Alvarez & Marsal (A&M), firma global de servicios profesionales, ha anunciado los resultados de su último informe sobre la inversión activista en Europa, el “AAA» por sus siglas en inglés, «A&M Activist Alert«. Las perspectivas prevén una «época dorada» para el activismo en Europa, con 148 empresas en riesgo de sufrir ataques activistas a corto plazo. El número de empresas con este riesgo en los próximos 12 meses ha aumentado casi un 10% desde la edición del informe de abril de 2021 de A&M.
En este entorno rico en objetivos, España sigue siendo el país con menos empresas objetivo, con tan solo tres empresas en la lista. Por su parte Reino Unido continúa siendo el objetivo más atractivo, con 21 empresas británicas que se prevé que se enfrenten a una campaña pública de inversores activistas en los próximos 12 meses. Se espera que el mayor interés de las empresas de capital privado en las empresas del Reino Unido dé lugar a un mayor «bumpitrage«, una estrategia empleada a menudo por los activistas para exigir ofertas más elevadas a los posibles compradores.
A partir de 2022, A&M prevé que los activistas se centren en menos objetivos, pero más grandes. Los objetivos previstos para los próximos 12-18 meses tienen una mayor capitalización de mercado media (20.200 millones de euros) en comparación con 2020 (12.300 millones de euros) o 2021 hasta la fecha (16.900 millones de euros). A lo largo de 2021, el período medio de posesión de los activistas creció un 18% en Europa, ya que estos buscaban una creación de valor a más largo plazo y una mayor rentabilidad, una tendencia que va a continuar.
Según Malcolm McKenzie, Managing Director y Head of European Corporate Transformation Services, «desafíos como la crisis sanitaria del COVID-19 y la consiguiente crisis financiera, el Brexit y la interrupción de la cadena de suministro han ampliado la brecha entre las empresas con mejor y peor rendimiento. A medida que salgamos gradualmente de la crisis con una mayor visibilidad de los ganadores y los perdedores, los activistas tendrán una capacidad mucho mayor para identificar las oportunidades de valor percibidas. Se centrarán en objetivos más grandes e invertirán durante más tiempo».
Aumento de las demandas medioambientales y sociales
Las empresas con puntuaciones ambientales y sociales más bajas siguen siendo más propensas a ser objetivo de los activistas.
El creciente número de campañas basadas en criterios ESG, junto con la tendencia hacia objetivos de mayor tamaño, ha ayudado a impulsar los ataques multiactivistas. Las empresas europeas que están en el punto de mira por su bajo rendimiento financiero u operativo tienen ahora una mayor probabilidad de ser también el objetivo de otros activistas con demandas «E» y «S». En 2021, la probabilidad de que las empresas diana reciban también demandas E y/o S adicionales ha sido del 37%, frente al 14% en 2020 y el 9% en 2018.
En el mismo periodo de tiempo, el número de campañas centradas en governance en Europa se redujo hasta en un tercio.
Tendencias regionales
El AAA predice que las empresas del Reino Unido seguirán siendo muy atractivas para los activistas, ya que representan el 36% de las empresas europeas identificadas.
Este interés continuado de los activistas en el Reino Unido se debe en parte a los bajos ratios PER, que ofrecen oportunidades a los adquirentes y a los activistas para hacer oír sus opiniones sobre los precios que se ofrecen, también conocidos como «bumpitrage». El creciente interés de los fondos de capital privado en las empresas del Reino Unido seguirá contribuyendo a impulsar la actividad activista en 2022, principalmente en los sectores de consumo, industrial, sanitario y tecnológico.
Europa continental sigue ofreciendo a los activistas una amplia gama de objetivos potenciales, siendo las compañías alemanas las que presentan un mayor riesgo, por detrás del Reino Unido. El número de empresas alemanas que se prevé que se enfrenten a campañas públicas de activismo durante los próximos 12 meses ha pasado de 22 en abril de 2021 a 27 en la actualidad. Alemania es el país que registra el mayor aumento de empresas en riesgo entre los mercados analizados como parte de las perspectivas.
Francia ha pasado a ocupar el tercer lugar detrás de Alemania, con 23 objetivos previstos, mientras que España continúa siendo el país con menos empresas objetivo, por detrás de Escandinavia, Benelux, Suiza e Italia.
«El rendimiento relativamente bajo de las empresas británicas en comparación con sus homólogas europeas está contribuyendo a que el Reino Unido sea un entorno rico en objetivos para los inversores activistas. Del mismo modo, el activismo se está convirtiendo en una parte cada vez más aceptada de la vida empresarial en Alemania, donde los fondos internacionales se unen ahora regularmente a los activistas nacionales para dirigirse a las empresas en las que identifican oportunidades de valor», añade Malcolm McKenzie.
Sector y tendencias en desarrollo
Dado que se espera una recuperación impulsada por los consumidores tras la pandemia, las empresas de consumo serán cada vez más objeto de atención, con 13 objetivos previstos frente a los 11 del mes de abril de 2021. Las perspectivas sugieren un interés continuado por los productos de marca, la ropa, el ocio, el lujo y las empresas de medios de comunicación, así como un interés renovado por los minoristas tradicionales. En los últimos años, los activistas han evitado tradicionalmente los minoristas retail debido a sus graves problemas estructurales, pero ahora se prevé que sean una opción cada vez más viable.
Las empresas del sector sanitario siguen ocupando un lugar destacado en la lista de objetivos de los activistas, y se prevé que 18 objetivos estén en riesgo. El sector ha funcionado bien, pero un mayor escrutinio por parte de los activistas pondrá de manifiesto áreas de mejora, en particular la rentabilidad de los resultados y la generación de efectivo.
Aunque el número de empresas tecnológicas en riesgo se ha reducido de 29 en abril de 2021 a 22 en la actualidad, el sector sigue corriendo un riesgo importante de ataques activistas. Las oportunidades de lograr una nueva calificación, ya sea mediante la escisión de divisiones centradas en la tecnología o mediante una nueva cotización, es una vía potencial que se prevé que atraiga una mayor atención de los activistas.