En la reunión de ayer del Banco Central Europeo (BCE), Draghi cumplió el guión y reiteró que mantiene intacta su hoja de ruta: tipos al 0%, facilidad de depósitos al -0,4% y compras de deuda a un ritmo de 30.000 millones de euros mensuales hasta final de septiembre. Las gestoras coinciden en mirar a la próxima reunión del BCE, fechada para el 14 de junio, para conocer más novedades.
Aún así, su discurso parece indiciar un pequeño alto en el camino hacia la normalización de la política monetaria o al menos muestra un paso cauto, ya que el presidente de la institución advirtió de una “moderación económica” debido a las políticas proteccionistas.
A esto se suma que, según el comunicado emitido por el BCE, el ritmo de compras se mantendrá “hasta una fecha posterior (más allá de septiembre) si fuera necesario y, en todo caso, hasta que el Consejo de Gobierno observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación”.
En opinión de Aneeka Gupta, analista de ETF Securities, Draghi ha argumentado su postura neutral apoyándose en la marea de datos macroeconómicos europeos más suaves de las últimas semanas. “Ha defendido la pérdida de impulso en la zona del euro con factores transitorios como el clima frío o las huelgas. Las diversas medidas de inflación subyacente siguen siendo moderadas y no han mostrado signos de una tendencia sostenida al alza. Esperamos ver una entrega de declaraciones más significativas en la reunión de junio”, explica.
Durante su comparecencia, también hizo referencia a cómo la política ha acaparado los titulares y en particular cómo las tendencias proteccionistas pueden estar dañando al crecimiento global. “El BCE espera que el crecimiento del PIB se mantenga sólido y de base amplia, incluso con la moderación en los indicadores de actividad observados hasta ahora este año. Draghi sugirió que esto podría deberse en parte a un retroceso de los altos niveles y factores temporales”, destaca Marilyn Watson, responsable de estrategia global de renta fija basada en fundamentales de Black Rock.
En este sentido, los expertos de Credit Suisse destacan que pese a que Draghi reconoció el pequeño parche en los datos europeos, “le restó y reiteró la perspectiva razonablemente optimista del BCE sobre el crecimiento. Es importante destacar que ha reiterado que los riesgos para esa perspectiva siguen siendo equilibrados. Hasta ahora, sugiere que el BCE no se ha vuelto más pesimista a raíz de las sorpresas negativas en los datos”.
La postura neutral de Draghi se hizo eco en los mercados ya que las ganancias iniciales logradas por el euro se borraron a las pocas horas del comienzo de la reunión. “La moneda subió modestamente a lo largo de su conferencia de prensa aunque perdió sus ganancias poco después, principalmente debido a la falta de una nueva orientación futura y algunos buenos datos al otro lado del Atlántico”, apuntan desde Ebury, institución financiera especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas.
Perspectivas para 2018
Según Credit Suisse, los comentarios de Draghi sugieren que las tasas y los mercados de divisas “deberían ser muy sensibles a los nuevos datos cíclicos antes de la reunión de junio del BCE. Si las encuestas de mayo son débiles, entonces el tono podría cambiar. Si son estables o mejores, entonces podría dejar caer esa precaución”.
De cara a lo que queda de año, Eburyasegura que “hay una gran posibilidad de que el programa de QE del banco se extienda hasta diciembre de 2018, lo que incluiría reducciones graduales en las compras mensuales. Creemos que una salida retrasada del QE y la perspectiva de aumentos de tipos hasta el final de 2019 podrían presionar al euro a la baja durante el resto de 2018”.
Una opinión que también comporte Watson: “El banco central terminará su programa de expansión cuantitativa para fines de este año y puede comenzar a elevar las tasas de interés clave en 2019”.
Para Andrea Iannelli, director de inversiones en renta fija en Fidelity International, el BCE mantendrá su enfoque independientemente de cuándo finalice su programa de QE. “Los mercados europeos operarán con un ojo puesto en el BCE y otro en el mercado de bonos del Tesoro de Estados Unidos. Este último, en particular, ha sido el principal impulsor del mercado en los últimos tiempos, empujando al alza los tipos de interés globales”, apunta.
En opinión de Iannelli, ya iniciado el camino de una menor resistencia para la subida de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, “es probable que los bonos gubernamentales europeos sigan el ejemplo, por lo que hay que ser cautos.
“Sin embargo, en términos relativos, la renta fija europea debería mantenerse bien respaldada gracias a las reinversiones en curso del BCE, unas curvas muy pronunciadas y unos rendimientos atractivos una vez que se tengan en cuenta los costes de cobertura de divisas”, concluye Iannelli.