Resulta muy fácil dejarse llevar por le euforia en esta fase del mercado alcista y asumir demasiado riesgo. Ahora que un amplio conjunto de indicadores sugiere que los factores macroeconómicos están
deteriorándose, podría ser el momento de volver a centrarse en encontrar fundamentales atractivos y, en este sentido, Asia es posiblemente el mejor lugar para encontrarlos.
Las empresas asiáticas se encuentran inmersas en una fase de fuerte recuperación de los beneficios que parece extenderse por los distintos países y sectores. Los analistas de Fidelity calculan que el beneficio por acción (BPA) de la región crecerá un 11,8% y un 7,3% en 2017 y 2018, respectivamente, impulsado por el convincente crecimiento económico mundial y la revalorización de las materias primas.
Estas cifras contrastan con el crecimiento medio de los beneficios del -2% que registró Asia durante los últimos seis años
La demanda interna sigue siendo fuerte
Es más: se observan señales de que el favorable entorno exterior para Asia está extendiéndose y fortaleciendo la demanda interna. Esto confiere cierta resistencia a los fundamentales empresariales en un momento en el que la actividad económica mundial y las revisiones al alza de los beneficios están tocando techo. El consumo privado está encontrando apoyo en unos mercados laborales estables y una inflación favorable, lo que se refleja en el crecimiento de las ventas minoristas y la pujanza de los indicadores de confianza de los consumidores. En varios países, la política presupuestaria de los gobiernos está ayudando a sostener el crecimiento interno y atenuando el impacto de la necesaria desaceleración de la economía china.
Algunos sectores están mejor posicionados que otros
Los sectores de materiales y tecnología han liderado la recuperación de los beneficios hasta ahora, pero la mejoría de los márgenes es ya evidente en diferentes sectores. Los beneficios están aumentando en los bancos más sólidos a medida que crecen los márgenes de intermediación y la concesión de créditos, especialmente en aquellas entidades con mayor exposición a las subidas de los tipos en dólares y grandes volúmenes de depósitos que ayudan a controlar el coste de financiación.
El crecimiento de los ingresos sigue siendo relativamente plano en el conjunto del sector del consumo, pero las perspectivas de crecimiento de los beneficios son mejores en áreas concretas, sobre todo donde la inversión en inmovilizado se ha mantenido bajo control.
Las empresas expuestas al crecimiento constante del consumo chino parecen estar en la mejor posición en áreas como el juego, los hoteles, la cosmética, los productos de lujo y los aeropuertos
Aunque, en general, las inmobiliarias chinas se enfrentan a dificultades, en determinadas empresas las perspectivas son más alentadoras. Las ventas de las grandes promotoras, especialmente aquellas centradas en mercados fuera de las ciudades de primera categoría, están creciendo más rápido que el conjunto del mercado, gracias principalmente al aumento de la cuota de mercado.
Las valoraciones a largo plazo distan mucho de estar caras
La recuperación de los beneficios ha dado lugar a un mejor comportamiento relativo de las acciones asiáticas, pero las valoraciones siguen siendo razonables. Situado en 12,9 veces, el PER a un año está ligeramente por encima de la historia reciente, pero no tanto cuando se compara con la media a diez años. Además, el ratio precio-valor contable, un indicador especialmente relevante para la bolsa asiática, que tiene una mayor exposición a los servicios financieros y los inmuebles, se sitúa ligeramente por debajo de su media a largo plazo de 1,7.
Y eso es así en un momento en el que podrían elevarse las curvas de rendimientos en varios mercados asiáticos, dado que los bancos centrales tienen margen para relajar las condiciones monetarias y recortar los tipos a corto plazo (dos ejemplos recientes son la India e Indonesia), ya que la inflación sigue fluctuando dentro de las bandas objetivo. Históricamente, una mayor inclinación de las curvas de rendimientos ha ido de la mano de unas sólidas rentabilidades bursátiles.
La estabilidad desbanca a la infravaloración
Generalmente, esta coyuntura favorecería a la inversión de estilo “value”, pero el énfasis en la rentabilidad total mediante una combinación de rentas y crecimiento probablemente brinde estabilidad a largo plazo en esta fase del ciclo, con unos dividendos muchos menos volátiles que los precios. Así, los expertos de Fidelity destacan que la renta variable asiática ofrece actualmente una rentabilidad por dividendo algo inferior al 3%, un nivel que resulta atractivo comparado con la media mundial. Sin embargo, si se rasca la superficie, las cosas se presentan aún mejor para los inversores que buscan rentas.
En primer lugar, se prevé que los dividendos crezcan un 5-6% anual durante los próximos tres años, acercándose así a sus medias a largo plazo
En segundo lugar, los porcentajes de distribución de beneficios, en torno al 40%, son bastante bajos frente a la media mundial. Esto significa que hay margen de mejora en este punto, pero también
gran cantidad de coberturas defensivas en caso de que el crecimiento económico se modere.
Entretanto, los inversores que buscan rentas pueden seguir recurriendo a los mercados de renta fija para encontrar rendimientos atractivos. El periodo de crecimiento de los beneficios y consolidación de los balances está ayudando a las empresas a reducir su apalancamiento desde unos niveles elevados, lo que compensa la perspectiva de una dinámica de oferta y demanda menos favorable que en años anteriores.
Al combinar los mercados de bonos corporativos de alta calidad crediticia y alto rendimiento, se obtiene un media simple del 4,5% actualmente, mientras que el rendimiento equivalente en los
mercados internacionales es del 3,9%. Aunque los argumentos a largo plazo para invertir en Asia se mantienen intactos, ahora es un buen momento para ser más exigentes en la selección de valores. Los efectos macroeconómicos beneficiosos podrían convertirse en obstáculos, siendo el más importante de ellos las expectativas de endurecimiento monetario en los mercados internacionales.
Irónicamente, la reducción gradual de las políticas monetarias expansivas por parte de los grandes bancos centrales es una espada de doble filo: debería animar a los inversores a centrarse de nuevo en los fundamentales, pero la reducción de la liquidez es un ejercicio con mucho riesgo de ejecución. Sin embargo, los posibles brotes de volatilidad podrían ser una buena oportunidad para reforzar áreas con potencial a largo plazo.
La volatilidad baja no puede durar
Incluso si los bancos centrales pueden evitar otro “taper tantrum”, indudablemente los mercados serán más proclives a sufrir cambios bruscos. Como siempre, existen infinidad de riesgos en el horizonte, pero el final del mercado alcista no siempre tiene un desencadenante obvio. Indudablemente, el periodo reciente de baja volatilidad no puede durar. Ahora que los inversores se plantean cómo obtener ganancias con los últimos compases del mercado alcista, necesitarán mantener un enfoque flexible en sus inversiones en Asia para capturar las rentabilidades de forma eficiente.