En 2018, azValor sumó 1.300 coinversores y 82,2 millones de euros de entradas netas de capital en el año a pesar de ser doce meses malos para sus fondos de inversión. En su última carta a inversores, Fernando Bernard, socio fundador y codirector de inversiones de Azvalor, ha defendido el mérito que supone que los inversores hayan seguido apostando por sus estrategias y recuerda que, «la fórmula» del éxito para lograr una gran rentabilidad contempla no solo que el gestor acierte al elegir las inversiones sino también que «los coinversores estén alineados, no obligando al gestor a vender lo que,al contrario, quiere comprar, precisamente en el peor momento».
En ese sentido, Bernard cree que una de las principales novedades de azValor el año pasado fue ofrecer la posibilidad a sus clientes de dar orden de suscripción periódica. «En Azvalor siempre hemos recomendado la inversión en renta variable a largo plazo porque la naturaleza de la renta variable es alternar ciclos de alzas y caídas más o menos pronunciados». La dificultad de acertar de forma sistemática en el momento óptimo de invertir aconseja, asegura Bernard, no perder el tiempo pensando en cuándo y priorizar el ahorro periódico y constante. «Así, al beneficio inherente de invertir en bolsa a largo plazo sumamos la diversificación temporal en cuanto al momento», explica.
Cartera internacional: foco en las materias primas
Desde azValor se muestran convencidos de que su cartera internacional es una gran oportunidad de inversión, puesto que está compuesta por compañías con sólidos balances y bien gestionadas compradas tras sufrir fuertes caídas en bolsa. «Para dar una idea del extraordinario precio al que estamos invertidos, sería la rentabilidad anual que genera el alquiler, descontados todos los gastos, sobre el valor de la casa incluyendo la hipoteca”.
En global, estiman que la cartera internacional vale un 117% más sobre el valor liquidativo de 29 de enero. «El ritmo de noticias positivas que afectan a las compañías de nuestra cartera se está acelerando recientemente», afirma Bernard.En su carta a inversores, azValor señala que actualmente se da la circunstancia de que una parte mayoritaria de la cartera internacional está invertida en compañías relacionadas con algunas materias primas.
En este sentido, Bernard destaca cuatro aspectos que en su opinión beneficiarán a estas compañías: infravaloración respecto a otros activos, fuerte ciclo bajista anterior en el precio de las materias primas con caídas acumuladas de entre el 35% y el 85% en los últimos -10 años, un largo período de excesiva expansión monetaria por parte de los bancos centrales y un período de especulación financiera.
«En nuestra opinión el ‘ambiente’ especulativo se puede, al menos, entrever en algunos ejemplos como las criptomonedas, el espectacular incremento en precio de algunas acciones con difícil sustento fundamental como Tesla o algunas compañías dedicadas a la marihuana/cannabis, o en el hecho de que la inversión en bolsa con dinero prestado (deuda) ha superado todos los récords y con creces el anterior máximo marcado en 2007», argumenta Bernard.
Cartera ibérica
En 2018 la cartera ibérica de azValor se ha comportado algo peor que su benchmark (un combinado del índice general de la bolsa de Madrid y del principal índice de Portugal) y parecido al Ibex-35. A pesar de este comportamiento, están convencidos del gran potencial de la cartera. «Como indicación del atractivo precio al que estamos invertidos señalaría que la cartera cotiza a un FCF yield ponderado normalizado, incluyendo la deuda, del 10,1%», argumenta Bernard. En global, estiman que la cartera vale un 92% más sobre el valor liquidativo de 29 de enero.