El mercado, los expertos y las gestoras esperan que el Banco Central Europeo (BCE) comience a preparar el fin de su programa de expansión cuantitativa (QE), durante su reunión de hoy en Riga. Los riesgos geopolíticos, las cifras macroeconómicas, la evolución de la inflación y el valor del euro siguen siendo los elementos que más le pesan al BCE a la hora de tomar una decisión.
Hoy, la entidad presidida por Mario Draghi discutirá principalmente el futuro de las compras netas de activos. “Salvo sorpresas, el BCE dará a conocer la articulación de una menor generosidad monetaria mediante el desmantelamiento del QE, que pasará de un volumen de compras de 30.000 millones euros al mes en octubre, a cero en el arranque de 2019, a razón de una reducción mensual de 10.000 millones euros mes”, explican desde equipo de inversiones de Imdi Funds.
Por eso, según Paul Brain, director de renta fija de Newton Investment Management, parte de BNY Mellon IM, “si el BCE planea detener o disminuir su programa de expansión cuantitativa a fines de septiembre, la reunión de junio sería un momento perfecto para comenzar a hacer que los mercados se sientan más cómodos con la retórica”. Desde Columbia Threadneedle Investments, esperan que esta que esta reducción sea “corta y con el programa finalizado para diciembre de este año”.
De tomarse la decisión, el mercado contaría con un nuevo calendario. “El escenario más probable es que utilicen esta reunión para discutir el tapering de su programa y acabarlo a finales de año y realmente lo anuncien en la reunión de julio. Así que podríamos obtener muchos detalles esta semana y el anuncio real sería el próximo mes”, afirma Patrick O’Donnell, gestor de inversiones senior de Aberdeen Standard Investments.
En opinión de Yves Longchamp, jefe de análisis de Ethenea Independent Investors, este primer paso terminará con una década de condiciones monetarias acomodaticias sin precedentes. “Uno de los puntos de interés principales será si habrá una actualización de la declaración de política monetaria en relación a la potencial primera subida de los tipos de interés”, añade Longchamp.
Actualmente, la política señala que los tipo de interés principales del BCE se mantendrán en los niveles actuales durante un largo periodo de tiempo, y más allá del horizonte del programa de compra de activos. Según Longchamp, “asumimos que esta frase no cambiará, dado que el BCE no tiene prisa por subir los tipos. Sin embargo, podríamos ver un cambio significativo en la comunicación si eliminan el término más allá de la declaración”.
Aun así en el sector se escuchan voces disonantes, como la de Juan Ramón Casanovas, gestor de en España del Banco Degroof Petercam, quien considera que el BCE podría retrasar un mes más el esperado anuncio del cese del QE. El motivo que argumenta son los últimos indicadores adelantados. “Aunque los datos macroeconómicos siguen apuntando a un crecimiento relativamente sólido, el BCE podría anunciar este jueves una rebaja en las previsiones de crecimiento para 2018 hasta el 2,1% desde el 2,4% anterior. Por el contrario, el repunte del precio del petróleo podría hacer revisar al alza los datos de inflación hasta el 1,4%. Si a esto le unimos la incertidumbre en Italia, podemos pensar que el BCE retrasará hasta la reunión de julio el anuncio del fin del programa de compras cuantitativas”, explica Casanovas.
Los riesgos en Italia y los últimos datos moderados de crecimiento en Europa también hacen a Geraldine Sundstrom, gestora de carteras y directora general en PIMCO, hablar de cautela por parte del banco central, si bien solo en lo que a la subida de tipos se refiere, que en la gestora esperan para finales de 2019. Sin embargo, sus previsiones dicen que el fin del QE llegará pronto (en septiembre o, una reducción gradual para terminar con los estímulos a finales de año).
¿Riesgos políticos?
Lo cierto es que en los últimos meses, los riesgos a los que se enfrenta la Unión Europea se han acentuado como, por ejemplo, la ralentización del crecimiento, el aumento del proteccionismo estadounidense y la agitación en Italia; por lo tanto es lógico esperar que el BCE se muestre cautela.
“No solo es poco probable que el banco central detalle la estrategia de salida para su política monetaria extremadamente acomodaticia, sino que el QE puede incluso extenderse. Esperamos que el consejo de gobierno del Banco Central Europeo (BCE) adopte un tono más cauteloso en su próxima reunión. Los indicadores económicos recientes han confirmado que la desaceleración del crecimiento de la zona euro continuó en el segundo trimestre, periodo que se espera sea uno de los más débiles de los últimos dos años”, dice Franck Dixmier, director global de renta fija de Allianz Global Investors.
Datos macroeconómicos
Junto con los riesgos políticos, los datos macroeconómicos son un factor a tener en cuenta. Los últimos indicadores adelantados publicados anticipan que las perspectivas económicas son algo menos favorables que a principios de año.
“El BCE debería aumentar las previsiones de inflación para 2018 y 2019, teniendo en cuenta las sólidas cifras de mayo y el alza del precio de las materias primas. Respecto al crecimiento, las previsiones podrían descender marginalmente tras los decepcionantes datos de los últimos tres meses”, señala François Rimeu, responsible de multiactivo y estratega senior de La Française AM.
Uno de los aspectos que más continúa preocupando a los gestores de activos es cuál será el efecto de la retirada del QE en el mercado, en la valoración de los activos y en el crecimiento de la eurozona.
En este sentido Mark Holman, gestor de TwentyFour AM, boutique de Vontobel AM, apunta que “es importante añadir que el balance de la institución mantendrá su tamaño y que los bonos que lleguen a su vencimiento serán reinvertidos. En cualquier caso, no hay dudas de que esto tendrá un impacto en la deuda soberana de la eurozona y que no será positivo, y dadas las turbulencias sufridas en Italia la semana pasada el timing, desde el punto de vista de los bonos italianos, no es ideal para la deuda soberana de Italia ni para el nuevo gobierno”.
Comparado con la Fed, el BCE viaja a una velocidad muy diferente: se encuentra en una fase muy anterior del ciclo de política monetaria, todavía está desarrollando activamente su programa de relajación cuantitativa y no se espera una subida de tipos en mucho tiempo. “Se podría decir que la reunión de junio ya ha empezado después de las declaraciones de la semana pasada de Peter Praet, el economista jefe del BCE, quien mostró confianza en la recuperación europea y aseguró que está justificada una retirada parcial de los estímulos. Los inversores podrían tener más datos esta semana, o tal vez tengan que esperar hasta julio o más adelante, pero en cualquier caso la opinión general es que el programa cuantitativo terminará este año. Por lo tanto, los mercados deberían centrarse en los tipos y las previsiones del BCE”, destaca Andrea Iannelli, director de inversiones de renta fija de Fidelity International.