Desde el probable fin de las subidas de los tipos de interés en Estados Unidos hasta la mejora de los datos económicos, en Allianz Global Investors ven razones para ser optimistas con respecto a las perspectivas de la renta fija de los mercados emergentes en 2024.
La firma es optimista sobre esta clase de activos de cara a 2024 tras dos años difíciles: la subida de los tipos de interés en Estados Unidos, el aumento de la inflación mundial, los conflictos geopolíticos y la desaceleración del crecimiento económico mundial han pasado factura a los mercados emergentes. Pero la firma considera que muchos de estos factores se están invirtiendo o moderando y que, combinados con una dinámica macroeconómica más sólida, pueden ayudar a conformar una perspectiva más constructiva para 2024.
El Portfolio Manager, Emerging Market Debt, de la firma Carlos Carranza ofrece seis razones por las que espera rentabilidades de dos dígitos para esta clase de activos.
1.- El fin de las subidas de tipos de la Fed puede ofrecer una oportunidad de compra para los bonos de los mercados emergentes
El ciclo de subidas de tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense (Fed) podría estar llegando a su fin. Las recientes declaraciones relativamente moderadas del presidente Jerome Powell se han visto reforzadas por unos datos de inflación por debajo de las expectativas. Los datos laborales aún deben mostrar signos más evidentes de debilitamiento, pero “creemos que la Fed ya se encuentra en el llamado ‘pivote’, es decir, el punto en el que se pasa de las subidas de tipos de interés a los recortes”, afirma el experto. Por lo tanto, “si la historia nos sirve de guía, los bonos soberanos de los mercados emergentes tienden a comportarse bien en un entorno así.
A medida que los mercados van cotizando un escenario de recortes de tipos, las rentabilidades de los bonos del Tesoro estadounidense tienden a bajar y los mercados emergentes pueden ofrecer un rendimiento adicional: ofrecieron rendimientos de dos dígitos en los seis meses siguientes al final de los dos últimos endurecimientos de la Reserva Federal. Por término medio, los bonos soberanos en moneda local rindieron un 11,6% (rentabilidad total incluidos tipos de cambio y tipos); la deuda soberana en divisa fuerte, un 10,4% y la deuda corporativa en divisa fuerte, un 7,8%. En todos los casos, superaron a los bonos del Tesoro estadounidense, que subieron un 7,4%.
2.- Persiste la desinflación en los mercados emergentes, un buen augurio para las economías y los inversores
La inflación en los mercados emergentes sigue bajando, una tendencia que es un buen augurio para las perspectivas generales de inversión. El índice de precios al consumo (IPC) a 12 meses de 18 economías emergentes clave muestra un descenso al 4,6% en octubre, por debajo de los máximos recientes del 10% de octubre del año pasado.
La inflación subyacente también sigue ofreciendo signos de debilitamiento. Una de las razones es que los bancos centrales de los mercados emergentes, en general, fueron mucho más agresivos que sus homólogos de los mercados desarrollados a la hora de subir los tipos de interés en respuesta a las presiones inflacionistas. Como resultado, muchos bancos centrales de mercados emergentes han podido empezar a recortar los tipos. Pero, en general, la caída de la inflación ha sido más pronunciada que los recortes de la política monetaria de los bancos centrales, lo que ha mejorado el nivel de los tipos reales -el tipo de interés real ajustado a la inflación-.
“En nuestra opinión, los bancos centrales emergentes tienen un amplio margen para aplicar recortes de la política monetaria el próximo año, lo que debería impulsar el crecimiento económico y reducir los rendimientos de los bonos locales, y esto, a su vez, implica una subida de los precios de los bonos”, explica el estratega.
3.- Los niveles de rendimiento parecen competitivos y el ‘carry’ es atractivo
Los rendimientos de los bonos soberanos en divisas fuertes de los mercados emergentes siguen siendo elevados a pesar del reciente repunte, lo que ofrece un importante colchón para hacer carry. “Incluso sin ganancias de duración, el aumento del valor de una inversión a lo largo del tiempo puede reportar beneficios”, asegura el experto. Los rendimientos de los bonos soberanos con grado de inversión de los mercados emergentes se acercan al 5,69%, mientras que los de alto rendimiento se sitúan en el 11,7%.
Los activos se dividen a partes iguales entre créditos soberanos con grado de inversión y de alto rendimiento, por lo que el rendimiento medio a nivel de índice es del 8,4%. Aunque el diferencial frente a los rendimientos estadounidenses sigue siendo relativamente estrecho para varios países, el nivel general de los rendimientos ofrece, en nuestra opinión, un atractivo carry de bonos, a juicio de la firma.
En los niveles actuales, los rendimientos de los bonos son lo suficientemente elevados como para compensar cualquier volatilidad potencial en los bonos del Tesoro de Estados Unidos y otras posibles perturbaciones. En su hipótesis de base, Carranza espera rendimientos de dos dígitos para los bonos soberanos de los mercados emergentes en 2024. Las rentabilidades negativas sólo se producen en el improbable escenario de que los bonos del Tesoro estadounidense cedan 50 puntos básicos con respecto a los niveles actuales y los diferenciales se amplíen.
El experto también considera que los bonos soberanos en moneda local de los mercados emergentes ofrecen un valor especial de cara a 2024 y que el reciente repunte de esta clase de activos continuará. “Las valoraciones de los bonos locales siguen siendo baratas, y los tipos reales parecen competitivos gracias a un mayor descenso de la inflación en comparación con el último repunte de los rendimientos, por lo que las condiciones seguirán siendo favorables, ya que es probable que los bancos centrales continúen recortando los tipos con cautela”, afirma Carranza.
Su escenario base también tiene en cuenta que las divisas locales deberían seguir estando bien respaldadas, “dada la saludable oferta y demanda de dólares para muchas economías de mercado emergentes clave, las sólidas perspectivas fiscales y la reducción de los déficits por cuenta corriente”.
4.- La estabilización del crecimiento económico de China elimina un importante viento en contra para los mercados emergentes
El año 2023 estuvo marcado por una desaceleración del crecimiento de los mercados emergentes, con algunas excepciones como Brasil o México. En particular, la ralentización en China y las preocupaciones sobre el sector inmobiliario han sido el principal lastre para el sentimiento respecto a los mercados emergentes. Ahora, en Allianz GI observan indicios de estabilización de la actividad económica en el gigante asiático en los últimos meses y creen que el crecimiento de la actividad económica en el país se estabilizará en los próximos meses, lo que elimina un importante lastre para los bonos de los mercados emergentes.
El sector inmobiliario chino sigue experimentando ajustes, pero Carranza considera que los retos deberían limitarse al sector y no deberían frenar los resultados económicos generales en 2024.
5.- Los riesgos geopolíticos deberían contenerse en 2024
Para la renta fija de los mercados emergentes existen tres principales riesgos geopolíticos. El primero, el conflicto en Oriente Próximo. Los bonos de los mercados emergentes no han registrado salidas de flujos como consecuencia de la guerra entre Israel y Hamás, “lo que sugiere que los mercados parecen tener en cuenta que las hostilidades seguirán teniendo un cariz regional. Las divisas emergentes se han apreciado, al contrario de lo que suele ocurrir durante los periodos de aversión al riesgo.
El segundo riesgo apunta a la guerra entre Rusia y Ucrania. El posicionamiento de los inversores en torno al conflicto es relativamente ligero, pues los flujos de inversión ya se han ajustado a las sanciones y exclusiones de índices impuestas a raíz del conflicto. Por último, están las tensiones entre Estados Unidos y China. En opinión de Carranza, “la reciente reunión entre el presidente estadounidense Joe Biden y el presidente chino Xi Jinping refleja signos de cooperación y sugiere un deshielo de las relaciones entre las dos economías más poderosas”.
Por lo tanto, “cualquier disminución de las tensiones geopolíticas debería favorecer a los mercados emergentes”. Los riesgos de contagio entre los mercados emergentes han disminuido en general en los últimos años, en parte debido al aumento del número de países invertibles, lo que permite una diversificación más amplia. La otra razón que ha contribuido a moderar el contagio ha sido un conjunto más amplio de inversores, ya que el desarrollo de los fondos de pensiones nacionales, las compañías de seguros y los sistemas bancarios han ampliado la base de inversores.
6.- Los datos macroeconómicos parecen sanos para los mercados emergentes
Por término medio, los déficits fiscales de los mercados emergentes se han reducido desde que se ampliaran a raíz de la pandemia. En términos relativos, la mejora ha sido mayor que en los mercados desarrollados. Un déficit fiscal medio del 2,8% del PIB para 2023 es inferior al 3,7% alcanzado en 2020 y menor al de los mercados desarrollados.
Los saldos de la balanza por cuenta corriente siguen siendo saludables en su conjunto: se sitúa actualmente en un superávit del 0,6% del PIB, lo que sugiere que los mercados emergentes son menos vulnerables a las perturbaciones externas que en años anteriores. Y la reciente fortaleza de las divisas de los mercados emergentes refleja una dinámica saludable.
Otra razón para el optimismo es que, según Carranza, sólo habría un puñado de posibles candidatos al impago en los próximos años. Egipto sería el país con mayor riesgo y cualquier impago podría provocar un contagio dentro de los mercados emergentes.
Turquía tiene la mayor cantidad de vencimientos de eurobonos entre 2024 y 2025, pero los valores a corto plazo siguen estando bien respaldados por una sólida base de inversores nacionales. El reciente giro del Gobierno hacia la ortodoxia económica también puede implicar que Turquía evite un impago. Pakistán, Etiopía y Túnez tienen vencimientos en 2024, lo que puede plantear problemas de reembolso. Pero los mercados parecen estar totalmente preparados para este tipo de acontecimientos.
Las próximas elecciones pueden proporcionar puntos de entrada
En este escenario, se abren posibles oportunidades de inversión táctica durante un año muy cargado de citas electorales. El resultado de las elecciones estadounidenses de noviembre puede influir en las políticas de Estados Unidos hacia los principales mercados emergentes y, en consecuencia, en el sentimiento general de los inversores sobre esta clase de activos. Por ejemplo, las políticas sobre comercio e inmigración pueden añadir volatilidad a los mercados centroamericanos, y a México en particular.
También habrá que seguir de cerca los comicios en los mercados emergentes. Un movimiento hacia el centro-derecha en México puede ser favorable para los bonos del país, mientras que una política continuista será neutral para los activos. Las elecciones en Panamá pueden dar lugar a cambios políticos, dado el elevado descontento y la baja aprobación del gobierno en el poder. En Sudáfrica, la incertidumbre sigue siendo alta, ya que no está claro si el actual partido gobernante reunirá el 50% de los votos necesarios para mantenerse en el poder.
En general, Carranza cree que hay sobradas razones para ser optimistas sobre las perspectivas de los mercados emergentes en 2024. “La combinación de la mejora de los fundamentos económicos y las valoraciones favorables puede crear oportunidades para los inversores dispuestos a adoptar un enfoque selectivo”, concluye el experto.