La primera comparecencia pública del flamante ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, va despejando parte de las incógnitas sobre su gestión y apunta a que el plan de emergencia con el que busca reactivar la economía tendrá dos fuentes de financiamiento: una subida de los impuestos y una reestructuración de los intereses de la deuda.
Guzmán fue explícito: no habrá más ajuste fiscal en 2019 y no hay tampoco margen para más emisiones monetarias. Por otro lado, se mantendrán los controles cambiarios, además, el país no tiene acceso al crédito porque se encuentra, según las palabras del ministro, en un “default virtual”. A pesar de este escenario aparentemente sin salida, el nuevo gobierno argentino impulsará una Ley de Solidaridad y de Reactivación Productiva que supondrá el aumento del gasto público.
Una Unidad Gestión de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa
Guzmán estará al frente de una unidad especial que se encargará de una negociación rápida de la deuda privada, tendiente a retrasar el pago de los intereses y del capital a los acreedores. Es una incógnita si la oferta será agresiva (con quitas de capital) o moderada (solo con diferimientos), pero será esencial que el gobierno logre que una parte importante de los bonista se adhiera a su plan si quiere evitar una cascada de procesos judiciales.
Solo en 2020, Argentina se enfrenta al pago de vencimientos por valor de 1,2 billones de pesos (con un dólar a 59,8 este jueves a media jornada).
Por otro lado, las negociaciones con el FMI ya están en curso, según anunció el ministro, y el objetivo es que el fondo acepte también un acuerdo de stand-by. En las últimas horas el FMI pareció alinearse con los objetivos de la administración Fernández, así, su portavoz, Gerry Rice, afirmó que el organismo comparte el objetivo de reducir la pobreza y reactivar la economía como prioridad. El FMI mantiene un programa de préstamos a Argentina por valor de 57.000 millones de dólares.
Subidas de impuestos
Los analistas dan por segura una subida de los impuestos, única vía de oxígeno posible en el estado actual del plan gubernamental, aunque todavía no se han hecho anuncios concretos.
Si la nueva administración argentina aprueba una Ley de Emergencia, podría aumentar la carga impositiva de manera rápida y sin pasar por el Congreso. Así, lo que aparece como más seguro es una aumento de los tributos al sector exportador, lo que apuntaría a los productos agrícolas especialmente. También podría suspenderse la bajada al Impuesto a las Ganancias de las empresas que estaba previsto el año que viene.
También se subiría el impuesto a los Bienes Personales para las rentas más altas, quizá apuntando a los argentinos con bienes en el exterior. Entrevistado por el portal iProfesional, el abogado César Litvin criticó esta medida: «La aplicación de impuestos extraordinarios sobre Bienes Personales, además de no ser relevante desde el punto de vista de la recaudación, superará la frontera de confiscatoriedad establecido por la jurisprudencia actual», advirtió el CEO de Lisicki, Litvin & Asociados.