Bankinter confía en las recientes subidas de los mercados, que considera justificadas. Así lo indica en su informe de ‘Estrategia de Inversión del tercer trimestre de 2021’, en el que explica que, aunque “se puede caer en la tentación fácil de pensar que el mercado -específicamente las bolsas- está siendo algo autocomplaciente al marcar los principales índices nuevos máximos históricos que se consolidan uno detrás de otro”, no es así. No hay irracionalidad en las subidas, defiende, porque están apoyadas por los resultados.
“El mercado está cada vez más afianzado en unos buenos resultados empresariales, un ritmo de reapertura económica más rápido de lo esperado y que frecuentemente se infravalora -sobre todo en Europa-, unos tipos de interés estructuralmente bajos -incluso a pesar de que ocasional pero no inmediatamente puedan subir un poco-, una liquidez disponible como nunca antes en la historia… e incluso un repunte de la inflación que será pasajero y que tendrá más ventajas que inconvenientes”, defiende el equipo de estrategia del banco.
El riesgo de las criptomonedas
Eso sí, señala tres riesgos potenciales o factores desestabilizadores relevantes, si bien solo uno ofrece un riesgo de materialización a tener en cuenta: las criptomonedas, pues solo ese riesgo tiene carácter estructural.
Los otros dos son, en este orden de riesgo, la inflación y sus consecuencias sobre los tipos de interés y los bonos, y, a continuación, la posibilidad de una salida en falso de la crisis del COVID, bien en lo que respecta al ciclo económico y/o bien en relación a los resultados empresariales: “Asignamos una probabilidad muy reducida a que alguno de ellos se materialice en el segundo semestre de 2021. Aunque en el largo plazo cualquier cosa es posible”, matizan.
Clara apuesta bursátil
En este contexto, en el que las valoraciones de las bolsas siguen pareciéndoles atractivas, su estrategia de inversión sigue apostando por la renta variable. “Sobre todo, en un contexto en que sus alternativas de inversión naturales están sujetas a fuertes incertidumbres: la demanda de activos inmobiliarios está redefiniéndose y los bonos se encuentran inmersos en un proceso, más lento o más rápido, de elevación de TIR y, por tanto, de caídas de precios”, advierten.
“Estamos convencidos de que las bolsas conservan un atractivo diferencialmente superior a los de estas otras dos clases de activos sustitutivos clásicos. Y creemos que la tecnología debe seguir formando parte de la cartera, de manera que sectores más cíclicos se incorporen a ella, pero no para sustituirla. Ahora ya sí, entramos en una etapa en que, definitivamente, debemos ser más selectivos, escogiendo nombres concretos antes que sectores en su conjunto”, aseguran.
En su opinión, la bolsa americana (S&P 500) y la europea (EuroStoxx-50) ofrecen potenciales de revalorización muy similares, de en torno a un 13% a principios del verano, pero en Bankinter conservan una ligera preferencia por la primera frente a la segunda tanto por la fiabilidad de las estimaciones sobre los beneficios empresariales y su capacidad para batirlos, como por una superior presencia de la tecnología que permite que la transformación digital de todos los sectores de actividad sea más rápida. “La tecnología aporta la ventaja competitiva de la digitalización, ésta garantiza la sostenibilidad de los beneficios empresariales y éstos determinan la evolución de las bolsas en el largo plazo. Sin beneficios crecientes no hay bolsas alcistas. Tan sencillo como cierto”, aseguran desde el equipo de estrategia.
Desde el banco prevén bolsas al alza en el segundo semestre del año, con potenciales de revalorización superiores al 10% en EE.UU. y Europa, “soportados por un fuerte crecimiento de resultados empresariales y una menor percepción del riesgo, que más que compensarán el incremento de TIRs de los bonos soberanos”. En este sentido, mantienen los niveles elevados de exposición a renta variable desde el 25% para perfiles defensivos hasta el 80% de los más agresivos.
En cuanto a sectores, el banco mantiene su apuesta por los cíclicos: industriales, turismo, seguros, logística y energía; aunque sobre todo bancos, “que afrontan un entorno muy favorable por recuperación económica, morosidad controlada, normalización de tipos e incremento de dividendo”. Asimismo, también inciden en tecnología, consumo discrecional/lujo y energías renovables; aunque en este último caso “de una forma muy selectiva hacia activos ya en explotación o con elevada visibilidad.”.
Por último, se desvinculan de sectores defensivos con menor capacidad de crecimiento “que serán los principales perjudicados por el repunte de rentabilidad de los bonos”.
Cautela en emergentes
La visión de los mercados de EE.UU. y Europa es positiva; en los mercados emergentes se limitan a China, en donde mantienen exposiciones del 5% aunque recomiendan “prudencia”.
Y es que su visión es cauta en los mercados en desarrollo: las estimaciones del banco reflejan un fuerte incremento del PIB en 2021 que se normaliza en 2022/2023 apoyado en las materias primas, la estabilidad del dólar y la reapertura de las economías. Aunque “los múltiplos de valoración de las bolsas y la TIR de los bonos son atractivos en términos relativos (vs desarrollados)” algunos aspectos indican cautela. Entre ellos, la guerra comercial entre China y EE.UU., la geopolítica rusa y turca, la evolución de la pandemia en India, la situación política latinoamericana y el repunte esperado en la TIR del bono en EE.UU.
En lo referido a renta fija, retiran su estrategia de las financieras y la sustituyen por los bonos corporativos; que se muestran como el activo favorito de la entidad ya que “los fundamentales son sólidos aunque el margen de subida de precio es limitado”.
Resultados al alza
En su informe, destaca que lo importante en estas circunstancias no es comparar los beneficios de 2021 con los de 2020, puesto que este último año está absolutamente distorsionado por las consecuencias de la pandemia, sino comparar 2021 con 2019 para comprobar cuándo recuperan los niveles pre COVID. “Eso es lo más importante: saber cuándo los beneficios empresariales vuelven a ser como antes. Y la respuesta es que esto es así desde el primer trimestre de 2021, y que no solo han recuperado los niveles de 2019, sino que los han superado. Al menos en los dos principales índices de referencia: S&P 500 y EuroStoxx-50”.
Eso sí, eso es algo que el Ibex 35 no ha conseguido, y que Bankinter cree que no conseguirá hasta 2023. Pero en España las previsiones macro mejoran, en un contexto de optimismo en Europa. “La evolución favorable de la vacunación en la Eurozona, unido al próximo desembolso del Fondo de Recuperación Europeo, augura un considerable crecimiento económico en el segundo semestre de 2021 en la eurozona”, explican. Con todo, la entidad pronostica una salida de la crisis “asimétrica entre países” en donde Alemania tomará la iniciativa.
En España, hablan de recuperación y revisan al alza las estimaciones de crecimiento (un incremento del PIB del 6% para 2021, desde un 5,9%, marcado por la recuperación de la demanda interna, y del 5,8% para 2022, desde el 5,4%, focalizado en el mayor impacto del sector exterior (turismo internacional); y del 1,9% para 2023).
Finalmente, el equipo de estrategia del banco se muestra optimista en cuanto al mercado inmobiliario español. “Los precios de la vivienda en 2021 apenas caerán un 1% a final de año y se retrasará la caída de precios a 2022 (un 5%)”.