Las perspectivas para los mercados asiáticos siguen siendo buenas. Aunque se han producido recientemente sacudidas que han minado la confianza de los inversores, y a pesar de la creencia generalizada de que la fortaleza del dólar estadounidense debería perjudicar a muchos mercados, en toda esta región se están produciendo numerosos cambios en el plano político y macroeconómico que probablemente sigan dando impulso a los mercados a medio-largo plazo. Ésta es la opinión de John Ford, director de inversiones del área de Asia-Pacífico de Fidelity Worldwide Investment.
A diferencia de los países emergentes más dependientes de las materias primas en otras partes del mundo, como por ejemplo Brasil, Sudáfrica y Rusia, en Asia se aprecian una serie de razones por las que la región podría seguir registrando un buen comportamiento en un contexto de revalorización del dólar. En primer lugar, enumera, la deuda externa de Asia ha mejorado espectacularmente desde la crisis monetaria de 1997, ya que los países de la región han sido muy disciplinados en este frente todos estos años. En segundo lugar, dice, la mayoría de los países de la región han acumulado ingentes reservas de divisas en comparación con su deuda, por lo que ahora no son ni por asomo tan vulnerables a las crisis externas como lo fueron en su día.
Sin embargo, un factor igual de importante es que muchos países de la región también han manifestado un claro afán de reforma y no es ninguna coincidencia que las mejores bolsas en 2014 fueron las de los países que están trabajando activamente en programas de reformas de amplio calado, unos programas que en algunos casos son realmente interesantes, recuerda este experto de Fidelity. También es muy relevante que las tasas de crecimiento de Asia dependen menos hoy día de las exportaciones y más de la demanda interna.
En Japón, apunta Ford, la política de las tres flechas de Abe ha alterado claramente el sentimiento a corto plazo, así como las perspectivas de inflación. Aunque el objetivo de inflación es ambicioso, el logro más poderoso que se podría conseguir en Japón es cambiar la mentalidad del país para que las expectativas de depreciación de los activos se conviertan en perspectivas de revalorización. Para el director de inversiones del área de Asia-Pacífico de Fidelity, ésa es la razón que llevó al gobernador del Banco de Japón a pensar que su única opción era redoblar la apuesta por su política reflacionista tras detectarse señales de que estas expectativas se estaban desvaneciendo.
La desaceleración china es en el fondo positiva
Hablando de China y su posible evolución este año, Ford cree que aunque los observadores están obsesionados con la desaceleración del crecimiento del PIB, esto es, en realidad, algo positivo. “Una economía del tamaño de la china no puede seguir creciendo a marchas forzadas indefinidamente. La ralentización del ritmo de crecimiento a lo largo del tiempo es algo natural”, considera.
Ford cree que el programa de reformas de China es clave para reorientar su economía dando más peso al consumo en detrimento de la inversión. Su objetivo es dirigirse hacia un modelo económico más sostenible, y eso incluye un enfoque de la distribución del capital más basado en el mercado.
En ese sentido, el consumo chino ya ha crecido mucho más rápido de lo que la mayoría piensa, ya que ha aumentado a una tasa media del 10% anual en términos reales durante la pasada década. A los precios actuales, ha aumentado más de cinco veces desde 2003 hasta 4,8 billones de dólares. Las reformas siguen siendo fundamentales para China en el largo plazo. La reforma de las empresas estatales ya está dando frutos tangibles en las cifras de beneficios de compañías como China Mobile y Petrochina. Obviamente, el país también se está beneficiando del descenso de los precios del petróleo, ya que es un importador neto de esta materia prima.
La India, una locomotora a todo gas
En cuanto a la India, la magnitud de la victoria electoral del primer ministro Narendra Modi superó las expectativas y consiguió la primera mayoría parlamentaria de un único partido en 30 años. Los primeros presupuestos de Modi han trazado una hoja de ruta para la consolidación del gasto público y el impulso a las infraestructuras y la construcción y han adelantado la apertura a la inversión extranjera directa, con lo que se ha pulsado la mayoría de las teclas correctas, apunta Ford. “Que mejoren las perspectivas de crecimiento depende de la capacidad del gobierno para introducir reformas de amplio calado. Aparte de las mejorías en sectores concretos, entre las posibles reformas macroeconómicas están la simplificación de los procesos de aprobación de proyectos y adquisición de terrenos (infraestructuras), las reformas en el mercado laboral, la administración federal y los impuestos (gestión pública) y la reducción de las subvenciones”.
Las inversiones han centrado las prioridades del gobierno de Modi, dice el experto de Fidelity. Una de las áreas de actuación más evidentes para el nuevo gobierno es mejorar la eficiencia de los procesos burocráticos y acelerar la toma de decisiones. Tener éxito en este ámbito podría hacer que se pusieran en marcha proyectos de inversión por valor de más de 100.000 millones de dólares, y los primeros progresos realizados son alentadores.
Indonesia trata de equilibrar sus cuentas
Al igual que Modi en la India, el nuevo presidente Jokowi en Indonesia es un reformista defensor del mercado que no procede de las élites políticas indonesias. Aquí también las reformas van a ser un motor fundamental para el crecimiento a medio plazo. Indonesia tiene un perfil demográfico favorable, por lo que es primordial liberar la demanda interna y reducir la dependencia de las exportaciones de materias primas. Indonesia es un exportador de materias primas, pero es un importador neto de petróleo con combustibles ampliamente subvencionados, por lo que el descenso del crudo será de ayuda. Sin embargo, el mercado no está libre de obstáculos, siendo dos de los más relevantes el déficit por cuenta corriente actual y el gran peso de las materias primas en la economía.
Países de la ASEAN: la integración es la clave
Por último, pero no menos importante, están los países de ASEAN, el hogar de 600 millones de personas y, tomados en conjunto, la octava mayor economía del mundo. Estos países por fin se han puesto de acuerdo para planificar cómo pueden aprovechar mejor colectivamente sus fortalezas. Los «planes de conectividad» de ASEAN constituyen el próximo paquete de objetivos ambiciosos después de desmantelar las barreras arancelarias. Se espera que el concepto de conectividad entre estos países refuerce el papel protagonista de este grupo de naciones en la región, facilite la creación de la comunidad económica y siente las bases para una conectividad reforzada en el este de Asia, concluye.