La economía de Estados Unidos puede liderar a los países desarrollados con un crecimiento del producto interno bruto de más del 2% en 2017. Los beneficios de las políticas propuestas por Donald Trump de reducir los impuestos, aumentar el gasto en infraestructura y disminuir la regulación deberían ser mayores en 2018 que en 2017. Sin embargo, el impacto de sus políticas comerciales puede compensar algunos de los potenciales beneficios de su política fiscal.
Por ahora, Ken Taubes, CIO para Estados Unidos de Pioneer Investments, cree que la primera economía del mundo debería disfrutar de un sólido crecimiento continuo, impulsado por fuertes cifra de empleo y consumo.
“Las ventas finales reales a los compradores nacionales en el cuarto trimestre aumentaron a un ritmo del 2,8%, beneficiándose de un sólido 3,5% en el consumo. El fuerte crecimiento del empleo y los máximos plurianuales en la confianza de los consumidores pueden seguir apoyando el consumo”, explica Taubes en su último análisis.
Además, recuerda, las pequeñas empresas, que representan aproximadamente el 50% de puestos de trabajo en Estados Unidos, pueden impulsar el crecimiento del empleo. “Alentados por el potencial de la reforma tributaria y regulatoria, las pequeñas empresas indicaron un mayor optimismo tras la elección de Trump. El optimismo se elevó a un máximo de 12 años y los planes de contratación se situaron en máximos de 10 años también”, añade.
“Estas cifras sólidas de empleo deberían seguir apoyando el consumo y el mercado de la vivienda. Unas ganancias corporativas más fuertes, así como el gasto del gobierno, también pueden contribuir al crecimiento en 2018 y más allá. El aumento de los índices globales de gestores de compras (PMI) sugiere que el crecimiento en las economías globales también está aumentando”, cree el gestor.
El equipo de Pioneer Investments que dirige Taubes estima que la inflación ha alcanzado esencialmente los objetivos de la Reserva Federal y que el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) corre el riesgo de quedarse atrás.
Por su parte, el dólar puede estar en gran medida atrapado en un determinado rango, afirma Tauber. “Aunque la divisa puede verse respaldada por los amplios diferenciales de rendimiento, la divergencia continua en las políticas del banco central y una perspectiva económica positiva para los EE.UU., las fuerzas de contrapeso, incluida la preferencia de Trump por un dólar más bajo pueden frenar la apreciación del dólar”.