Con la primera resolución firmada por el nuevo ministro argentino de Hacienda, Nicolás Dujovne, Argentina levanta una de las últimas barreras legales para la entrada de capitales extranjeros en el país.
Esta restricción, que era ampliamente considerada como un obstáculo para la inversión extranjera, fue impuesta por Roberto Lavagna en 2005, cuando se determinó que las inversiones directas en el país debían permanecer durante un año en el país. El anterior ministro de Hacienda del gobierno de Macri, Alfonso Prat-Gay, redujo ese periodo a 120 días a principios de 2016, con la intención de que el también llamado ‘hot money’ no causara fuertes fluctuaciones en los precios de los activos.
Estas restricciones en los movimientos de capitales provocaron que, en 2007, las acciones argentinas perdieran su estatus de mercado emergente y pasaran a la categoría de mercado frontera dentro de la clasificación del índice MSCI.
Esta eliminación puede ayudar, junto con la liberación del cepo en el tipo de cambio, a que Argentina regrese en junio de este año a la clasificación de mercado emergente, que ostentan, por ejemplo, los mercados de México y Brasil.
Esta medida también puede ayudar a atraer nuevos inversores a sus bonos locales, pues abre la puerta a que los bonos a tasa fija del gobierno denominados en pesos argentinos sean incluidos en el índice JP Morgan de bonos soberanos denominados en moneda local.
Según estimaciones realizadas por Siobhan Morden, responsable de las estrategias de renta fija de América Latina en Nomura Holdings, y recogidas por la publicación Bloomberg, esto podría suponer un incremento en la demanda de unos 2.600 millones de dólares por los 10.300 millones de dólares emitidos en deuda soberana argentina.
Además, esta medida también dará soporte al desarrollo de un mercado de divisas, y en última instancia atraerá más divisa fuerte al país, según apuntó el analista de BBVA, Alejandro Cuadrado, en una reciente nota.
A pesar de los esfuerzos de Macri por reactivar la inversión extranjera en el país, todavía no se ven fuertes entradas de capitales en el país y la economía sigue contrayéndose. Después de una caída del 3,7% en el segundo trimestre de 2016 y una caída del 3,8% en el tercer trimestre, los analistas esperan que el producto doméstico bruto siga cayendo durante los tres primeros meses de este año.