América Latina continúa navegando en aguas turbulentas. Los tipos de cambio siguen volátiles, aunque apenas aquellas monedas más correlacionadas con el precio del petróleo, como las de Colombia y México, se han depreciado significativamente en el último mes. La actividad en la región sigue débil, pero la perspectiva es mixta entre los diferentes países, con señales de mejora en México y en Perú, y de recesión más profunda en Brasil.
La inflación presionada todavía mantiene el sesgo contractivo en la política monetaria. Sin embargo, el deterioro global podría llevar a algunos bancos centrarles a desistir de ajustes adicionales, como sucedió en Brasil.
En Brasil, la actividad económica todavía no se estabilizó. Se espera una contracción del 4% del PIB en 2016 (frente al -2,8% anterior). Las cuentas públicas continúan siendo el núcleo del problema. Además de la recesión, que pesa sobre los ingresos tributarios, existe la tendencia estructural de los gastos obligatorios de crecer más que el PIB. Dadas las incertidumbres globales, la inflación más baja y la recesión profunda, en Itaú Unibanco esperan que el Banco Central de Brasil reduzca las tasas de interés en el segundo semestre de este año, con una proyección para la tasa Selic del 12,75% para cierre de 2016.
En Argentina, los ajustes continúan. El gobierno abandonó la mayoría de los controles y permitió la fluctuación del tipo de cambio. La fuerte depreciación aún no impactó significativamente en la inflación. El banco central viene reduciendo el ritmo de expansión monetaria para alcanzar la meta de inflación de este año (máximo 25%). Pero el ajuste de precios relativos, especialmente de energía y el tipo de cambio, sugiere que la tarea no será fácil. Se proyecta una contracción del 0,5% del PIB para este año y una recuperación a 3,0% en 2017.
Las lluvias en Paraguay complicaron la distribución de la carne y la inflación se aceleró. Las reservas internacionales en Uruguay caen por la intervención del banco central para moderar la depreciación del peso. La economía colombiana pasa por ajustes a raíz de la caída del precio del petróleo. En el escenario base, Colombia continúa con un desempeño favorable. En un escenario de estrés para los precios del petróleo, el crecimiento se ve afectado y el potencial aumento del endeudamiento constituye un riesgo.