La renta variable es un activo volátil pero los gestores de renta variable española y europea tienen claro que merece la pena buscar las oportunidades que ofrece el mercado. Aunque François Badelon, gestor de Amiral, Javier Ruiz, gestor de Metagestión, y Gemma Hurtado, gestora de Mirabaud AM, se caracterizan por buscar, de forma muy activa, las mejores compañías y miran a sus números más que a la macroeconomía o la situación global, coinciden en señalar que es un momento para estar bolsa… o al menos, para invertir en las compañías adecuadas. Así lo indicaron en la mesa redonda “La aportación de los gestores en la selección de valores”, celebrada en Madrid en el marco del 12º Foro Medcap, organizado por BME, y que reunió los pasados 31 de mayo y 1 de junio a 100 compañías y 200 inversores en bolsa.
Aunque la macro no es su foco y se centran en buscar compañías de calidad, balances fuertes, que generen caja y puedan hacerlo de forma sostenible, al tener ventajas frente a sus competidores, Hurtado explicó por qué en Mirabaud tienen una visión positiva sobre el mercado bursátil español: la macroeconomía es resistente y sólida (dos tercios del PIB español están sustentados por el consumo interno, la política monetaria seguirá laxa mucho tiempo y fomentará el consumo y la inversión…); las compañías son eficientes (han pasado un periodo muy duro, que les ha obligado a ser eficientes desde un punto de vista operativo (de costes) y financiero (desapalancando su balance), de forma que se pueden apalancar sobre el crecimiento de la parte alta de la cuenta de resultados para construir un crecimiento de beneficios de doble dígito, dice Hurtado); y las valoraciones son atractivas. “Por estos motivos, el mercado español ofrece una atractiva oportunidad de inversión”, dice. Y además, explica que hay firmas que, aunque la macroeconomía no vaya bien, son capaces de crecer, poniendo como ejemplo a Telefónica en Brasil.
Ruiz es más cauto, pero se muestra muy optimista con la cartera de su fondo de bolsa ibérica, Metavalor, al que da un potencial del 60% para los próximos tres-cuatro años y que está formado sobre todo por firmas de pequeña y mediana capitalización, donde ve más oportunidades. “Solo un 15% del fondo está invertido en compañías del Ibex, y no son las más grandes. Vemos más potencial en small y midcaps y el fondo tiene ese sesgo desde los últimos tres años”, dice. En la gestora utilizan una filosofía de value investing que ha virado hacia un enfoque más cualitativo en los últimos tiempos: buscan negocios sencillos, con ventajas competitivas, perfil financiero sólido, y que estén baratos… y no buscan los dividendos, pues a Ruiz le parece una “aberración” que las firmas amplíen capital para ofrecerlos.
Por su parte, Badelon también reconoce que, mirando a empresas, en el actual escenario hay oportunidades: “La situación no es como la de 2007, donde todo estaba caro y no había refugio. Ahora encontramos empresas baratas en España, Europa y en el mundo… en emergentes hay cosas increíbles”, aunque no suelen durar baratas mucho tiempo, dice. El gestor huye de dar una visión a corto plazo, que niega tener, pero sí sabe lo que pasará a 20 o 50 años: “Todo depende de los consumidores –algo que también explicó la crisis de 2008, dice, pues era el fin del babyboom, pero no el fin del mundo-: España necesita de Latinoamérica, de Marruecos… porque su población se reduce”, advirtió. También augura que los estados quebrados “nunca pagarán su deuda” y relacionó las políticas de tipos cero con los intentos de los estados no de impulsar el crecimiento económico, sino como única alternativa para pagar su deuda. “La solución son los tipos cero y, en este contexto, no debería haber límites para las bolsas. Sin embargo, estas políticas reducirán el poder adquisitivo de los ciudadanos y eso tendrá impacto”, advierte. En cualquier caso, cree que los tipos seguirán muy bajos y “es mejor tener renta variable que fija en las carteras”.
A la hora de invertir, Badelon ha hecho suya la filosofía de Warren Buffett, el value investing, y su organización ha copiado la forma de trabajar de Capital Group: sus fondos (como el Sexant PEA, de renta variable europea) se dividen en subfondos, gestionados cada uno por un miembro del equipo y de forma que el resultado global es el agregado de cada subfondo. De esa forma, se deja libertad a los gestores pero éstos han de explicar sus ideas al grupo y escuchar críticas… así se evita reproducir el mercado pero también se protege frente al riesgo gestor. “Lo más importante para un gestor no es dar feedback sino recibirlo. Este sistema nos permite compartir ideas y ayudarnos a todos a mejorar… es tan importante como la filosofía de inversión”, dice Badelon.
En su búsqueda de mejores compañías del mercado, estos tres gestores dan mucha importancia a los equipos directivos (a diferencia de Buffett, que prestaba poca atención y decía que “lo ideal es invertir en negocios que un tonto pueda gestionar porque al final un tonto lo gestionará”). Ruiz señaló a empresas como Barón de Ley o Vidrala como algunas de las mejor gestionadas y con mejores equipos, Hurtado añadió a la lista Cie Automotive (indicando que da una gran importancia al equipo directivo porque “es el mayor intangible de una compañía y pesa en el proyecto y sus probabilidades de éxito) mientras Badelon explicó que el mejor gestor es, precisamente, Warren Buffett. “Es una época difícil para el value investing porque no nos gustan los cambios y las cosas cambian ahora muy rápidamente. Hay muchos sectores amenazados y hay que tener cuidado. Pero los negocios también pueden tener una evolución positiva y ahí es clave buscar un equipo directivo bueno, que suele dar sorpresas positivas”, apostilla Badelon.
¿Dónde están las oportunidades?
En la conferencia también se habló de oportunidades concretas, incluso en sectores atípicos de la inversión value, como puede ser el de tecnología, o algunos complicados de entender como los bancos. “Normalmente un inversor de este tipo no compra mucho en tecnología, porque el sector está lleno de cambios. Tramos de encontrar negocios más estables, como Coca-Cola. Pero el sector de Internet y de los ordenadores también es estable, no va a desaparecer”, y destaca nombres como Google o Apple. Hurtado señala que el sector tecnológico escasea en el mercado español, aunque en el pasado tuvo en cartera a Amadeus, mientras Ruiz, que invierte en nombres como Altia, prefiere no invertir en Apple pero reconoce que el sector tiene un desarrollo exponencial y se muestra abierto a analizar compañías líderes y con ventajas competitivas, de forma que sus negocios sean “difíciles de atacar”. En este sentido, tiene alguna tecnológica en cartera, pero que opera en una situación de pseudomonopolio.
Con respecto a bancos españoles hay más divergencia: Ruiz descarta el sector porque, aunque reconoce que las valoraciones son atractivas, ve muchos riesgos de cara al futuro, como su exposición a la renta fija pública (“con los estados quebrados y los tipos de interés en niveles de burbuja absoluta”), su mala gestión de capital (el gestor critica las ampliaciones de capital para pagar dividendos), una economía desapalancada y en la que ya no crece el crédito como antes; una rentabilidad bancaria mucho más baja, y por el impacto de la tecnología en el negocio: “No sabemos cómo será la foto bancaria en los próximos años”, dice.
Sin embargo, Badelon sí ve oportunidades y se siente atraído por los dividendos (“una empresa puede quebrar pero puede ser una buena inversión si paga dividendos”, dice) y tiene nombres en cartera como Crèdit Agricole. También Hurtado, que huyó de los bancos en la crisis, explica por qué compró Bankinter en 2012 (cuando ya había limpiado su balance de activos inmobiliarios y créditos morosos y ofrecía una oportunidad única), BBVA en 2013 (atraída por el negocio del banco en México y su exposición a la recuperación en EE.UU.) o Bankia, tras la última ampliación de capital (pues ya tenía un balance limpio, con los activos inmobiliarios en Sareb, y una valoración atractiva). “El valor hay que buscarlo esté en el sector que esté”, dice Hurtado. Mirabaud y Metagestión también tienen posiciones en socimis españolas, aunque monitorizarán el tema electoral en España para asegurar que el resultado no cambia la tesis de inversión.
¿Un negocio amenazado?
Sobre las amenazas a la industria de gestión de activos, Ruiz reconoció que gestoras como la suya tienen dificultades en temas de distribución en un mercado muy bancarizado pero aseguró que puede haber oportunidades, si por ejemplo se materializa la plataforma de fondos de BME. Para Hurtado, el negocio de gestión de activos no es el más afectado por la regulación: al contrario, se abren oportunidades para firmas medianas porque los inversores buscarán gestoras realmente activas y que aporten valor. Para Badelon, el riesgo sería que el mercado fuera totalmente eficiente, pero no lo es: “Lo que cambiará será la forma en que el inversor final accede al fondo –vía plataformas, a través del banco, por Internet, a través de una EAFI, una aseguradora, de forma directa…-; eso puede cambiar pero siempre tendremos gestoras mientras el mercado no sea siempre eficiente”.