La guerra en Europa del Este está afectando a los mercados pero Hywel Frankling, responsable de renta variable europea de Mirabaud Asset Management, no cree en el impacto a largo plazo e incluso defiende que podemos estar ante un interesante punto de entrada en los activos de riesgo europeos. En esta entrevista con Funds Society, explica que la mejor postura es una inversión a largo plazo y que, incluso en estos momentos difíciles, ve buenas oportunidades en el mercado.
Muchos fondos de renta variable se ven inexorablemente afectados por la volatilidad generada por la guerra Rusia-Ucrania. ¿Será duradera esa volatilidad y hasta qué punto en el medio plazo los mercados bursátiles, especialmente europeos, estarán sujetos a dicho conflicto?
Aunque pueda parecer inaudito, no habrá un impacto a largo plazo en las bolsas europeas. A corto plazo, la guerra está generando miedo e incertidumbre, y eso se refleja en la bajada de los precios de los activos de riesgo. Pero los mercados europeos ya han sufrido con anterioridad guerras, crisis energéticas y financieras, recesiones e incluso pandemias. Siempre se han repuesto; la actividad económica siempre se recupera. Estoy seguro de que, analizados a largo plazo, el estallido de la guerra será un buen punto de entrada en los activos de riesgo europeos, tal y como siempre ha ocurrido en periodos de miedo e incertidumbre en el pasado.
¿Pero hay alguna forma de proteger las carteras? En vuestro caso, como inversores en bolsa europea, ¿cuál es la mejor protección en este entorno: optar por valores defensivos, usar derivados como cobertura, invertir a largo plazo…?
Todos conocemos el dicho de “ser temeroso cuando otros son codiciosos y codicioso cuando otros son temerosos”, pero muy difícil de poner en práctica. Desde nuestro punto de vista, la mejor postura para los inversores es adoptar un enfoque a largo plazo en su inversión. A menudo, como inversores, decidimos vender en los momentos bajos dejándonos llevar por la preocupación y compramos en los momentos altos arrastrados por la euforia. Si adoptamos una visión más mesurada a largo plazo, será más fácil soportar la volatilidad y evitar tomar alguna decisión precipitada que nos lleve a asumir un alto coste.
Como selector bottom-up de valores, incluso en estos momentos veo buenas oportunidades en el mercado. Hay empresas que están menos afectadas por las condiciones actuales, otras cuyo crecimiento se está acelerando y también hay algunas que han sido excesivamente castigadas. Lo que es realmente interesante es que, aunque a corto plazo, en los próximos uno o dos meses, haya más incertidumbre de lo habitual, podemos obtener una gran rentabilidad de algunos de los precios si compramos ahora y mantenemos a largo plazo. Definitivamente, hay buenas oportunidades en el mercado actual y, lógicamente, es en esos valores en los que nos centramos.
Las compañías de mediana y pequeña capitalización a veces son aún más volátiles que las grandes: ¿están sujetas a mayores caídas, pero también a mayores oportunidades cuando llegue el rebote?
Las compañías más pequeñas son más volátiles, sí, pero también producen mayores rendimientos. De hecho, los rendimientos ajustados al riesgo de las empresas de pequeña capitalización son sistemáticamente superiores a los de las empresas más grandes a medio y largo plazo. Esta es la razón por la que consideramos que las empresas más pequeñas merecen una asignación estratégica en las carteras de la mayoría de los inversores. Si invertimos a largo plazo, ¿por qué no apostar por valores con una mejor relación riesgo/rentabilidad? Sin embargo, es cierto que son más sensibles a la coyuntura económica, y dado que en Europa ésta crece con mucha más frecuencia de lo que se contrae, suelen ser la mejor apuesta. Un año con menor crecimiento económico es, normalmente, un buen punto de entrada en este mercado.
La guerra está dejando claro que es necesario un nuevo modelo energético en Europa: ¿hacia dónde nos movemos, y qué tipo de empresas pueden verse beneficiadas? ¿Estáis aprovechando de alguna forma este cambio de paradigma energético en vuestras inversiones?
Vemos una verdadera oportunidad en la transición energética, donde muchas de las tendencias hacia la descarbonización se están acelerando por el conflicto en Ucrania, ya que impulsa a los países europeos a reconsiderar su mix energético y su independencia. A más largo plazo implicará la adopción de más energías renovables y una aceleración del camino hacia energía más limpia.
Uno de los valores que más se están beneficiando es la compañía francesa GTT, que cuenta con una alta participación en nuestros fondos Discovery. La demanda de transporte de gas natural licuado (GNL) no hará más que aumentar a medida que la localización de la producción y el consumo de energía se desplacen a nivel mundial, y que los gasoductos sean menos populares. Los nuevos buques de GNL se construirán con la tecnología más moderna y eficiente. Ahí es donde entra en juego GTT, cuyo diseño de membrana ayuda a evitar el costoso desperdicio de GNL durante su transporte.
La inflación es otra de las grandes tendencias: ¿será duradera y, de algún modo, captáis esta tendencia en vuestra cartera?
En Mirabaud adoptamos una estrategia bottom-up. Tratamos de no hacer demasiadas apuestas macro, ya que es bastante difícil acertar. Dicho esto, para protegerse de la inflación ayuda invertir en empresas con lo que consideramos “derecho real a ganar”; es decir, cuentan con una ventaja competitiva que pueden defender y, a la vez, una oportunidad de crecimiento que el mercado subestima. Esta es la tipología de compañías en la que nos centramos. A medida que crece la inflación, estas empresas ganan posiciones para seguir proporcionando crecimiento y efectivo mientras que el resto tendrá que luchar por mantener sus márgenes.
Los bancos centrales se mueven para controlar dicha inflación, habrá subidas de tipos, etc: qué perspectivas manejáis en Europa, con el BCE? ¿Podría esto beneficiar a sectores como los bancos, los tenéis en cartera?
Predecir las acciones del BCE se aleja de mi foco. Es una labor que desarrollan otros expertos y, en la mayoría de los casos, con resultados dispares. Sin embargo, es cierto que las perspectivas de inflación son claramente superiores a las de hace un año. Actualmente, mantenemos posiciones en el sector bancario, pero se trata de entidades que tienen un enorme valor latente en sus activos y un perfil de riesgo controlado, no son sólo una apuesta motivada por los tipos actuales.
También se habla de una rotación desde growth a value… ¿tienen vuestras carteras más sesgo value o growth?
Las carteras que gestiono se caracterizan por combinar crecimiento y valor. El negocio más exitoso del mundo puede ser una inversión pésima si se adquiere al precio equivocado. Además, hay empresas destinadas a fracasar independientemente de lo barato que sea su precio. Un sabio de Omaha explicó una vez que el precio es lo que se paga y el valor es lo que se obtiene. Soy un fiel defensor de que, en cualquier inversión, la mejor estrategia es obtener la máxima calidad, rendimiento, crecimiento y protección posibles por nuestro dinero. Esto implica ser extremadamente selectivo y descartar muchas propuestas. Con una cartera concentrada, estamos decididos a no sacrificar los rendimientos compuestos a largo plazo ni el apoyo a la valoración.
Inflación más crecimientos más bajos, el fantasma de la estanflación está ahí… ¿qué perspectivas augurarías para la renta variable europea en este entorno? ¿Habrá menores rentabilidades?
Teniendo en cuenta los tipos bajos, las perspectivas para todas las clases de activos son más moderadas que en el pasado. Pero no es cierto que todas las empresas corran la misma suerte en Europa. Muchas son dueñas de su propio destino y son capaces de crecer impulsadas por fuertes tendencias subyacentes. Estas son algunas de las empresas a las que nos dirigimos en nuestros fondos Discovery, si las adquirimos al precio adecuado pueden ser excelentes inversiones.
Otra tendencia que vemos en Europa son los populismos, su auge. Como ejemplo, la extrema derecha gana terreno: ¿es la política y su evolución un foco de preocupación en vuestras inversiones?
La política no es algo en lo que nos centremos demasiado. Somos expertos en selección de valores bottom-up. Aplicamos la máxima de «el camino menos transitado», que se basa en que, para obtener mejores resultados, debemos adoptar un enfoque diferente al ortodoxo. En nuestras carteras nos centramos directamente en nombres que están al margen de la tendencia predominante, y normalmente encontramos buenas inversiones en ellos. El riesgo político, si acaso, crea volatilidad en el mercado, y eso puede ser algo bueno en momentos como éste, porque provoca que empresas con gran potencial estén a precios bajos.
En España, en la bolsa española, ¿veis oportunidades de inversión? En los últimos años ha caído más que la europea, pero podría subir más ahora también, ¿hay oportunidades?
Por supuesto, hay grandes oportunidades en todos los mercados, y España no es una excepción. Mantenemos posiciones en empresas como CIE Automotive, un negocio de automoción magníficamente gestionado y con sede en el País Vasco. CIE ha sufrido con las preocupaciones sobre el ciclo y la interrupción de la cadena de suministro, pero es un negocio construido con visión a largo plazo que, en tiempos difíciles, sale reforzado. Por lo tanto, somos optimistas sobre las perspectivas de CIE y estamos convencidos que es una gran inversión.
La ESG como tendencia: ¿está en peligro en un entorno bélico? Muchos dicen que lo antes se consideraba malo como inversión (como las armas), ahora no tanto…
No hay duda de que la terminología está cambiando y que áreas como “Defensa” son ahora menos rechazadas que en el pasado en los círculos de ESG. No obstante, creo que ciertas megatendencias clave en torno a la necesidad de que la humanidad avance hacia una economía más circular, la necesidad de seguridad en diferentes entornos, y nuestra necesidad de aprovechar realmente la tecnología para mejorar la calidad de vida están muy presentes, e incluso pueden acelerarse. Creo que, aunque se producirán cambios en algunos de los extremos, estas tendencias se mantendrán ya que siguen sustentándose sobre las mismas necesidades. Por todo ello, seguimos centrándonos en las áreas de crecimiento sostenible y buscando las mejores oportunidades en ellas.