El influyente economista Albert Hirschman sostenía que el compromiso es la forma más eficaz de impulsar el cambio. En cuanto se abandona, se pierde el poder de influir.
Steve Waygood, director general de inversiones de Aviva Investors, comparte esta opinión y considera que, aunque la desinversión puede ser una solución más sencilla a la hora de tranquilizar la conciencia de los inversores, la verdadera pregunta es qué es más probable que provoque el cambio.
“Imagínese que es un ejecutivo de una empresa minera en la que unas normas de seguridad poco estrictas están provocando muertes entre los miembros de su personal. Está siendo objeto de fuertes críticas por parte de los inversores de la empresa y podría ser excluido del consejo de administración en la próxima junta general anual. ¿Sería su vida más fácil o más difícil si los inversores en cuestión abandonaran la empresa? Yo diría que se vuelve bastante más fácil”, ejemplifica Waygood.
Sin embargo, la crisis climática exige que las empresas actúen de inmediato. En consecuencia, cualquier programa climático debe estar limitado en el tiempo, e implica una amenaza de desinversión para aquellas empresas que no respondan adecuadamente, según Aviva Investors. El programa de intensificación del compromiso climático de la gestora, recientemente mejorado, incluye 30 “emisores de carbono sistémicamente importantes” que contribuyen al 30% de las emisiones de alcance 3 a nivel mundial.
La atención de la firma se centra en establecer objetivos netos a largo plazo, hojas de ruta claras que permitan el cambio, una gobernanza y una presentación de informes eficaces que permitan garantizar la transparencia de los resultados y la armonización de las actividades de los grupos de presión de las empresas con los compromisos del Acuerdo de París, según trasladan desde la compañía.
«Al dirigirse a las empresas que más contaminan, en términos de emisiones globales de carbono, los cambios positivos deberían repercutir en las prácticas de la industria en general y amplificar el impacto. Pero en el caso de aquellas que no cumplan nuestras expectativas climáticas en un plazo determinado —tanto en nuestras inversiones en renta variable como en crédito—, nos desharemos de ellas», exponen desde Aviva Investors.
Siguiendo con el análisis de la gestora, la desinversión, en este punto, implicaría que los clientes dejaran de financiar a las empresas más rezagadas en el ámbito climático. «Conforme las medidas políticas configuren y cambien los fundamentales del mercado, las carteras se reequilibrarán en favor de las empresas ganadoras, evitando al mismo tiempo aquellas con activos varados y modelos de negocio perjudiciales para el clima. La reforma del mercado y las iniciativas de compromiso soberano pueden complementar esta situación, influyendo en la política de acción climática y en los fundamentales del mercado», según la gestora.
«La descarbonización de la economía mundial es un deber fiduciario que asumimos frente a nosotros mismos, frente a nuestros clientes y frente al planeta. Ayudar a los sectores del petróleo y el gas, los metales y la minería, así como al sector de los servicios públicos a corregir el rumbo forma parte de esa responsabilidad. El simple hecho de abandonar no conseguirá necesariamente el efecto que los inversores que se desprenden de sus inversiones tanto desean», prosigue la firma.
En este sentido, y ante el que posiblemente sea, según Aviva Investors, el «mayor fracaso del mercado de la historia», los inversores deben encontrar su poder de influir y subir la apuesta por el compromiso climático, según opinan desde la gestora.
«En Aviva Investors estamos comprometidos con reconstruir el futuro de la inversión y crear un clima de cambio», recalcan.
Para saber más: https://www.avivainvestors.com/es-es/responsibility/climate-action/
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