les preocupa que el reciente descenso de las tasas de inflación general oculte la persistencia de la inflación interna subyacente. «Los expertos estarán atentos a cualquier señal respecto a la orientación futura de las medidas (forward guidance). Es probable que la institución reduzca los tipos en junio, pero hasta ahora sus responsables se han negado a comprometerse a hacerlo en esa reunión», afirma Felix Feather, economista de abrdn.
Para François Rimeu, estratega senior de La Française, lo más probable, es que Lagarde adelante el anuncio de la bajada tipos en junio, al tiempo que se procederá con cautela a la relajación monetaria, especialmente teniendo en cuenta las mejores perspectivas macroeconómicas. En este sentido, argumenta: «Lo más probable es que el CG proceda con cautela a la relajación, y el ritmo de esta dependerá totalmente de los datos. En consecuencia, esta reunión debería tener un impacto limitado en los mercados financieros, pero probablemente presionará a la baja los tipos de interés europeos y al propio euro como divisa, ya que por fin se producirá el primer recorte tras la escalada de subidas de tipos de interés sin precedentes, que asciende a 450 puntos básicos en total».
El otro debate
Ante estas expectativas y previsiones, el interés se está focalizando en cuál de las dos entidades monetarias bajará antes los tipos antes, si el BCE o la Fed, ya que ambas parecen estar señalando a verano. Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, piensa que el BCE no esperará a que la inflación converja plenamente al 2% y recortará en junio, aunque la Fed vacile. “La posibilidad de un desfase entre el BCE y la Reserva Federal es ahora el escenario de referencia del mercado. Aunque mantenemos el mes de junio también como escenario base para el primer recorte de la Reserva Federal, es innegable que los datos son menos favorables a una inversión de la política monetaria en EE.UU. que en la zona euro”, señala.
Para Peter Goves, responsable de análisis de deuda soberana de mercados desarrollados de MFS Investment Management, la de mañana será una reunión «provisional», por lo tanto considera probable que el debate sobre el recorte gane más fuerza, aunque el BCE se abstendrá de comprometerse formalmente de antemano y se ceñirá a su enfoque de dependencia de los datos. «En nuestra opinión, el BCE podría recortar antes que la Fed si lo justifican los indicadores, su función de reacción y el objetivo de llevar su inflación al objetivo. Es casi seguro que Lagarde no se comprometa a una senda de tipos específica cuando el BCE reduzca su postura, pero creemos que no se pueden descartar recortes consecutivos si los datos lo justifican. Nuestra opinión sigue siendo que es probable que el BCE recorte su tipo de interés oficial en 25 puntos básicos en junio. Esto se basa en la debilidad de las perspectivas de crecimiento (con una actividad por debajo del potencial durante muchos trimestres), la caída de la inflación y una comunicación clara del BCE. En un contexto de condiciones financieras restrictivas y un mercado laboral que se enfría, un aumento inesperado de los tipos de interés reales aumenta el riesgo de endurecimiento excesivo. Por lo tanto, no descartamos una nueva ampliación del diferencial UST-Bund», señala Goves.
Por su parte, PIMCO advierte de la divergencia entre la política monetaria de la Fed y el resto de bancos centrales, como el BCE. “El entorno de inversión global se transformará en los próximos meses, a medida que las trayectorias de las principales economías diverjan de forma más notable. Los bancos centrales, que restringieron sus políticas monetarias al unísono para frenar la espiral inflacionaria postpandemia, probablemente seguirán trayectorias diferentes a la hora de bajar sus respectivos tipos de referencia. Aunque muchas de las grandes economías de mercados desarrollados están desacelerando, EE.UU. ha mantenido una resiliencia inesperada y los factores que respaldan esta fortaleza podrían perdurar”, explican Tiffany Wilding, economista de PIMCO, y Andrew Balls, director de Inversiones de Renta Fija Global de PIMCO.
Los expertos de PIMCO piensan que la Fed empezará a normalizar su política monetaria a mediados de año, en línea con otros bancos centrales de mercados desarrollados. Sin embargo, las posteriores bajadas de tipos podrían ser más graduales. Respecto al BCE indican que una vez empiece a recortar los tipos, lo hará con cautela en los pasos convencionales de 25 puntos básicos. “Durante el ciclo de recortes, las decisiones dependerán probablemente de los datos y de las reuniones, y es poco probable que el BCE se comprometa de antemano con una senda de tipos concreta. Creemos que el ritmo de los siguientes recortes de tipos podría ser más rápido y que los tipos oficiales, fuera de EE.UU., podrían llegar a finales de 2025 a niveles más bajos”, añaden.
La piel del mercado
En opinión de Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz Global Investors, las expectativas del mercado son extremadamente altas, con una probabilidad del 98% de un recorte de 25 puntos básicos en junio para el BCE. Sin embargo, si los comentarios del BCE decepcionan a los inversores, podrían surgir tensiones en los mercados de tipos, en un entorno en el que crece la incertidumbre sobre el calendario del primer recorte de tipos de la Fed, con una probabilidad del 72% de un primer recorte en junio. “No creemos que esta ligera diferencia entre el BCE y la Fed perjudique al BCE, que debería reafirmar que toma sus decisiones de forma autónoma”, señala.
Por último, Daniel Loughney, director de Renta Fija de Mediolanum International Funds (MIFL), comenta que mientras que las expectativas de un movimiento de la Fed en junio han disminuido, los mercados monetarios de la zona euro asignan actualmente una probabilidad del 92% a una reducción de 25 puntos básicos. Según su análisis, en la «mente» del mercado hay otro percepción importante: «Aunque el mercado da una probabilidad del 50% a una pausa en la reunión de julio, basada en la creencia de que el BCE querrá ver las previsiones del personal en septiembre antes de seguir adelante, creemos que un retraso será mal considerado ya que los datos probablemente justifiquen un movimiento también en julio. Vemos que la inflación volverá pronto a su objetivo y que el BCE recortará los tipos en septiembre, octubre y diciembre, situando el tipo objetivo en el 2,75% frente a las expectativas del mercado de alrededor del 3%».