BBVA Research ha revisado al alza el crecimiento esperado de la economía española. Las nuevas previsiones apuntan a una mejora de cuatro décimas del PIB en 2024, hasta el 2,9%, y de tres décimas para 2025, hasta el 2,4%. Según el informe Situación España de octubre de 2024, esta mejora se apoya en la revisión al alza de las estadísticas realizada por el INE, pero también en la mejora de las estimaciones sobre la contribución al crecimiento tanto de la demanda externa como de la interna. La buena evolución de la economía descansa en las mejoras de competitividad -especialmente en servicios-, el incremento de la fuerza laboral -mayoritariamente migrante-, y una política fiscal que, de momento, sigue apoyando a la demanda interna. A esto se añade el descenso de la inflación, gracias a la caída en el precio del petróleo y de los alimentos, y la reducción de los tipos de interés.
“La información disponible indica que la economía ha tenido un comportamiento mejor de lo previsto hace tres meses”, señalan los economistas de BBVA Research. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha revisado al alza nuevamente el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en la segunda mitad de 2023 y el primer semestre de 2024. En particular, los datos del segundo trimestre mostraron un avance superior al esperado (un 0,8 % trimestral frente al 0,6%). Todo lo demás constante, esto añadiría entre dos y tres décimas al crecimiento previsto del PIB para 2024.
La mejora en las previsiones para este año se explica también por la expectativa de una mayor contribución positiva, tanto de la demanda interna como de la externa. Por el lado de la demanda interna, ha mejorado la previsión de crecimiento anual promedio del consumo de los hogares. La recuperación del consumo obedece a un avance mayor de lo esperado de la renta bruta disponible en términos reales, en un contexto de incrementos salariales, una inflación menor a lo previsto y la rebaja de los tipos de interés nominales.
Asimismo, la revisión histórica de la serie del consumo de las administraciones públicas muestra una mayor fortaleza de este componente, especialmente del gasto de las comunidades autónomas. Sin embargo, el gasto total en inversión sigue siendo el componente de la demanda que más rezago muestra en la recuperación. El gasto en maquinaria y equipo durante los primeros tres trimestres del año se habría mantenido prácticamente estancado, afectado por unos tipos de interés todavía elevados, el moderado avance de las exportaciones de bienes y la incertidumbre de política económica.
Por el lado de la demanda externa han mejorado las expectativas sobre la evolución de las exportaciones, mientras que se ha deteriorado la previsión de crecimiento de las importaciones. El consumo de no residentes y las ventas exteriores de servicios no turísticos seguirán avanzando en el tercer trimestre de 2024 gracias a ganancias de competitividad y al incremento en la capacidad productiva. La evidencia apunta a que los precios en estos sectores han aumentado menos que los ofrecidos por países competidores.
Además, también se observan mejoras en la productividad por hora más acusadas que en otros sectores. La reconversión de plazas hoteleras hacia segmentos de mayor calidad, la progresiva desestacionalización del turismo y la diversificación de los países de origen de los visitantes también han ayudado. Estos factores permiten continuar mejorando las previsiones de crecimiento anual promedio de las exportaciones totales de servicios y, en especial, del consumo de no residentes.
Crece la población activa
BBVA Research prevé que la inmigración continúe impulsando el aumento de la población activa. Desde 2021, el flujo de personas provenientes del extranjero explica un 90% del incremento observado. Hasta el momento, vienen atraídos por una mejora en sus condiciones de vida que responde, al menos en parte, a un mercado laboral dinámico: la creación anual de empleo entre la población inmigrante es mayor que la que tuvo lugar entre 2000 y 2008 durante la expansión inmobiliaria. En un entorno donde el gasto por parte de los europeos continúe beneficiando al sector servicios, que es intensivo en el uso de mano de obra y donde España tiene ventajas comparativas, la demanda de trabajadores continuará aumentando.
Mejora la actividad en la eurozona
Hacia delante, se espera que la recuperación continúe, apoyada por la mejora de la actividad en la eurozona, la caída de la inflación y la disminución de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE). La eurozona está creciendo en línea con lo previsto (un 0,7% en 2024 y un 1,4% en 2025) aunque con divergencias entre países, sectores y componentes de la demanda. Asimismo, el mercado laboral continúa mostrando resiliencia y las expectativas de inflación caen, lo que apoyará la evolución del consumo privado en Europa. En relación con la inflación, las perspectivas sobre su evolución han mejorado y se espera que el crecimiento del IPC en Europa sea del 2,4% en 2024 y del 1,9% en 2025. Con estas perspectivas, el sesgo del BCE es hacia una política monetaria más expansiva, aunque se espera que el ritmo de rebajas de tipos sea más pausado de lo que descuenta el mercado.
En España, la inflación ya ha caído por debajo del 2% y se mantendrá en niveles por debajo del aumento de los salarios (entre el 3% y el 5% en términos anuales). En particular, la previsión de BBVA Research es que el avance promedio del IPC en 2024 y 2025 sea del 2,8% y del 1,8%, respectivamente.
Los economistas de BBVA Research esperan que la disminución de los tipos de interés pueda impulsar el gasto durante los próximos meses. Por un lado, la reducción en las cargas financieras será importante, sobre todo, para aquellos hogares que poseen créditos a tipo variable y que los hayan adquirido en los últimos años. Por otro lado, la disminución en la remuneración de los activos libres de riesgo desincentivará este tipo de ahorro. Esto puede llevar a un redireccionamiento hacia instrumentos de mayor riesgo, a un incremento en la inversión o a un mayor consumo. El exceso de recursos que han acumulado las familias podría traducirse en un escenario de mayor crecimiento del consumo durante los próximos trimestres.
Aumento leve de la inversión en vivienda nueva
Distintos factores están contribuyendo a aumentar, tímidamente, la inversión en vivienda nueva. La reducción de tipos de interés, la elevada liquidez y la escasez de oferta de vivienda en alquiler están impulsando el crédito hipotecario. Asimismo, los efectos que pueden estar teniendo los distintos cambios regulatorios que han afectado al mercado del arrendamiento estarían reduciendo la oferta de alquiler a precios asequibles e incentivando el mercado de compra-venta, haciendo de esta una opción más atractiva, tanto para demandantes como para propietarios.
La evolución reciente de los visados de obra nueva adelanta un incremento en el número de viviendas que llegarán al mercado durante los próximos dos años. El encarecimiento de los precios, las perspectivas de crecimiento de la demanda y una mayor estabilidad en la evolución de los costes de las empresas promotoras estarían incentivando el avance de la construcción residencial.
El déficit público se corrige y limita el ajuste fiscal
En el acumulado de 12 meses, el desequilibrio en las cuentas públicas cayó hasta el 3,3% del PIB en junio, lo que hace más probable que termine el año alrededor, o por debajo, del 3%. Buena parte de la reducción en el déficit tiene que ver con una recuperación de la actividad más intensa de lo previsto. El abaratamiento de los alimentos y del combustible está limitando parte del ajuste fiscal en marcha. Medidas como la reducción del IVA en cierto tipo de alimentos se están revirtiendo progresivamente, al mismo tiempo que el contexto internacional y la situación del mercado agroalimentario son más favorables para el gasto de los hogares en este tipo de bienes.
El Gobierno central debe anunciar medidas equivalentes al 0,5% del PIB para cumplir con las nuevas reglas fiscales a partir de 2025 o 2,5 puntos porcentuales del PIB en el acumulado del programa. Las estimaciones de BBVA Research indican que, por cada punto de ajuste del déficit primario estructural en porcentaje del PIB potencial, el nivel de actividad podría moderarse en el largo plazo entre 0,75 puntos porcentuales y 1 punto porcentual del PIB. La magnitud del efecto dependería de la composición del ajuste, pero serían necesarias reformas que pudieran compensar parte o la totalidad de estos efectos negativos sobre la actividad económica. “Sería recomendable consensuar lo más pronto posible las medidas que serán necesarias para realizar el ajuste, de tal manera que los agentes económicos afectados puedan ajustar sus decisiones de consumo e inversión”, apuntan los economistas.
Moderación del crecimiento para 2025
BBVA Research observa que el crecimiento del PIB se está moderando, como muestra la evolución del mercado laboral en el tercer trimestre de 2024: la afiliación a la Seguridad Social aumentó un 0,3% trimestral entre julio y septiembre, cinco décimas menos que en el trimestre anterior. “En el futuro, se espera una desaceleración conforme la contribución de la demanda externa se vuelva negativa por los límites a la expansión de las exportaciones de servicios turísticos y la transición hacia un modelo de crecimiento con mayor gasto en bienes importados”, apuntan los economistas.
Además, la mejora de las exportaciones de bienes puede no ser generalizada debido a los cuellos de botella en algunos sectores. El avance del consumo puede moderarse, sobre todo si se mantiene la tasa de ahorro de los hogares a niveles elevados y que se concentra en colectivos con una menor propensión marginal a consumir, como los pensionistas y los inmigrantes. El relativamente bajo nivel de inversión en transporte y maquinaria y equipo puede estar reflejando un menor impacto de los fondos europeos y, junto con la falta de vivienda, puede amenazar la competitividad de la economía española. La previsión de crecimiento para 2025 es del 2,4%.