Quien algo quiere, algo le cuesta. Los bancos centrales están enfocados en frenar la inflación, pero conseguir este objetivo no está exento de daños colaterales, y será muy difícil que el crecimiento no se vea comprometido y lleguemos a vivir una recesión. “La idea de que podemos moderar la inflación sin dolor es simple e ingenua”, ha señalado el economista jefe y director de Inversiones del Grupo Andbank, Alex Fusté, en la presentación de perspectivas de la entidad.
Repasando los libros de historia, Fusté recuerda que cada vez que se ha necesitado bajar la inflación de forma contundente, ha costado una recesión. “Nunca ha ocurrido que reduzcamos dos puntos porcentuales la inflación sin incurrir en una recesión”, insiste. Con las inflaciones tan elevadas que tenemos, para el próximo año, la entidad espera más subidas de tipos y se desvincula de las esperanzas del mercado de que la Fed pueda llegar a bajar tipos en 2023. En Europa tampoco espera esas rebajas de tipos para el próximo año y, según ha señalado Mariam Fernández, responsable de macro de Andbank España, 2023 será un año de subidas en el viejo continente.
Hacia un escenario de recesión con inflación
Haya tocado o no techo la inflación, una de las conclusiones básicas del CIGA (Comité de Inversiones Globales de Andbank) fue que las principales economías mundiales entrarán en recesión en 2023. Empezará Europa, posiblemente mostrando ya una contracción en el cuarto trimestre del 2022, que podría extenderse hasta el segundo trimestre del 2023 y, dependiendo de lo que ocurra en Ucrania, podría alargarse hasta el tercer trimestre de 2023. Dicho proceso recesivo hará gran parte del trabajo del BCE.
Para los expertos de Andbank, la economía estadounidense, por su mayor dinamismo, podría tardar algo más en entrar en recesión, estando además por ver la intensidad de esta. “La interpretación negativa de tal resiliencia económica es que la Fed llegará más lejos en su intento de enfriar la economía, probablemente elevando los tipos por encima del 5%, y manteniéndolos en ese nivel uno o quizás dos años”, explica Fusté. “Con tal perspectiva, lo que La Fed parece ofrecer es un periodo sostenido de crecimiento sub-par, para controlar la inflación con el tiempo, evitando un dolor excesivo e intenso a corto plazo. Esto, que aún no se refleja en los precios de los activos, puede resultar en una sorpresa negativa cuando se vaya materializando”, advierte.
Con estas previsiones, desde Andbank se inclinan a pensar a que el mundo se dirige a un cuadrante de recesión con inflación, un escenario en el que muy pocos activos lo hacen bien, por lo que recomiendan prudencia. Según Fusté su postura se encamina más a «vender en los rallies que comprar con las caídas». «El posicionamiento será de conservadurismo, un nivel de liquidez importante (alrededor del 20%) y seremos exigentes a la hora de usarlo, es una exigencia que puede variar a medida que los problema se disipan», ha aclarado Fusté.
Según ha explicado el experto, únicamente entrarán con determinación en riesgo cuando los niveles ronden los 3.200 puntos en el S&P y los 390 puntos en el Stoxx Europe 600. Esta prudencia será la actitud general en todos los mercados, siendo quizás algo más optimistas con el mercado español, México, India y Vietnam. En renta variable están invertidos en sectores de alta convicción (en el componente de crecimiento) y sectores consistentes con el cuadrante macro (en el resto de las secciones). Sesgo hacia sectores más invariables, como consultoría, calificación crediticia, defensa, lujo, servicios penitenciarios, funerarios, gestión portuaria, etc.
En renta fija, también serán muy exigentes en materia de duración y, teniendo en cuenta de que aun esperan más subidas de tipos, son prudentes. Además, ven más valor en la americana que la europea. Solo adoptarán posiciones agresivas con niveles de TIR en deuda del tesoro americano (UST USD) claramente por encima del 4% y, en euros, cuando el Bund alemán esté por encima del 3% (siendo conscientes que será difícil ver ese nivel para el caso del Bund). También en deuda empresarial la postura será de prudencia y tan solo reforzarán la cartera a ciertos niveles (diferenciales muy por encima de 100 puntos básicos en investment grade y de 500 en high yield). “Gestionamos las posiciones actuales para que las pérdidas sean de naturaleza no permanentes, pues creemos que todas nuestras posiciones individuales en renta fija (tanto en IG como HY) cumplirán sus obligaciones de pago”, apunta.
Mirando más allá de 2023
“Somos conscientes del desafiante panorama planteado y hemos de admitir que nada augura que el entorno de mercado vaya a ser mejor en 2023 que en 2022. Sí que esperamos, con todo, tipos de interés positivos y, por lo tanto, la vuelta de la racionalidad a las decisiones económicas; factor que confiamos contribuya a crear un entorno de futuro más razonable”, ha expresado Fusté tomando una visión de más largo plazo.
Eso según aclara, nos evitaría tener que incurrir en la mala práctica de generar un nuevo desequilibrio para corregir otro anterior y nos alejaría del desastre final. “Un entorno en donde es el mercado, y sus partícipes, quienes determine el precio de los activos, recuperándose así ese proceso natural del “Price discovery”, y por mucho que pueda resultar doloroso al principio, es infinitamente mejor que tener a una autoridad monetaria dictando los niveles de cotización”, defiende.
“Así, en nuestra opinión, el año 2023 se presenta desafiante, pero también, y con vistas a medio plazo, como una buena oportunidad de monitorizar activos que, a ciertos precios, brindarán una oportunidad única de formar una cartera. Una cartera que, si bien no depararía de entrada grandes alegrías, sentaría las bases para obtener grandes recompensas en un futuro no lejano”.