“Estudiar la economía significa entender lo que ha pasado, pero no tiene por qué servir para predecir qué ocurrirá. Lo que sirve es para mejorar el rango de acción cuando las cosas ocurran”: es la primera reflexión que Álvaro Guzmán de Lázaro, director de inversiones de azValor Asset Mangement, pone sobre la mesa antes de dar unas pinceladas sobre el entorno actual, en el marco de su II Conferencia Anual de Inversores. La gestora está alineada con las cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) y considera que la economía va a crecer un 3,4% en Estados Unidos, mientras que en la Eurozona y Japón lo hará en un 1,8% este año. Por su parte, las economías emergentes seguirán tirando del carro mundial, en especial China.
Ante estas previsiones, que están en línea con las de años anteriores y representan el consenso general, el estudio que realiza la firma apunta varias reflexiones. En primer lugar, considera que la política de imprimir dinero y comprar activos que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo desde 2011 no ha funcionado. En opinión de Guzmán de Lázaro, los ciudadanos no están satisfechos con la política aplicada durante la recuperación económica y lo han demostrado a través de acontecimientos como el Brexit o la elección de Donald Trump en EE.UU.
“Lo que le ha ido bien a Wall Street, no le ha ido bien a Main Street. Y como esto no ha funcionado, los bancos centrales se retiran y son los gobiernos y los políticos los que toman el testigo. Aquí distinguiremos entre aquellos políticos que puedan seguir imprimiendo dinero, lo que generará déficit e inflación, y aquellos que no puedan, en concreto los países de la eurozona, lo que avivará el debate si sobre el euro aguantará o no”, explica.
Las otras preocupaciones de Guzmán de Lázaro son Estados Unidos y Europa. Sobre la primera, señala la incertidumbre respecto a las medidas proteccionistas que pueda tomar Donald Trump y cómo éstas dañarán el comercio internacional. Respecto al Viejo Continente recuerda que “la banca sigue teniendo problemas y hay que solucionarlo”. En su opinión una alternativa sería “hacer un poquito más de QE, si hubiera un cierto consenso para dar libertad un par de años para que los déficit aumenten”.
Aspectos positivos
No todo son nubarrones en el entorno macroeconómico y político. Este experto considera una gran oportunidad la propuesta real de adelgazar la Administración norteamericana, porque permitiría importantes ahorros en gasto público, que se pueden traducir en bajadas de impuestos.
El otro sol que calienta en este contexto es el que viene de los países emergentes, que continúan en la misma línea que el año pasado: crecimiento de la población, menos deuda y aumento de la productividad. “Estos mercados van a seguir tirando de la economía mundial, en especial China; caracterizada por su altísima tasa de ahorro y su capacidad para emitir dinero al sistema”, añade Guzmán de Lázaro.
Respecto a la situación de los mercados, defiende que están en un momento de alta valoración. “La bolsa estadounidense no nos va a dar grandes alegrías dado que se mueve en valoraciones muy altas, en torno a 19 veces beneficios frente a una media histórica de 15. En cambio, las bolsas europeas tienen en comparación más recorrido: vemos empresas que valen mucho más de lo que cotizan ahora, hasta un 80% en algunos casos aislados, pero son excepciones”, afirma.
Como consecuencia de este contexto global, este experto señala que se ha dado el fenómeno del comprador forzoso. Según explica, “los bancos centrales han imprimido papel para comprar activos y la gente se ha dado cuenta de que la renta fija no da nada, y se han planteado que en algún lugar había que meter el dinero. Cuando alguien dice eso, esa persona es un comprar forzoso”.
El combo de la prudencia
La gestora se muestra prudente, en línea con la famosa frase de Warren Buffett: “Cuánta más euforia vemos a nuestro alrededor, más prudentes seremos. Y cuanta menos haya, menos prudentes seremos”. Según explica Guzmán de Lázaro, la forma de extremar esa prudencia supone para ellos seguir usando un combo caracterizado por negocios buenos que además crezcan, que no tengan deuda, con dueños implicados y con pocas necesidades de inversión en activos fijos o en el fondo de maniobra.
“Con este posicionamiento creemos que, hasta que llegue la tormenta, que llegará, iremos generando rentabilidades satisfactorias. Si la bolsa se dispara, podremos ganar hasta un 40% y si los fondos se ponen en precio, tendremos que vender nuestras compañías. Hasta que llegue la tormenta, seguimos trabajando por localizar esas buenas compañías en las que, si no están muy baratas, tomaremos posiciones pequeñas. Y si hay tormenta, pues esas posiciones se convertirán en muy importantes”, argumenta.
Por último, señala que una de las realidades del sector que va a suponer una oportunidad para ellos serán los robots trading. En su opinión, “el factor de ambición y miedo que siempre ha movido la bolsa, lo humano, seguirá y cuando llegue una tormenta, creemos que estas máquinas van a acentuar ese movimiento. Y eso es una oportunidad para gente como nosotros”.