Hasta 2022, el acrónimo TINA (There is no alternative) se había puesto de moda en los mercados, en referencia a que la renta fija ya no era una alternativa para los inversores, que no quedaba más remedio que asumir riesgos para obtener rentabilidad. El fuerte mercado bajista visto el año pasado ha puesto patas arriba a las valoraciones, haciendo que emerja un nuevo acrónimo: TARA o, lo que es lo mismo, There are reasonable alternatives, ya hay alternativas razonables. “Quiere decir que los inversores ya son capaces de tener diversificación y de obtener fuentes de rentas distintas a la renta variable, dado que antes la renta fija no estaba dando ningún tipo de renta”, explica Alexandre Drabowicz, director adjunto de renta variable de Amundi.
Drabowicz explica que la estrategia de inversión de Amundi para 2023 se va a escalonar en tres secuencias: primero añadir deuda soberana y crédito con grado de inversión, después high yield y, en el segundo semestre del año, acciones. “Vamos a ejecutar este movimiento de irnos primero a renta fija, porque por fin vamos a ser recompensados, y las acciones serán lo siguiente, porque probablemente los inversores aprovecharán la oportunidad y los diferenciales empiezan a estrecharse otra vez, por lo que la tendencia podría agotarse rápidamente”, resume.
El representante de Amundi explica que la firma prefiere mantener cautela antes de incrementar su exposición a renta variable: si realmente estamos en la antesala de una recesión, “entonces debería haber también una recesión de beneficios, creemos que el mercado está un poco más optimista con sus previsiones”. Drabowicz se refiere a que actualmente el mercado europeo está poniendo en precio un crecimiento de los beneficios del 3%, mientras que en Amundi esperan una contracción del -10% que se correspondería con una recesión suave. Por tanto, “en cierto modo y desde la perspectiva de las valoraciones, los mercados se están poniendo un poco caros”.
Hay vida fuera de Estados Unidos
El experto explica que las acciones estadounidenses están cotizando a un PER medio en torno a las 18 veces, frente a la media de largo plazo, que sitúa en torno a las 17 veces. En Europa y emergentes, los múltiplos están en torno a las 12,5 veces el beneficio, y por esta razón él constata que se está produciendo cierta rotación por geografías, ya que los inversores han empezado a comprar más acciones europeas, chinas y de otros países emergentes.
El director adjunto de renta variable recuerda que el año pasado, con el estallido de la guerra en Ucrania, “nadie quería comprar acciones europeas”. Ahora, la percepción está cambiando para los inversores globales por dos razones. La primera tiene que ver con la caída en los precios del gas, sobre todo frente a las expectativas del mercado. Esto ha tenido un reflejo sobre la inflación, al reducirse el efecto de base y caer la tasa.
La segunda razón es que “nadie esperaba la reapertura de China”, y de hecho Drabowicz considera que está siendo “subestimada”. El experto cree que la reapertura china va a tener un impacto mucho más profundo sobre la economía mundial que las reaperturas previas de Estados Unidos y Europa. Drabowicz afirma que hay mucha demanda embalsada que se liberará con la reapertura de fronteras, pues los ciudadanos chinos ahora disponen de mucho dinero ahorrado y están deseando viajar y adquirir productos que no son tan fáciles de encontrar en su país. Por este mismo motivo, también anticipa el incremento de las exportaciones. Además, observa que “el gobierno chino se está centrando otra vez en el crecimiento interno, por lo que estimularán a la economía”. Drabowicz alerta de que se trata de un cambio de gran magnitud, y que “tendrá impacto sobre las materias primas y potencialmente sobre la inflación”.
El experto añade que la reapertura del país “ayudará a aliviar los problemas en la cadena de suministro”. Al mismo tiempo, observa que muchos países se han dado cuenta de que quizá dependían mucho de China: “Muchas compañías han sido más cuidadosas respecto a sus cadenas de suministro, tratando de diversificar más allá de China, por ejemplo, a India, pero también mediante el reonshoring (trayendo de vuelta la producción)”.
En cualquier caso, los problemas de suministro que han marcado el último año y medio y que tanto impacto han tenido sobre la estabilidad de los precios ya están desapareciendo, y esa debería ser una de las buenas noticias para 2023. El experto afirma que “ya hemos visto el pico de inflación” tanto en EE.UU. como en Europa. El precio de la energía también está a la baja, por lo que “el efecto de base es favorable”. Dicho esto, la previsión de Amundi es que la inflación se va a mantener estructuralmente más alta que en el pasado: “No creemos que vuelva a niveles del 2%, es más probable que se mantenga más elevada durante más tiempo”.
El nuevo orden mundial
“El entorno de crecimiento a cualquier precio y tipos de interés cero ya ha acabado. El año pasado había 24 o 25 billones de dólares en bonos cotizando en negativo en todo el mundo. Hoy hay cero. Esto son buenas noticias, es una normalización. Estamos regresando a un mundo en el que tienes algo de prima de riesgo”, declara el director adjunto de renta variable.
En un mundo de inflación y crecimiento, Amundi se está fijando especialmente en dos áreas dentro de la renta variable. Las acciones que pagan dividendo son una de ellas, particularmente de las compañías que tengan poder de fijación de precios, al ofrecer protección contra la inflación: “Si inviertes en compañías que pagan buenos dividendos, y cuyos dividendos son sostenibles porque son capaces de mantener sus márgenes y traspasar la subida de precios a sus clientes, entonces sus beneficios están creciendo desde una perspectiva nominal, y son capaces de incrementar su dividendo”, explica Drabowicz.
La segunda área está en el value, después de casi 20 años de reinado del growth. Drabowicz explica que Amundi ya había empezado hace dos años a aconsejar a sus clientes que rotasen parte de sus carteras a acciones con este estilo. Tras la gran corrección de 2022, ahora aboga por una posición un poco más equilibrada: afirma que “hay valor en algunas partes growth” por la fuerte corrección de los valores, y dentro del value recomienda fijarse en los modelos de negocio de mayor calidad.
Por sectores, el experto muestra mayor preferencia por valores cíclicos frente a los defensivos: “Algunas áreas cíclicas parecen un poco caras, pero globalmente preferimos estar cíclicos, nos cuesta emocionarnos con la parte defensiva del mercado”. Cita por ejemplo a la banca, por beneficiarse de las subidas de tipos, por ofrecer dividendos atractivos y porque los bancos se han provisionado en los últimos años y presentan balances saludables y preparados para afrontar una recesión suave. Los otros sectores en los que se están fijando son el consumo discrecional, y los relacionados con la reapertura de China, como turismo, lujo o fabricantes de automóviles.