La gestora española AzValor ha reducido en los últimos meses su exposición a materias primas -compañías que se han revalorizado- mientras ha invertido en nombres más castigados por el mercado, y llegado a incorporar a más de 15 nuevas empresas en su cartera internacional, según explica Álvaro Guzmán de Lázaro, director de Inversiones, en su última carta trimestral.
En cuanto a las commodities, la exposición se ha reducido aproximadamente a la mitad en la cartera internacional, lo que ha aumentado la liquidez de la misma. “Cuando el mercado reconoce el valor, aprovechamos para reducir posiciones, en algunos casos del todo”, dice la carta.
Además de vender la parte de la cartera que se ha comportado bien, se han reforzado posiciones en aquella parte en la que no se ha reconocido el valor, si no ha cambiado la tesis de inversión, explican desde la gestora: ejemplos de ello son nombres como Marie Brizzard o Financière de l’Odet. La entidad también explica que ha incorporado más de 15 compañías nuevas en su cartera internacional (nombres como Zodiac, Devon, Cabot oil&gas, Weir, Panalpina, Richemont, etc…). “Se trata en general de negocios buenos con balances sanos que por alguna razón (en nuestra opinión, pasajera) han sido castigados en bolsa”.
En la cartera ibérica, destaca la venta de Arcelor Mittal y la apuesta por algunas alternativas más atractivas como Técnicas Reunidas o Mapfre.
¿Nuevas burbujas en el mercado?
En la gestora ven paralelismos con la burbuja de las puntocom: “Entre el verano de 1998 y marzo del año 2000 había una parte del mercado (las “puntocom”) cotizando a múltiplos estratosféricos, mientras la mayoría de las empresas de la “vieja economía” languidecían, cotizando a múltiplos de un dígito. La mayoría de los que invirtieron en puntocoms lo perdieron todo en un par de años, mientras que el resto de la bolsa no lo hizo mal”, recuerdan.
Ahora, en la gestora ven burbujas en los bonos (que cotizan con rentabilidades negativas en muchos casos) y en todo aquello que sea un “sustituto” del bono (acciones estables, defensivas… que han tenido algo de presión compradora artificial desde que se lanzaron los QEs hace ya varios años) mientras ven valor en acciones baratas donde la infravaloración está injustificada: por ejemplo, las acciones preferentes de Hyundai.
“En esta dicotomía de valoraciones entre activos financieros es donde vemos el paralelismo con la época de la burbuja puntocom. Entonces, la mejor estrategia a posteriori hubiera sido huir de las acciones caras, refugiándose en las baratas”, dice Guzmán de Lázaro.