En su carta mensual, Alberto Espelosín, gestor del Abante Pangea, afirma que su fondo seguirá manteniendo un perfil defensivo a la espera de un final de ciclo para el S&P 500. De hecho, el gestor dice que, con la reciente salida a Bolsa de Snapchat, cuya valoración llegó en el segundo día de cotización a los 40.000 millones de dólares, da por declarada la burbuja del S&P 500 de 2017. “Como dice Howard Marks, invertir consiste, exactamente, en manejarse con el futuro y como ninguno de nosotros puede saber el futuro con certeza, el riesgo es ineludible, así que manejarse con el riesgo es esencial”.
En este sentido, se muestra convencido de estar acertado en su estrategia de mantenerse en la posición corta del S&P 500 y se plantea como posibles escenarios futuros un último empujón del índice del 5% hasta los 2.500 puntos o una corrección del 15%. Entre ambos extremos, el experto cree que “lo que sí parece claro que puede suceder es que con una volatilidad tan baja y niveles de sobrecompra tan elevados y con casi 100 días sin una variación del 1%, se produzca al menos una corrección de, como mínimo, el 7% sin dañar la estructura alcista del índice”.
En su opinión, el consenso del mercado empieza a estar despistado y persiguiendo el precio, debido a que el S&P 500 ha llegado al precio objetivo de más del 80% de los estrategas. “Todos los modelos de valoración dan señales de vértigo en el S&P 500 y creo que es un año sencillo para ganar dinero en el lado corto, con paciencia y no haciendo la locura de invertir a estos niveles, en los que la probabilidad de incurrir en pérdidas por un periodo de tiempo largo, son muy elevadas”, asegura.
Su escenario central continúa siendo que las limitaciones de la economía estadounidense, por su elevado nivel de deuda, hacen inviable una subida del bono a 10 años a la zona del 3% y que las inflaciones de los últimos meses a medida, y siempre que el petróleo no suba de 60 dólares, se van a reducir de manera importante los próximos meses, por lo que se pondrá fin a la sensación de reflation trade. En el corto plazo, en marzo, la negociación del techo de la deuda puede generar los primeros problemas del mandato de Trump.
“No tengo dudas en comprar bonos americanos al 3%. Se trata de una excelente rentabilidad en vista del escenario de bajo crecimiento que el mundo tendrá como consecuencia de la deuda impagable que hemos acumulado para vivir en un mundo globalizado de salarios, en el que la incorrecta asignación de distribución de rentas entre capital y trabajo ha hecho crecer los populismos. Unos movimientos que están a años luz de tener la fórmula para generar crecimiento y afrontar los problemas de envejecimiento poblacional, las altas deudas de los estados y la amenaza de la tecnología sobre los salarios”, razona el experto.