“Seguimos pensando que, desde una perspectiva general, los bonos están sobrevalorados, aunque puedan continuar en esta situación durante un periodo prolongado de tiempo, como seguramente sucederá”: así lo cree Bankinter, que explica en un reciente informe su estrategia de inversión, en la que prioriza la inversión en bolsa pero de forma muy selectiva.
Así, las bolsas continúan ofreciendo valor. “Y seguirá siendo así mientras los resultados empresariales sigan mejorando trimestre a trimestre, aunque por primera vez en varios trimestres los beneficios esperados se revisan ligeramente a la baja y eso hace que nuestras valoraciones sean modestamente inferiores: Ibex 11.758 vs. 11.875 en junio; EuroStoxx-50 4.223 vs. 4.300; S&P500 2.694 vs. 2.800; Nikkei-225 22.445 vs. 23.686”, dice el equipo de estrategia del banco.
No es grave, pero es una tendencia que debe ser tenida en cuenta porque, si se consolidara en los siguientes trimestres, las valoraciones de las bolsas tenderían a estancarse, aunque todavía ofrecieran recorrido, advierten. “Ese es un argumento muy poderoso para ser selectivos con los nombres de las compañías y otros activos”, indican.
En su opinión, la mejora de los beneficios empresariales europeos empieza a ganar visibilidad frente a los americanos. “Por eso nuestra prioridad de inversión es la Eurozona, seguida de Estados Unidos y España. En este orden. Subimos los emergentes a compra táctica, excepto China y Rusia”, explican. Su única recomendación de comprar en base a argumentos estructurales sigue siendo India. Pero lo más importante es saber que se debe comprar bolsa por nombres, no por índices ni sectores, explican. “Cada vez es más necesario ser selectivo, muy selectivo”.
“Preferimos compañías sensibles a ciclo, con alto apalancamiento financiero siempre que su negocio sea estable, de rentabilidad por dividendo alta siempre que su balance sea sólido y evitando aquellas amenazadas por cambios estructurales en su negocio que tal vez aún no se hayan descontado en su cotización. Seguimos positivos con tecnología pues creemos que representan la nueva industria en esta cuarta revolución industrial basada en rápidos cambios tecnológicos”, añaden.
Con respecto al real estate, indican que los precios inmobiliarios siguen avanzando, pero no identifican anomalías preocupantes en ellos.
En el primer tercio del ciclo
Sobre la situación macro, explican que el actual ciclo expansivo se consolida, con la virtud de evolucionar de forma cuasi-simétrica desde una perspectiva geográfica. Las únicas excepciones negativas a esta afirmación son Brasil y Reino Unido, aunque por razones diferentes, dicen.
“Creemos que se equivocan quienes afirman que podemos estar al final de un ciclo expansivo. Nosotros pensamos que apenas hemos consumido su primer tercio o algo más, en el peor de los casos. Eso significa que aún tenemos por delante al menos cinco años más de expansión, siempre que las variables exógenas (Corea del Norte, política americana…) no cambien la situación”, indican.
La inflación: la gran incógnita
El actual ciclo expansivo es muy distinto de los anteriores en lo que a inflación se refiere. Ésta se mantendrá en niveles bajos por los siguientes cuatro factores estructurales: mucha deuda (aún), una demografía adversa, la globalización, y los rápidos cambios tecnológicos, defiende Bankinter.
“Sin tensiones inflacionistas los bancos centrales no tienen ninguna presión para aplicar sus estrategias de salida, para realizar una rápida retirada de estímulos. Y eso es justo lo que estamos viendo: una gran lentitud por su parte”, explican. “Como la inflación no representa ningún riesgo, sino que incluso se ha convertido en un objetivo a alcanzar, los bancos centrales aplican sus estrategias de salida realmente despacio, dando oportunidad para que el mercado se ajuste progresivamente a los cambios, sin incurrir en shocks”.