Uno de los objetivos que se ha marcado Amundi en la última década ha consistido en hacer que la inversión responsable se vuelva mainstream. El objetivo en realidad es doble, porque implica también el propósito de elevar el compromiso de Amundi con la inversión responsable. Para conseguir esto, la compañía ha realizado con éxito su ambicioso plan de actuación ESG 2018-2021; y también puso en marcha un nuevo plan ESG denominado “Ambición 2025”, con el que pretende, entre uno de sus diez objetivos, reducir sus propias emisiones de CO2 en un 30% de aquí a 2025 y desarrollar una amplia gama de fondos con «ambición neta cero» o “net zero” .
Como explica Alban de Faÿ, director de renta fija sostenible de Amundi, uno de los principales componentes de ese plan es la innovación de producto. En el caso de la renta fija sostenible, el desarrollo de nuevos fondos es el resultado de la intersección entre el comportamiento del mercado y los cambios de esta clase de activo con la evolución de las necesidadesde los clientes, y a ese respecto afirma: “Tenemos tantas peticiones de nuevos productos sostenibles como clientes tiene la firma». Amundi ya cuenta con 800.000 millones de euros bajo gestión en estrategias responsables, de los cuales 320.000 son inversiones en renta fija. Uno de sus puntos fuertes es la inversión en bonos verdes, ya que comercializa uno de los productos de mayor tamaño del mercado.
De Faÿ empezó su carrera como gestor de crédito en 2003: “El mundo ha cambiado, el mercado ha cambiado, particularmente la renta fija. La temática ha cambiado, ahora somos capaces de desarrollar estrategias que tienen mayor profundidad”, comenta. De Faÿ explica que, aunque el primer bono verde fue emitido por el Banco Europeo de Inversiones en 2009, en realidad el mercado para esta clase de emisiones no empezó a acelerarse hasta 2017. Amundi empezó a invertir en bonos verdes en 2013 y lanzó su primer fondo temático en 2015.
La gama de bonos verdes de Amundi incluye varios productos: el Amundi Responsible Investing Impact Green Bond invierte en bonos verdes que cumplen los Green Bond Principles. Este fondo mide e informa de las toneladas de CO2 que se previenen por cada millón de euros invertido. El Amundi Funds Emerging Markets Green Bond invierte en bonos verdes emitidos principalmente por compañías procedentes de mercados emergentes, que buscan proporcionar financiación a la transición hacia un entorno con bajas emisiones de carbono. Más recientemente ha lanzado un fondo de crédito de corta duración compuesto por bonos verdes corporativos, el Amundi Funds Euro Corporate Short Term Green Bond; es un fondo que invierte en bonos verdes corporativos, interesante en el entorno actual de subida de los tipos de interés.
“Pensamos que el mercado de bonos verdes seguirá creciendo, lo que nos va a permitir mejorar la diversificación y ser más selectivos dentro de nuestras estrategias”, explica De Faÿ. El director de renta fija sostenible destaca que esta clase de estrategias pueden ofrecer a los inversores “acceso a la renta fija sin que la rentabilidad financiera se vea perjudicada y con beneficios medioambientales, ya que es importante tener en consideración que ayudamos a las empresas a financiar sus negocios futuros”. Además, el experto incide sobre las cualidades de diversificación en términos de rentabilidad-riesgo que aporta este segmento de la renta fija a una cartera equilibrada.
La propuesta artículo 9 de Amundi
Alban De Faÿ se encarga de la gestión del fondo Amundi Responsible Investing Impact Green Bond y co-gestiona el Amundi Social Bonds, lanzado a finales de 2020. Este último fondo pone énfasis en la S de ESG, al centrarse en la selección de bonos sociales que han sido emitidos con el objetivo de captar financiación para proyectos que tienen un impacto social. “Un bono social es como un normal, pero en el que el emisor tendrá que justificar que los fondos van a financiar únicamente proyectos sociales. La diferencia con un bono verde es que, además de que el emisor tenga que especificar muy bien el tipo de proyecto, también tiene que indicar a qué tipo de población quiere llegar”, explica el experto. Éste pone un ejemplo de por qué es importante leer la “letra pequeña” de los prospectos. En particular, en el caso de los bonos sociales, un fondo puede ofrecer exposición a una inversión social en el sector de la salud, pero no será lo mismo construir un hospital dedicado a la medicina estética en el centro de la ciudad, que construir un hospital en una zona de bajos recursos donde sus habitantes tienen problemas para acceder a servicios sanitarios.
De Faÿ explica que muchos de estos bonos sociales son emitidos por agencias gubernamentales o supranacionales, que en cierto modo tienen en su ADN impulsar esta clase de proyectos. En el sector financiero, indica que detrás de las principales motivaciones para financiar estos proyectos suele estar “la idea de financiar a pequeñas y medianas empresas que operan en entornos donde el desempleo es elevado”. De hecho, más de la mitad de la cartera del Amundi Social Funds está invertida en proyectos dedicados a la generación de empleo, aunque también tienen exposición a proyectos relacionados con el fomento de la educación e incluso proyectos de ayuda a refugiados.
Al igual que con el mercado de bonos verdes, el experto muestra su expectativa de que el mercado de bonos sociales vaya ganando profundidad en algunas áreas: “Creemos que el mercado de bonos sociales seguirá creciendo, aunque a un ritmo inferior al mercado de bonos verdes y al mercado de bonos convencional. Creemos que hay algunos factores técnicos que favorecerán el desarrollo de los bonos verdes en lugar de los sociales, como por ejemplo que el BCE quiere que su balance sea verde”.
Estos fondos son artículo 9. El director de renta fija sostenible explica que el desarrollo de estos productos bajo la normativa actual plantea una dificultad adicional: “Ahora no existe una definición oficial de qué es una inversión sostenible, por lo que nos apalancamos en nuestra definición interna de inversión sostenible para garantizar a nuestros inversores que, basados en nuestra definición, los bonos en los que invertimos, tanto verdes como sociales, son inversiones sostenibles”.
El experto termina con una reivindicación sobre el papel de Amundi como financiadora e impulsora de proyectos sostenibles: “Jugamos un papel muy importante al comprometernos con esas empresas. Les ayudamos a definir mejor su estrategia de sostenibilidad y a avanzar teniendo en cuenta todos los desafíos que afrontamos. Necesitamos financiar la transición energética, pero también proyectos sociales, creemos en la transición justa”, concluye.