El PIB mundial en 2020 probablemente no será capaz de exceder su crecimiento potencial en las principales regiones económicas, asegura AXA Investment Managers en su informe de perspectivas para el año que viene. La gestora espera que la economía española cierre 2019 con una expansión del 2%, mientras prevé que el crecimiento baje al 1,5% en 2020 y al 1,2% en 2021.
“Los antiguos vientos de cara siguen ahí y emergerán nuevas fuentes de incertidumbre”, apunta la gestora, que presenta un escenario base para 2021 donde el crecimiento global se desacelera hasta un cuasi-estancamiento. La falta de munición por parte de la política monetaria será un tema dominante en los próximos dos años.
AXA IM prevé un crecimiento mundial del 3,2% para 2020 y del 3% para 2021, pero, en las economías avanzadas, el pronóstico baja al 1,3% el año que viene y al 1% en el siguiente. En el caso de los EE.UU, la expansión esperada por la gestora es del 1,6% en 2020 que baja a la mitad, un 0,8%, en 2021. Sin embargo, destaca la predicción para la eurozona: 0,7% y 0,5% de crecimiento respectivamente en los dos próximos años.
Por otro lado, AXA IM no espera cambios en la política monetaria ni de la Reserva Federal (Fed) ni del BCE durante, al menos, los tres primeros trimestres del año 2020. Esto significa que las tasas de la facilidad de depósito del BCE se mantendrán en terreno negativo (-0,5%). Además, la inflación se situará en entorno al 2% en EE.UU. en 2020 y subirá al 2,3% en 2021, mientras que, en la eurozona se mantendrá sustancialmente por debajo, alcanzando el 1,2% y 1,3% respectivamente, según los datos de la gestora.
Factores que seguirán siendo un lastre
Entre los factores que destaca AXA IM como lastre para la mejora de las perspectivas mundiales destaca, por ejemplo, la desaceleración en China. “Empezó antes de la guerra comercial y continuará después, incluso aunque se resuelva el conflicto comercial. La transición hacia un modelo menos intensivo en capital está pesando sobre la tendencia del crecimiento”, asegura el informe.
Asimismo, señalan que la contribución de los beneficios corporativos al PIB ha descendido en Europa, especialmente en el caso de Alemania, lo que “lleva a ser cautos ante cualquier expectativa de recuperación de la inversión empresarial”. Por último, el informe señala que los estadounidenses se muestran menos proclives a gastar y el endeudamiento corporativo ha aumentado en las compañías americanas.
Nuevas incertidumbres
AXA IM advierte de nuevas incertidumbres que surgirán en 2020 y que afectarán a la economía mundial, como “la saga del impeachment contra Trump” que podría impulsar a los candidatos demócratas más radicales y, como consecuencia, reforzar la actitud actual de “esperar y ver” que asumen las empresas estadounidenses en cuanto a potenciales decisiones de inversión.
Por otro lado, la negociación en Reino Unido, pese a que un escenario de Brexit sin acuerdo esté “probablemente descartado, la negociación de un acuerdo comercial con la UE será muy dolorosa y traerá ruido a los mercados”, aseguran desde la gestora.
En Europa, la evolución política en Italia ha reducido algo las tensiones, pero advierten que como resultado de elecciones regionales decepcionantes y potenciales referéndums, estas puedan volver. En cuanto a España, AXA IM apunta a que la nueva alianza de izquierdas no podrá contar con una mayoría estable, mientras que los límites de maniobra fiscal del país serán puestos a prueba. “Después de años por encima de su potencial, el crecimiento de España se está reajustando”.
Posibles apoyos para la economía
“Debemos valorar la voluntad de la Reserva Federal para actuar con rapidez en relación al volumen de la política acomodaticia”, asegura el informe. Desde AXA IM creen que la Fed podría verse forzada a relajar la política monetaria a finales de 2020 cuando se dé cuenta del exceso de capacidad vuelve a subir. Si este año la Fed ha sido preventiva, el año que viene será más reactiva, aseguran, pero hay que tener en cuenta que el margen de maniobra fiscal es inexistente en EE.UU., con un déficit próximo al 5% del PIB y especialmente en un año electoral con un Congreso dividido.
En cuanto a Europa, la política monetaria ha alcanzado sus límites, afirman, e incluso los miembros más centristas del consejo de gobierno del BCE reconocen los efectos colaterales no deseados de sus políticas no convencionales. Solo hay un margen fiscal relevante en Alemania y en AXA IM creen que en 2020 se aplicarán los estabilizadores automáticos, pero que el impulso fiscal adecuado no llegará hasta 2021, cuando las debilidades del mercado laboral empiecen a acumularse.
La gran cuestión, según el informe, es si la resistencia del sector doméstico se mantendrá, ya que el consumo privado se está desacelerando a medida que la creación de empleo se suaviza y la renta real disponible se modera. “El contagio de la debilidad mundial eclipsará cualquier mejora económica procedente de los sectores comercial y manufacturero”, afirman. Para mejorar el pronóstico sobre la economía de la eurozona, sería necesario que se despejen incertidumbres como los riesgos asociados al periodo de transición del Brexit y las persistentes dificultades para un acuerdo entre EE.UU. y China, a los que hay que sumar la amenaza de nuevas tarifas comerciales contra la UE por parte de EE.UU. Mientras eso no cambie, “esperamos que los primeros trimestres se salden con un crecimiento de alrededor del 0,2%”, apuntan desde AXA IM.