Aunque las recientes noticias procedentes de China han inquietado comprensiblemente a los mercados, Allianz GI no considera que, a largo plazo, los argumentos de inversión a favor del país hayan cambiado. “La volatilidad va de la mano del mayor potencial de rentabilidad a largo plazo de China. Entender la dinámica en juego puede ayudar a que estos cambios sean más fáciles de asimilar”, explican desde la gestora.
Para Allianz GI sigue habiendo claros motivos para invertir en renta variable china. El primero de ellos es que esta clase de activo siempre ha mostrado una mayor volatilidad, y una rentabilidad atractiva. “Invertir en China conlleva riesgos diferentes y una mayor imprevisibilidad en comparación con los mercados occidentales. La reciente represión de las empresas tecnológicas y educativas por parte del gobierno chino ilustra este punto. Pero los inversores se han visto recompensados históricamente con un rendimiento superior a largo plazo. De hecho, como muestra el gráfico inferior, una inversión en el índice MSCI China desde enero de 2000 hasta finales de agosto de 2021 habría generado una rentabilidad del 402%. En el pasado, momentos de volatilidad como éste han resultado ser oportunidades de compra para muchos inversores a largo plazo”, explican.
En segundo lugar, argumenta que los mercados de China son mucho más amplios y profundos de lo que los inversores creen, en concreto las acciones A de China constituyen casi el 70% del tamaño total de la capitalización del mercado chino. La gestora considera relevante que existan diversas puertas de entrada al mercado de renta variable, sobre todo de cara a la reciente restricción regulatoria que ha afectado a algunos listados y firmas que cotizan en Hong Kong.
A favor de los activos de renta variable china hay otro argumento: las acciones A de China están menos afectadas por la reciente volatilidad. “Las decisiones regulatorias que afectan al sector tecnológico y a la educación ha afectado también a las acciones A de china, pero en menor medida en comparación con otros listados. Esta es otra razón para que los inversores exploren el amplio universo de la renta variable china, sin importar dónde estén o dónde coticen los valores”, argumentan. Según la gestora, estos sectores, así como el comercio electrónico tienden a estar mejor representados en los valores que cotizan en Hong Kong y en los ADRs (American Depositary Receipts), mientras que los sectores como el industrial, el sanitario y el de bienes de consumo suelen estar más representados en las acciones A de China, es decir que cotizan en Shanghái o Shenzhen.
Además, la gestora destaca que “las acciones chinas no se mueven al ritmo de otros mercados de valores”, lo cual consideran otro argumento a favor de los activos de renta variable china. Según explican, los mercados de renta variable de China son apreciados por su potencial de rentabilidad a largo plazo, pero también son útiles como herramienta de diversificación de carteras. “Como se muestra en el gráfico inferior, las acciones A de China tuvieron una correlación de 0,32 con la renta variable mundial durante los últimos 10 años, lo que significa que se mueven en direcciones diferentes casi el 70% del tiempo. En comparación, las acciones estadounidenses y mundiales tienen una correlación de 0,97. Mantener las acciones A en una cartera global puede ayudar a generar un mejor perfil de riesgo/rendimiento”, afirma la gestora en su último análisis.
A estos argumentos se suma el hecho de que los inversores extranjeros siguen comprando acciones chinas, a pesar de las noticias negativas procedentes de China. De hecho, agosto de 2021 marcó el noveno mes consecutivo de flujos positivos para esta clase de acciones, lo que sugiere una mentalidad de «comprar durante la caída». Según apunta la gestora, el gobierno chino contribuyó recientemente a sentar las bases para una mayor inversión transfronteriza con el lanzamiento de los sistemas Shanghai y Shenzhen Stock Connect en 2014 y 2016, respectivamente.
“En las operaciones southbound, los residentes de China continental utilizan las bolsas de Shanghái o Shenzhen para acciones que cotizan en Hong Kong. Y los inversores de fuera de China continental pueden utilizar la bolsa de Hong Kong para comprar acciones A en Shanghái o Shenzhen (lo que se conoce como northbound)”, matizan.
Los dos últimos motivos que argumenta la gestora es que los principales índices mundiales añaden un gran número de valores chinos y que China vive un gran momento de crecimiento gracias a la innovación y la transformación. Sobre la presencia de estos activos en los índices, aclara que esta tendencia es una clara “señal de la creciente integración de China en los mercados financieros mundiales”. Sin embargo, Allianz GI considera que la representación de China en estos índices sigue infravalorando el importante potencial económico del país, por lo que los inversores pueden comenzar a considerar la posibilidad de asignar más a China de lo que hacen los índices de referencia.
Por último, sobre el crecimiento del país, Allianz GI se muestra claro: “China ha recorrido un largo camino en poco tiempo. Antes conocida como conocida como la fábrica del mundo, se ha alejado de la fabricación de bajo coste de bajo coste hacia las áreas de alta tecnología que son esenciales para su crecimiento y, sobre todo, para su deseo de autosuficiencia. Una clase media en rápida expansión, el aumento del consumo interno, la innovación de alta tecnología y el compromiso con una economía sin emisiones de carbono son elementos clave de la historia del crecimiento de China”.