Antonio Zoido, presidente de Bolsas y Mercados Españoles (BME), ha despedido 2018 calificándolo como un año “complicado”. «Debido a los distintos factores de trascendencia internacional que han afectado a la economía, 2018 se ha ganado a pulso ese adjetivo», ha asegurado Zoido durante la tradicional comida de Navidad con periodistas. Entre los grandes elementos desestabilizadores de la economía mundial, Zoido ha señala el conflicto arancelario, la devaluación de las divisas emergentes, el Brexit, las políticas italianas, la tensión en el precio del petróleo y los riesgos geopolíticos, entre otros, han actuado como grandes elementos desestabilizadores para la economía mundial.
Con todo, Zoido opina que este año ha finalizado la primera década del inicio de la peor crisis financiera desde el crash del 29 y ya se ve la luz al final de ese túnel que ha durado casi 10 años. “Si 2008 fue un año para la historia, 2018 se percibe como el final de un ciclo que ha llevado a las economías a la salida de la recesión”, ha expuesto.
El error de la tasa Tobin
El presidente de BME ha aprovechado para arremeter contra el recientemente aprobado impuesto a las transacciones financieras, la llamada Tasa Tobin, que establece un impuesto sobre las acciones españolas que tengan una capitalización bursátil superior a 1.000 millones de euros. Para Zoido, la ley traerá consecuencias negativas ya que, «incentivará la opacidad de los mercados, la deslocalización de intermediarios y operaciones, el aumento de los costes de transacción o la destrucción de la calidad y la liquidez», puntualiza.
En concreto, Zoido se ha referido al incremento del coste de operar en la Bolsa española. “Un impuesto del 0,2% supone multiplicar por 66 el coste de transacción que se aplica en el mercado español”, ha explicado.
Además, Zoido cree que también afectará a la financiación bursátil al producirse incrementos del coste de capital provocados por descensos de liquidez, como consecuencia del aumento de coste de las transacciones, introducirá una nueva fragmentación del mercado y su recaudación será muy compleja. “Esta propuesta es, en nuestra opinión contraria a postulados que, en estos momentos, son considerados esenciales para cimentar un desarrollo económico europeo integrado basado en el impulso de diversificación de las fuentes de financiación empresarial, el abaratamiento de las mismas, el crecimiento del tamaño empresarial, el papel esencial de la libre asignación de capitales en los procesos de inversión y el régimen de equidad, competencia, transparencia y protección del inversor, que son los principios básicos del funcionamiento de los mercados regulados”, ha resumido.
Un «annus horribilis» para las bolsas europeas
Lastradas por los diferentes acontecimientos geopolíticos, las bolsas europeas han acumulado rentabilidades negativas de forma generalizada, con la única excepción de la Bolsa noruega que se ha revalorizado un 2,8% en 2018. En España, pese a que las primeras sesiones de 2018 fueron positivas para la mayoría de las plazas financieras, el Ibex 35 acumula un descenso del 13%, que está en línea con el resultado de sus homólogos europeos. En este sentido, Zoido ha señalado que, sin embargo, «la volatilidad permanece en niveles históricamente bajos del 15%, frente al 31% de finales de 2016»
Para Zoido es importante hacer hincapié y recalcar el papel que los mercados de valores han jugado en la salida de la crisis y que a su parecer deben de seguir jugando para apuntalar nuevas formas de crecimiento económico. “Este año, los flujos de financiación canalizados por la Bolsa española alcanzan los 14.195 millones de euros hasta diciembre y la Bolsa española sigue ocupando una posición destacada en el mundo en este capítulo. Zoido ha recalcado que “desde el año 2000 se han canalizado flujos de financiación por un valor cercano a los 780.000 millones de euros”.
Po otro lado, a pesar de que las salidas a bolsa no hayan experimentado su mejor momento, se prevé un cambio de tendencia para 2019. “En 2019 el mercado se reactivará porque hay interés por parte de las empresas en salir a Bolsa». Ejemplo de ello son Ibercaja, Europastry o WiZink.
La participación de las famililas en Bolsa, en mínimos
La bolsa también ha experimentado cambio en cuanto a la participación, mientras que la presencia de inversores internacionales ha batido récords, la tasa de participación de las familias ha alcanzado mínimos históricos.
Además, las SOCIMI también han sido protagonistas en 2018. “Se han constituido como un instrumento indispensable para impulsar la reactivación de un sector que fue uno de los grandes damnificados de la crisis, pasando de representar 3.600 millones de euros de capitalización bursátil en 2012 hasta 23.600 millones de euros a finales de noviembre de 2018”, ha detallado Zoido.
Para Zoido, en el año 2019 comienza «una era desafiante» marada tanto por vulnerabilidades del pasado, como la elevada deuda, como por riesgos del presente como la concepción de una Unión Europa sin Reino Unido o la normalización de los tipos de interés en Europa.