El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, formalizará su reconocimiento de Jerusalén como la capital de Israel transfiriendo la embajada de Estados Unidos allí desde Tel Aviv en 2019. Así lo comunicó hoy el vicepresidente Mike Pence al parlamento israelí en una decisión política que ha levantado ampollas en Oriente Medio.
En los últimos años, Tel-Aviv se ha convertido en un hub financiero asentado en la región, pasando en tan sólo 8 años de ser un incipiente centro económico a un reconocido jugador. Sin embargo, la decisión de Trump deja en el aire la pregunta de si este cambio amenaza el momento dulce que atraviesa la ciudad más cosmopolita de Israel.
En un ránking que lideran Londres, Nueva York o Hong Kong, Tel Aviv ocupa el puesto número 34 en el índice de Centros Financieros Globales elaborado anualmente por The China Development Institute (CDI) en Shenzhen y Z/Yen Partners en Londres.
No en vano, el número de hogares millonarios en el país aumentó un 17% en 2016, hasta cerca de 162.000, según Boston Consulting Group. Para dar servicio a este segmento de clientes, existen ahora cerca de 100 bancos privados y family offices en un país de alrededor de 8,5 millones de personas.
Para Ross M. Kestin, CEO de Fortune Partners LLC en Miami, no es probable que el cambio de capital vaya a modificar nada desde el punto de vista financiero.
“La infraestructura de negocios, comercio, proximidad física y psicológica al motor tecnológico de Israel hacen que Tel Aviv se mantenga como el centro de negocios”, explica.
Como ejemplo, el ejecutivo alude al volumen de negocio que tiene la oficina de la firma en la ciudad: “Muchos de nuestros empleados vienen de Jerusalén y otras regiones para venir a trabajar ya que Tel Aviv es el centro financiero y comercial del país y así es como seguirá siendo”, conlcuye.