En opinión de Álvaro Sanmartín, economista jefe de MCH Investment Strategies, ha llegado el momento de centrarse en lo que nos dicen los fundamentales para sacudir la negatividad que los inversores y el mercado muestran. Según su análisis, éstos son lo suficientemente sólidos como para esperar una reaceleración de la economía, “igual no de forma inmediata, pero sí a largo plazo”, matiza.
El economista de la firma explica que los principales riesgos que estaban contribuyendo a la desaceleración global -Italia, el Brexit y la guerra comercial entre China y Estados Unidos- se han matizado, lo que servirá de apoyo a esos fundamentales que él considera sólidos. “En Estados Unidos vemos que el consumo sigue siendo robusto, el nivel de desempleo es bajo y el endeudamiento sano. Respecto a Europa, creo que el pesimismo ha sido excesivo y que los shocks que han sufrido algunos sectores se han alargado en el tiempo por ese pesimismo. En cambio, las finanzas de familias y empresas están saneadas, y se esperan políticas fiscales… todo ello es positivo”, explica.
En este sentido, Sanmartín recuerda una recesión llega “no porque un ciclo sea largo”, sino porque “se hayan producido desequilibrios” y, en este caso, él no observa ninguno. “Los menores riesgos y los fundamentales sólidos explican esa reaceleración de la economía que vemos a largo plazo. También creemos que la presión por el aumento de los salarios volverá de nuevo, no de forma abrupta sino paulatinamente, lo que hará que la inflación vaya elevándose”, añade.
En su opinión, la teoría esgrimida durante este año que defiende que la inflación no volverá no es del todo correcta. Desde su análisis argumenta que en la medida que vaya aumentando el empleo, las presiones inflacionarias por la subidas de los salarios aparecerán, tanto en Estados Unidos como en Europa.
“En Estados Unidos las señales de una mayor inflación son más claras. En cambio en Europa aún son incipientes, es decir, se está generando el contexto apropiado para que la inflación comience a elevarse. En 2020 se pondrá a prueba si realmente la inflación ha desaparecido para siempre. Nuestro escenario central es que comenzará a aumentar, pero no de forma abrupta”, matiza y abre a la vez el debate de qué harán los bancos centrales cuando vean llegar esa inflación.
Para Sanmartín los bancos centrales tienen delante un importante periodo de reflexión sobre su propia política monetaria. Se trata de un debate al que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ya se está enfrentando y que el Banco Central Europeo comenzará en enero de 2020, según ha señalado su presidenta. Pero a corto plazo, la pregunta relevante es qué harán los bancos centrales.
“Los bancos centrales van a dar espacio a esta aceleración de la economía y todavía se mantendrán en una postura muy dovish, pero sí veremos subidas de tipos en 2020. No será una subida abrupta y repentina, sino que será poco a poco y a largo plazo, para no dañar el crecimiento. Creo que van a dejar que esa inflación se vaya manifestando, evitando reaccionar de forma inmediata. También considero que el efecto que puedan tener estas subidas de tipos sobre el precio de los activos es algo que no veremos de forma inmediata, sino también más a largo plazo”, argumenta.
Ideas de inversión
Con esta fotografía de fondo, desde MCH Investment Strategies consideran que, en 2020, los inversores deberían alejarse de los bonos gubernamentales a largo plazo y, en todo caso, apostar por duraciones cortas, también en el caso del crédito. “En bonos corporativos, podríamos decir que la situación es mixta. Por un lado, la fortaleza macro hará que las tasas de fallidos se mantengan relativamente contenidos. Y por otro lado, hay que admitir que los spreads son ya muy reducidos y que por tanto tampoco podemos esperar tanta alegrías como las que ha dado en el pasado este tipo de activo”, sostiene Sanmartín. Y matiza que no se trata de “huir del crédito”, solo ser muy selectivo y apostar por el “corto plazo”.
Otra historia diferente es la renta variable que, ya solamente por ser más barata que los bonos gubernamentales, ofrece más oportunidades. Si se cumplen las previsiones que maneja la gestora, lo más lógico es esperar una rotación en los activos de renta variable de las carteras. Generalizando, el economista explica que, en 2019, hemos visto dos periodos muy diferenciados: uno de enero a septiembre mucho más defensivo y donde las estrategias growth lo han hecho mejor, y otro de septiembre a fin de año donde los sectores cíclicos han dado más oportunidades y el estilo value ha mejorado. “La rotación sería seguir esta tendencia e ir hacia activos más cíclicos y al estilo value”, matiza.
Según su opinión, “los valores que son proxies de bonos de gobierno están caros, y sin embargo, hay segmentos de mercado que presentan valoraciones muy atractivas. Desde un punto de vista geográfico también esperamos una rotación en las carteras. Los mercados de Europa, Japón y Asia en general nos resultan especialmente atractivos”.
Respecto a España, la firma destaca que el Ibex sigue siendo una de las bolsas europeas más atractivas por valoración y con bastante recurrido aún. El economista jefe de MCH Investment Strategies, reconoce que la situación política puede ser un riesgo, pero que está lejos de generar el mismo nivel de incertidumbre y volatilidad como la que protagonizó Italia en 2019. Además, recuerda que el lastre que podían estar sufriendo las empresas españolas por su exposición a mercados como el británico o latinoamericano también se han reducido.
“Con todo esto, no quiero decir que 2020 va a ser un año sin riesgos, sino simplemente que se han matizado y es previsible una mejora en el crecimiento global. El nuevo riesgo estará en no caer en un sobrecalentamiento”, puntualiza. Por eso, por último Sanmartín considera que para el próximo año la gestión activa, el stock picking y las estrategias de retorno.