Los inversores han comenzado a percatarse de que no hay una única manera de leer los mercados de renta variable. “Existe otra, más pulida que la tradicional: la temática”, apunta Vafa Ahmadi, director de renta variable temática de CPR AM, filial de Amundi especializada en este tipo de inversiones. Con 14 años de trayectoria en la entidad, Ahmadi defiende que, a través de una mirada temática, pueden identificarse “fenómenos de crecimiento que permiten obtener rendimientos más elevados”.
Durante su intervención en “La Noche Amundi” celebrada en Madrid, coincidiendo con el décimo aniversario de la gestora, hizo hincapié en que las inversiones temáticas se están convirtiendo en elementos básicos del mercado y “cada vez son más comunes en la asignación global de activos”. En su opinión, a la hora de construir carteras, los gestores no deberían “limitarse a asignar por países”, sino que es más importante “centrarse en los vientos de cola que impulsan el crecimiento de las empresas”.
El éxito de esta mirada es evidente: en los últimos siete años, los fondos temáticos han registrado rendimientos por encima de su índice de referencia gracias a la identificación de esos “fenómenos de crecimiento”. Para Ahmadi, la clave reside en asegurarse de que una tendencia cosecha efectivamente crecimiento y en que las áreas a las que afecta se encuentren lo suficientemente diversificadas. “Solo de esa manera evitamos que sean meros fondos sectoriales e invertimos de manera eficiente sobre una base riesgo-retorno”, añadió.
La educación como tendencia
Uno de los fondos temáticos que destacó durante su conferencia es el CPR – Invest Education, que cuenta con 310,18 millones de euros en activos bajo gestión y adopta un enfoque integral del ecosistema educativo. El universo de inversión está compuesto de empresas cuyo negocio principal está directamente conectado con la educación permanente y con un foco sostenible.
Concretamente, gira en torno a tres pilares: centros educativos (que incluye todos los sectores de acceso a la educación y al mercado laboral), contenidos y herramientas, y servicios educativos (como el transporte). “Por cada millón de dólares invertido, se han ofrecido 3.100 horas en servicios de guardería”, ejemplificó Ahmadi.
El estallido del ASG
Para Ahmadi, el hecho de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU estén guiando cada vez más las inversiones demuestra que la industria financiera está cambiando. “Durante muchas décadas, nuestro enfoque ha sido bidimensional: riesgos y retornos. Pero, en los últimos años, está irrumpiendo una tercera dimensión, como son los valores y los principios que hacen que las inversiones beneficien al medioambiente y a la sociedad”.
Con él coincidió Frédéric Samama, director de inversión responsable de Amundi, que en su conferencia destacó que el ASG está “estallando y convirtiéndose en la nueva norma en todos los países y a través de todos los actores del mercado, incluso los bancos centrales”. En ese sentido, destacó que actualmente la inversión responsable es un mercado de 30 billones de dólares y se espera que crezca 15 billones más en los próximos tres años.
En ese sentido, Amundi cuenta con 317.000 millones de euros bajo gestión en productos responsables (a septiembre de 2019) y ha iniciado un proceso de transformación para que, en 2021, el 100% de sus fondos integren los criterios ASG. “Las empresas están cambiando sus modelos de negocio por el cambio climático. Nunca hemos afrontado desafíos tan importantes como el de reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero para 2050”, afirmó Samama.