En palabras del Capitán Alex Cornelissen, CEO de Sea Shepherd Global, “los océanos viven una situación de urgencia”. El responsable de esta organización internacional sin ánimo de lucro, centrada en la conservación marina y protección de los océanos, sostiene que es necesaria una acción global y coordinada que vaya más allá de lo que los gobiernos o las políticas exigen, para salvar a los océanos.
Desde Allianz GI parten de la misma interpretación y se sienten alineados con la labor que realiza Sea Shepherd Global. Tanto es así que la gestora ha colaborado con la organización y, junto a otras tres compañías, está aportando la financiación del Sea Eagle y su tripulación, un nuevo barco para la flota de Sea Shepherd Global que se dedicará a la eliminación de redes de pesca ilegales, un problema poco conocido por el público.
Según explicó Cornelissen en un evento organizado por Allianz GI con motivo del Día Mundial de los Océanos, los delicados ecosistemas marinos están gravemente amenazados por los restos de aparejos viejos y abandonados que hay en el fondo del mar, lo que supone un gran riesgo para la fauna marina. Además, denunció el problema del aumento de plásticos en el mar, lo que supone también grandes riesgos sanitarios y económicos para millones de personas.
“Con el apoyo Allianz GI hemos podido comprar otro barco y vamos a trabajar en el Mediterráneo, donde hemos detectado el abandono por parte de los pescadores ilegales de especies que no son de allí y que están generando un impacto negativo en el entorno. Entre los problemas más relevantes que observamos está la contaminación por plásticos, la caza furtiva de algunas especies, la pesca ilegal y el abandono de aparejos de pesca. Sobre estos dos últimos aspectos consideramos muy importante apoyar a las compañías para que su actividad no sea un motivo de destrucción y realicen su activador de forma sostenible”, señaló Cornelissen.
“Entre cinco y doce toneladas de plástico y 640.000 toneladas de redes de pesca acaban en los océanos cada año, y dos tercios de los océanos del mundo ya se consideran sobreexplotados, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Los investigadores cifran el valor añadido de los océanos del mundo en 24 billones de dólares procedentes del turismo, el comercio y la alimentación, entre otras actividades”, añaden desde la gestora.
En el tejado de la inversión
Matt Christensen, responsable global de inversiones sostenibles y de impacto, que recientemente se ha incorporado a la gestora, recogió y dio respuesta a las palabras de Cornelissen: “Ante estos retos, como gestoras nos planteamos cómo se traduce la protección de los océanos al mundo de la inversión a través de la inversión sostenible. Queremos ser una especie de puente que ayude a proteger los océanos”.
Según explicó Christensen, Allianz GI se centra en buscar áreas donde la inversión puede traducirse en acción. En concreto, la gestora identifica como áreas el cambio climático, el diálogo activo con las empresas y las fronteras planetarias, que hace referencia a la biodiversidad e interconexión entre tierra y agua. “Un área clave de inversión es la economía azul porque conecta la economía de la tierra en que todos trabajamos con los océanos, ya que la vida depende de ellos. En un mundo pos-COVID-19 tenemos que pensar en un capitalismo inclusivo, que tienen que ver con la educación, la sanidad, el medioambiente…etc. y que se aborda desde los criterios ASG”, apuntó.
En este sentido, explicó que la gestora apuesta por ser un inversor activo en cuestiones de sostenibilidad y por ese acompañamiento y tutela a las empresas en las que invierte. “Nosotros, como empresa, no estamos fuera de esas siglas. Por ello, apostamos por la creación de un producto de inversión que canalice el capital privado, pero también por medir el impacto de las inversiones y por emitir informes transparentes, así como por acompañar a las empresas”, añadió.
Tras años trabajando en esta línea, Christensen sacó dos conclusiones de hacia dónde puede seguir creciendo la inversión sostenible: los fondos soberanos y los mercados privados. Sobre los fondos soberanos, sostiene que la inevitable necesidad de trabajar a través de grandes alianzas convierte a esta clase de vehículos en el socio perfecto para apoyar la transformación de sectores específicos. “Por ejemplo, la deuda soberana da la oportunidad de apalancar todas estas ideas sostenibles y generar un cambio”, matizó.
Además, explicó que los mercados privados jugarán un papel muy relevante y defiende que será el siguiente gran ámbito de este industria donde la inversión responsable se desarrolle. “Tenemos un papel muy importante en apoyar a esas empresas que están desarrollando innovaciones y alternativas, que pasan desde la economía circular hasta la lucha contra el cambio climático, planteando una forma diferente y respetuosa de hacer las cosas. Por eso creo que iremos viendo productos de inversión en mercados privados más específicos y concretos”, afirmó.
Tal y como destacó Christensen, este enfoque toma forma también a través de los fondos temáticos y la inversión de impacto, donde los ODS se han convertido en un guía clave para establecer prioridades. “En Allianz GI ayudamos a pensar y analizar cómo podemos avanzar en todos estos temas que hemos comentado, como por ejemplo en los modelos de descarbonización. Queremos aplicarlo también para los clientes de terceros y alinear fuerzas, para que lo que funcione para nosotros sirva también para todo el sector”, concluyó.