Este año, el ciclo de crecimiento y el ciclo de políticas monetarias de los bancos centrales está del lado de los inversores en renta fija emergente. Este es el primer titular que surge de la conversación con Ray Jian, director de renta fija emergente de Amundi y gestor al frente del Amundi Funds Emerging Market Bond, un fondo de crédito emergente que invierte en deuda de la región con un enfoque que combina análisis top down, bottom up y potentes filtros ESG.
2024, el año de la deuda emergente
El posicionamiento de la estrategia depende de la combinación del análisis macro con el fundamental. En la parte top down, Jian comienza su análisis afirmando que la Reserva Federal “claramente está buscando un recorte temprano en los tipos de interés”, que ubica para la reunión de marzo, en línea con lo que espera el consenso de mercado y contando con que la inflación continúe con su trayectoria descendente en EE.UU.
El director de renta fija apela a la historia reciente para recordar cómo los bancos centrales del mundo emergente reforzaron su credibilidad en 2021 al adelantarse a la Fed, iniciando sus propios ciclos de endurecimiento monetario y manteniendo así la inflación bajo control. Hoy, gran parte del mundo en vías de desarrollo cuenta con estabilidad de precios y elevados rendimientos reales, y hay un buen puñado de bancos centrales dispuestos a iniciar sus propios ciclos de bajadas de tipos de interés… “pero nadie quiere empezar a hacerlo antes que la Fed”, indica Jian. “Una vez que la Fed empiece a recortar los tipos en marzo esperamos que el ciclo de bajadas en los emergentes se acelere”, añade. De hecho, para Jian uno de los grandes riesgos que afrontan los inversores este año no es un posible hard landing, sino todo lo contrario: que EE.UU. reacelere su crecimiento y la inflación descienda a un ritmo más lento del que anticipa el mercado.
Brasil y China suponen la excepción a la regla, al haber empezado a recortar tipos, pero el experto aclara que en el caso de Brasil el ritmo de las rebajas está siendo mucho más moderado que las subidas realizadas previamente, mientras que afirma que China es “completamente independiente del resto del ciclo mundial”. De hecho, el fondo apenas está invertido en activos asiáticos por considerar el equipo que el entorno macro y de crecimiento no es atractivo en China y por el impacto de lo que sucede en la economía china sobre sus vecinos asiáticos.
Continuando con la previsión macro, el experto de Amundi comenta que los países emergentes mantendrán músculo este año, calculando un ritmo de crecimiento de entre el 3% y el 3,5% otra vez para este año, mientras que estima que los países desarrollados no serán capaces de aguantar el ritmo, por lo que pronostica el mayor diferencial de crecimiento entre ambos bloques mundiales de los últimos cinco años.
Finalmente, Jian alega como tercer gran factor de apoyo para su clase de activo el hecho de que ahora mismo los inversores están infrainvertidos en activos emergentes– habla de hecho de mínimos de varias décadas-, después de haber retirado su posicionamiento en 2021 y 2022. “Es un contexto técnico favorable para la deuda emergente”, concluye.
Optimista en Latinoamérica, especialmente en Argentina
Hoy, la estrategia de deuda emergente de Amundi tiene a Latinoamérica como su región favorita, suponiendo cerca de un tercio del posicionamiento de la cartera. Jian detalla que los tres países donde están encontrando más oportunidades para generar retorno son México, Brasil y Argentina, especialmente el último, donde se declara “bastante bullish”. Aclara que comenzó a construir una posición en bonos del país el año pasado que le generó un rendimiento del 50%.
El gestor alude a una combinación de varios factores que estima que supondrán un impulso para el país, después de haber sufrido en 2023 niveles exacerbados de inflación: la propuesta reformista de Javier Milei para reducir el gasto público y frenar la política acomodaticia del banco central, el resurgir de las ventas de hidrocarburos – hasta el punto de que pronostica que el país se vuelva exportador neto este año- y una buena cosecha después de un año de sequía para el país.
Dicho esto, el experto se muestra claro: “Cuando inviertes en un país como Argentina, tienes que ser cuidadoso con el punto de entrada. El bono todavía está cotizando a 35 centavos de dólar y todavía está pagando el cupón, el carry es de doble dígito”. El experto considera que, si Milei es capaz de ejecutar su reforma con éxito y consigue que la balanza comercial se ponga en positivo, “el bono puede subir a 50 centavos de dólar; más el carry, estamos hablando de un +40% este año”.
Jian es consciente de que hay mucha inestabilidad y es posible que algo salga mal, pero matiza que, históricamente, el recovery value de un bono de países emergentes se ha situado en torno a los 30 centavos, por lo que afirma: “No estamos lejos del recovery value, en este ‘trade’ va a ser muy difícil perder dinero”.
En cuanto a Brasil y México, el experto también alude a cambios estructurales que sustentan la tesis de inversión. En el primer caso, habla de una economía que ha salido reforzada desde el covid gracias a la rápida actuación de su banco central, y que en la actualidad depende más de factores domésticos que de los externos para crecer. En el caso de México, explica que la tendencia de “onshoring” o “reshoring” procedente de EE.UU. va a dejar un impacto positivo que se dejará notar sobre el país en los próximos diez años.
Impactos de un año electoral cargado
El director de renta fija emergente afirma no estar “particularmente preocupado” por el gran número de países emergentes que celebrarán elecciones este año salvo en casos concretos como Panamá o Sudáfrica. En cambio, afirma que “el resultado de las elecciones estadounidenses es más arriesgado por su impacto sobre el mundo emergente”. En Amundi asignan un 60% de probabilidad de que Biden repita mandato, pero Jian matiza que, en la eventualidad de que Trump regresara a la Casa Blanca, México sería de los pocos países emergentes que no saldrían perjudicados, porque éste retomaría su política comercial de distanciamiento con Asia.
Por todos estos motivos, el experto espera, siendo conservador, que la deuda emergente genere un rendimiento del 8-9% en 2024. “Queremos eliminar de la mente de los inversores la imagen negativa que tenían de los emergentes en los últimos años”, concluye.