El Equipo de Estrategia de Mercados de Banca March estima que, en el segundo trimestre, la economía ha dejado atrás la fase más fuerte de la recuperación, para entrar en un periodo de ciclo menos expansivo. La economía mundial crecerá un 5,6% este año y un 4.6% en 2022. Un ritmo menor pero sólido y por encima del promedio histórico (2,9% desde 1980). El mundo, de la mano de EE.UU., ya ha regresado a niveles de PIB previos a la crisis y se espera que la Eurozona alcance este hito a partir de diciembre.
Tras un esfuerzo médico sin precedentes que ha permitido que, en tan solo nueve meses, un 45% de la población mundial haya recibido ya al menos la primera dosis de la vacuna del COVID-19, el principal soporte del crecimiento será la demanda de los hogares, que se mantendrá fuerte debido al exceso de ahorro acumulado durante los meses más duros de la pandemia y la recuperación del mercado laboral.
La economía española afronta una salida más lenta de la crisis debido a su mayor dependencia del sector turístico y no será hasta mediados de 2022 cuando consiga recuperar niveles de PIB previos a la crisis. A diferencia de la Eurozona y de la economía global, se espera un crecimiento más acelerado en 2022 que en 2021 (6,4% frente al 5,5% respectivamente). La destacable progresión de las tasas de vacunación en Europa permitirá que la mejora que se ha hecho visible en el segmento turístico nacional –las pernoctaciones acumuladas en agosto ya superaron en un 8% a las de 2019- se extienda al segmento extranjero. Este contexto, unido a la próxima llegada de los fondos europeos hace prever que el PIB nacional se acelere.
Inflación y política monetaria
El drástico aumento de la demanda propiciado por la gran reapertura, en un momento de escasez de inventarios, está afectando a las cadenas de suministros, produciendo numerosos cuellos de botella y subidas de los precios de las materias primas.
Banca March considera que las tensiones inflacionistas a las que estamos asistiendo serán transitorias, pero enfatiza que no debe confundirse “transitorio” con “breve”. Por ejemplo, en EE.UU., donde se comienzan a frenar las subidas de precios de algunos de los bienes que más han contribuido a las alzas más recientes -como automóviles de segunda mano, viajes y hoteles, esperan que los niveles de inflación terminen el ejercicio en el 4,4%. No será hasta mediados del próximo ejercicio cuando la economía consiga regresar a tasas en línea con los objetivos de la Fed. Por su parte, la Eurozona, que lleva medio año de retraso, se enfrentará todavía a subidas adicionales de precios hasta regresar a tasas del 2% en abril de 2022.
Respecto a los bancos centrales, Banca March considera que continuarán con una estrategia paulatina de retirada de estímulos. En el caso de la Fed esperan que comience a reducir sus compras de bonos a partir de noviembre -en 15.000 millones de dólares mensuales-, hasta concluir con su programa actual de 120.000 millones de dólares. En la Eurozona el proceso será más gradual, y es posible que, a partir de marzo, con la finalización del PEPP (Programa de Emergencia de Compras Pandémicas) continúen interviniendo en los mercados a través del APP.
El proceso de “normalización” monetaria en un entorno de estímulos sin precedentes constituye la mayor amenaza a la que se enfrentan los mercados. Las dudas sobre el ritmo de retirada de estímulos y la transitoriedad de la inflación propiciarán un aumento de la volatilidad.
Renta variable: mayor atractivo
La renta variable seguirá siendo el mercado con mayor atractivo, impulsado por la mejora de los resultados empresariales que ya superan los niveles pre-COVID en un 12%. Consideran que seguirá siendo clave adecuar la exposición sectorial a la fase de ciclo. Así, frente al fuerte impulso que los sectores más cíclicos demostraron en la primera parte del año, ahora prefieren aquellos que se verán favorecidos por el progresivo ascenso de los tipos de interés a largo plazo, como las financieras. También recomiendan tener un posicionamiento sectorial más equilibrado, sobreponderando salud frente a las empresas de consumo discrecional e invertir en compañías con capacidad de fijar precios ante las subidas de los precios de las materias primas. Finalmente, sectores favorecidos por la transición energética, la transformación tecnológica y la digitalización seguirán siendo beneficiados por los mercados. En este sentido será necesario ser más selectivo evitando las compañías más grandes y amenazadas por potenciales cambios regulatorios y fiscales.
En el ámbito de la renta fija, mantienen la preferencia por el crédito frente a la deuda soberana y recomiendan tener duraciones muy reducidas ya que esperan que, en los próximos meses, los tipos a largo plazo se sitúen en niveles superiores (1,8% para el bono norteamericano y 0% en el caso del bono soberano alemán). Respecto a la renta fija de países emergentes, Banca March ha vendido la exposición a deuda soberana china denominada en renminbis. Tras su fuerte apreciación, y ante un posible giro más expansivo de las autoridades del país asiático, han decidido tomar beneficios.
En contraste con la deuda cotizada, la deuda privada es uno de sus activos favoritos ya que permite capturar la prima de iliquidez, que históricamente ha sufrido menores impagos en momentos de estrés y además presenta mejores tasas de recuperación.