Están surgiendo empresas con potencial disruptivo que podrían acabar dominando sus respectivos mercados y que son capaces de resolver importantes retos de sostenibilidad. Es lo que afirma Craig Bonthron, cogestor del Kames Capital Global Sustainable Equity Fund. Aunque hace tiempo que existen empresas fantásticas que ofrecen soluciones a los problemas de sostenibilidad a los que se enfrenta el mundo, en muy pocos casos han sido tan disruptivas como para cambiar la forma de operar del mercado, al estilo de Amazon o de Facebook. A menudo, estas empresas se han visto lastradas por tecnologías inmaduras, modelos de negocio o equipos directivos poco solventes, la complejidad regulatoria o dificultades relacionadas con el momento del ciclo.
No obstante, Bonthron cree que la situación ha cambiado en los últimos años y que cada vez más negocios resultan viables. «Llevamos muchos años apostando con entusiasmo por la inversión sostenible pero es cierto que nos ha resultado difícil encontrar empresas de crecimiento (growth) disruptivas que fuesen capaces de generar valor real gracias a la sostenibilidad», explica el gestor.
«Sin embargo, hemos observado que están surgiendo cada vez más empresas en este ámbito capaces de postularse como ‘ganadoras disruptivas’ gracias a que ofrecen soluciones escalables que resuelven directamente algunos de los principales retos de sostenibilidad a los que nos enfrentamos. Hablamos de empresas innovadoras que han identificado un problema, han desarrollado una solución y pueden capturar valor porque el statu quo es insostenible».
Bonthron y el equipo de Kames mantienen un interés particular en las empresas de crecimiento y se fijan en tres fuentes de alfa a la hora de invertir en ‘disruptoras sostenibles’: sostenibilidad de las rentabilidades no reconocida, mercado objetivo no reconocido y ritmo de adopción no reconocido. En opinión de Bonthron y del cogestor del fondo, Neil Goddin, «nos encontramos en un momento en el que cada vez más empresas disruptivas con esas características son sostenibles por naturaleza, lo que amplía el conjunto de oportunidades al que pueden acceder los gestores con este tipo de mandato que seleccionan valores con criterios bottom-up».
Bonthron identifica tres empresas que podrían dominar sus respectivos mercados en el futuro gracias a unos modelos de negocio disruptivos. En primer lugar, la estadounidense Everbridge ofrece comunicación de emergencia en tiempo real desarrollada en una plataforma de software en la nube. Está creciendo rápidamente gracias a que combina un precio bajo con un gran salto en funcionalidad frente a la antigua infraestructura de comunicación unidireccional, lo que explica que su cotización se haya duplicado en los últimos cinco años. En lo que respecta a la inversión sostenible, Everbridge ofrece claras ventajas económicas y ayuda a salvar vidas durante desastres naturales y ataques terroristas.
Otro ejemplo es Insulet, la cotizada estadounidense que fabrica Omnipod, una innovadora bomba de insulina en parche desechable para diabetes tipo 1. Esta revolucionaria tecnología evita que los pacientes tengan que pincharse 14 veces a lo largo de tres días (y es más barata que otras bombas de tubo, más grandes y con un coste inicial más elevado), lo que mejora su calidad de vida y su salud a largo plazo, a la vez que reduce el coste sanitario total».
Por último, la taiwanesa Chroma Ate ofrece equipos personalizables de medida y de ensayos de precisión, que resultan esenciales para el desarrollo y el proceso de fabricación de placas solares, baterías eléctricas y semiconductores. La estrecha relación que mantiene con sus clientes y unos productos innovadores y de gran calidad le permiten beneficiarse de las robustas tendencias de crecimiento de ciertas áreas que están contribuyendo significativamente a reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles.