¡Bienvenidos a la etapa de la inteligencia artificial generativa! Para aquellos que le resulte nuevo, explicar que se trata de un término genérico para una forma de aprendizaje automático llamada «aprendizaje profundo». Esta forma de inteligencia artificial utiliza máquinas entrenadas en conjuntos de datos para realizar ciertas tareas y/o hacer predicciones sin dirección humana, y recientemente han dado un gran salto tecnológico en su forma de aprender.
Desde Allianz GI consideran que este avance tecnológico es una gran oportunidad para los inversores. Según explican, lo interesante de este avance es justamente que el aprendizaje de la máquina no necesita una supervisión humana, abriendo un abanico de oportunidades de mejora y reinvención para muchas compañías.
En este sentido, el ejemplo más evidente es el de Microsoft, que tiene previsto realizar una inversión multimillonaria en OpenAI, la startup que está detrás de ChatGPT, con una valoración aproximada de 29.000 millones de dólares. Aunque la inversión adicional de Microsoft en OpenAI ha sido el último titular relacionado con la inteligencia artificial, otras aplicaciones de la inteligencia artificial generativa han estado captando la atención de la gente. “Lo que ahora es diferente son las numerosas aplicaciones inmediatas de la tecnología y las amplias implicaciones para los inversores”, afirma la gestora en su último análisis.
La tecnología DALL-E, que crea cuadros a partir de palabras descriptivas, y Chat Generative Pre-trained Transformer (ChatGPT), que puede escribir comentarios económicos o incluso código informático a partir de unas pocas instrucciones, son dos claros ejemplos del potencial que pueden encontrar los inversores en este avance en el campo de la inteligencia artificial.
“Imagine todos los escenarios posibles para este tipo de tecnología. Una empresa que necesite cualquier material escrito podrá hacerlo más rápido y más barato que cualquier ser humano. En cuanto a la codificación, las tecnologías de la inteligencia artificial generativa liberarán a los programadores para que se dediquen a tareas de programación más importantes y de mayor valor añadido, en lugar de a la codificación básica y repetitiva, que requiere mucho tiempo. Además, puede utilizarse para generar otros resultados además de texto, como imágenes, voz y películas. Esta herramienta podría ayudar o incluso sustituir a tareas humanas que requieren mucho tiempo, como el diseño de logotipos, la ilustración de escenas y el diseño de productos”, argumentan los expertos de la gestoras.
Cuestiones éticas y reglamentarias
En su último análisis, la gestora reconoce que ChatGPT y todas las tecnologías relacionadas con la inteligencia artificial plantean importantes cuestiones éticas, como los derechos de autor y las licencias de las imágenes creadas por ella. “ChatGPT también puede producir respuestas incorrectas, incoherentes o incluso inapropiadas, como resultado de utilizar todo Internet como conjunto de entrenamiento. Para las empresas que utilicen la tecnología en casos de uso específicos, esto será menos problemático, y podrán seguir entrenando la máquina con conjuntos de datos más específicos y afinándola. Pero para las empresas de redes sociales, en particular, se trata de problemas graves”, afirman.
Según la experiencia de la gestora, esta situación no es nueva, ya que es habitual que con la llegada de una nueva tecnología, primero se introducen las aplicaciones y usos, y luego la regulación tiene que ponerse al día. Sin embargo, Allianz GI confía en que estos marcos y usos vayan evolucionando.
Mientras, la firma busca una exposición amplia y diversificada a la inteligencia artificial generativa a través de su infraestructura, aplicaciones e industrias habilitadas para la inteligencia artificial a través de su estrategia Inteligencia Artificial Global de Allianz.
“Es probable que el futuro de la inteligencia artificial generativa evolucione rápidamente. Esperamos ver mejoras en la calidad y diversidad de los contenidos generados, nuevos tipos de modelos generativos y una aplicación más amplia en diversos sectores, como la sanidad, las finanzas y el transporte. Además, debería ser más accesible a un mayor número de usuarios gracias a interfaces y herramientas fáciles de usar. Su futuro exacto es difícil de predecir, pero somos optimistas y creemos que será una pieza clave de la transformación y la innovación impulsadas por la inteligencia artificial”, concluyen.