El gobierno argentino seguirá reformando la economía, pero a una velocidad moderada. Pese a que la administración Macri fue capaz de pasar las reformas tributarias y de pensiones, la reforma del mercado de capitales y laboral todavía están atrasadas, debido a una falta de acuerdo político, señala Leonardo Suárez, director de estudios de LarrainVial, en un análisis publicado en el blog de la firma.
“Probablemente, Macri privilegiará la búsqueda de un consenso entre los intereses corporativos y políticos. En este ambiente de rigidez institucional, no creemos que Argentina se expanda más de 2,5% en 2018 (el consenso espera un crecimiento económico de 2,9% este año), 3% en 2019 y 4% en 2020. Empezando el 2019, la economía debería estar más dinámica gracias a una mayor inversión, la que impulsará el crecimiento, liderado por el sector no transable y por las exportaciones”, señala la nota.
En Argentina, “el apalancamiento corporativo es relativamente bajo, y el spread corporativo ha alcanzado recientemente su nivel más bajo en los últimos diez años, lo que debería dejar espacio para que la deuda corporativa crezca”, señala la entidad.
“Pese a la demanda por una política de shock, la preferencia de Macri es ir con un ajuste fiscal gradual, en medio de un gasto público que ha aumentado desde 10,5% del PIB en 2002 a 41,7% del PIB en 2017.Una política monetaria restrictiva no fue capaz de llevar a la inflación al rango objetivo del Banco Central de la República Argentina (BCRA), y también evitó un mayor crecimiento económico, inhibiendo un alza en los ingresos fiscales e impidiendo que el déficit primario mejorara en 2017”, escribe Leonardo Suárez.
Para el directos de estudios de LarrainVial, “una política monetaria más cómoda probablemente permitirá una renovada depreciación de la moneda, disipando las dudas sobre la rigidez del objetivo de inflación y la falta de coordinación entre las autoridades económicas. La credibilidad del BCRA y su real autonomía están aún bajo presión.En ese sentido, el crecimiento en medio de la estabilización de la balanza de pagos – como ocurrió en Chile entre 1985 y 1990 – es la mejor opción para Argentina”.
LarrainVial proyecta que el Banco Central de Argentina (BCRA) “continuará reduciendo la tasa de referencia, llevándola a 16% a fines de este año (el consenso espera un 18,5%). En tanto, nuestro precio objetivo para el tipo de cambio es de ARS 21 para 2018 y ARS 23 para el próximo año”.
“La política económica está dirigida hacia un modelo de tipo de cambio altamente estable, buscando estabilizar la balanza de pagos y el crecimiento del sector transable. Este crecimiento debería estar liderado por la inversión fija y eN detrimento del consumo, donde reducir la inflación hacia niveles internacionalmente adecuados no serán la prioridad de corto plazo, pese a que una menor inflación sería un objetivo para el largo plazo”, asevera Leonardo Suárez.