A pesar de la incertidumbre que la guerra en Ucrania ha generado en las economías y los mercados de valores mundiales, para el gestor de Amiral Gestion Raphaël Moreau existen algunas certezas a las que los inversores pueden aferrarse para navegar en estos tiempos de inflación desbocada. En el webinar ‘Gestión Activa y Carteras Blend en tiempos de inflación’, que tuvo lugar el pasado martes, el gestor del fondo Sextant PME de la firma señaló que es difícil saber si la situación va a mejorar o empeorar en el país eslavo, ya que esto depende enteramente de factores políticos, pero hay sectores económicos que se van a ver favorecidos tanto si las negociaciones entre Rusia y Ucrania llegan a buen puerto, como si se termina desencadenando un conflicto a mayor escala.
Una de las principales tendencias que suponen una apuesta segura de futuro es el sector de la producción, transporte y almacenamiento de energía. La autonomía energética de Europa es una necesidad geoestratégica que el actual conflicto ha puesto de relieve, un proceso en marcha que se ha visto acelerado y que está estrechamente relacionado con la carrera hacia la sostenibilidad.
Ya sea a través de la transición verde en países como Alemania y España, o con una histórica apuesta por la energía nuclear en el caso de Francia, el impulso a la producción energética ya era una realidad antes de la invasión de Ucrania. No lo era en cambio el despertar militar de Europa. El sector de la defensa, largo tiempo olvidado en países como Alemania y Francia, ha vuelto a cobrar a raíz de la crisis ucraniana, una importancia notable.
La invasión también ha espoleado la cohesión europea en forma de una política común más vigorosa, una tendencia que comenzó con la pandemia y las cuantiosas inversiones comunitarias de los fondos Next Generation. Esta amenaza común unirá aún más a los países de la UE.
Tanto el incremento del gasto en defensa, abanderado por el anuncio del canciller alemán Olaf Scholz de un paquete de 100.000 euros para reequipar su ejército, como la cohesión y posible expansión de la Unión Europea, presentan oportunidades en términos de inversión en el medio y largo plazo. De hecho, tras el giro en la política de defensa alemana, las acciones de los principales fabricantes de armamento ya han experimentado un alza considerable en los principales mercados de valores.
No obstante, la situación es aún muy incierta y muchos gestores se están mostrando cautelosos a la espera de ver cómo evolucionan los acontecimientos en el este y la política monetaria de los principales bancos centrales. Esta precaución ha mantenido a Sextant PME, el fondo gestionado por Moreau, sin ningún cambio significativo en su cartera en las últimas semanas, según explicó su gestor.
Este fondo de renta variable invierte al menos un 75% de su capital en pequeñas y medianas compañías europeas escogidas mediante selección individual, apostando por un segmento (el de las small caps) cuyo rendimiento ha superado al de las large caps durante los últmos 20 años, según señaló Moreau. Sextant PME divide sus activos en un 49% de compañías GARP y un 48% de valores value y cuenta en su top 5 de principales posiciones con las empresas Group Guillin, SES Imagotag, Prevas, S&T y SAF Holland.
Con respecto a las perspectivas del mercado en los próximos meses, el gestor de carteras no se mostró muy optimista, ya que la capacidad del mercado para gestionar la elevada inflación es menor que en 2021, cuando el impacto de la subida de precios quedó atenuado por la alta demanda en muchos sectores. Con la situación actual, en cambio, el riesgo de estanflación es mayor debido a la caída de la demanda. “Si entramos en economía de guerra, los principios de mercado ya no se aplican”, aseveró.
Sin embargo, Moreau se mostró esperanzado en que la crisis no dure demasiado. “Las sanciones son difíciles de mantener, porque hacen daño a todos los actores en ambos lados. Creo que las partes en conflicto se verán forzadas a negociar un acuerdo”, adujo. Si se cumplen estas predicciones, la estanflación debería durar “uno o dos cuartos” y, cuando termine, las compañías que hayan aguantado el shock estarán mejor posicionadas para crecer.
Por lo tanto, la cuestión es dónde situar el punto de entrada más óptimo para comenzar a adquirir participaciones en valores small cap. Para este portfolio manager con años de experiencia en el sector, las valoraciones han bajado ante la enorme incertidumbre, pero todavía no a los niveles experimentados en 2008 o en 2020 con la pandemia.
“Los valores growth de mayor calidad siguen siendo demasiado caros. Si entras y los tipos de interés incrementan, te matan. La situación actual me recuerda un poco a la situación vivida con la burbuja de las ‘puntocom’ y la guerra de Irak a comienzos de siglo, duró unos cuantos meses y luego los valores volvieron a su punto de partida. Y los activos value tuvieron un muy buen rendimiento”, explicó.