Global, flexible, de alta convicción y totalmente unconstrained son las cuatro características del fondo Allianz Strategic Bond, gestionado por el equipo de Mike Riddell, y que acumula una rentabilidad del 19% desde inicio de año. Según la gestora, este fondo es una muestra de cómo la gestión activa tiene aún mucho que hacer en un contexto donde la renta fija ha cambiado su comportamiento y es todo un reto para los gestores.
Muchas cosas han cambiado en el universo de la renta fija y en el comportamiento de sus activos. Según los analistas, en este cambio tiene mucho que ver la presencia de los programas de compra de los bancos centrales, así como la abundancia de liquidez y el horizonte de bajos tipos de interés al que nos enfrentados. Ahora, a todo esto hay que sumarle una mayor volatilidad, a raíz de la pandemia del COVID-19 y la crisis económica que ha generado, y a la continua sospecha del efecto que tendrá el exceso de deuda pública emitida por los gobiernos. En mitad de este escenario, ¿cómo navegar?
De nuevo, los cuatro pilares que defiende Riddell en el fondo Allianz Strategic Bond son, para la gestora, la mejor respuesta que pueden encontrar los inversores de renta fija. “El fondo tiene un mandato global: batir de forma consistente al mercado global de bonos. Para ello, hemos seleccionado como referencia uno de los índices más amplios y diversificados, el Bloomberg Barclays Global Aggregate. El equipo gestor busca explotar las mejores oportunidades de inversión en cuatro áreas principales: duración/curva, crédito, inflación y divisas. El objetivo es intentar generar alfa sin restricciones y de la forma más eficiente, lo que implica tomar con total flexibilidad posiciones fuera del universo convencional de renta fija cuando se estima necesario. Y siempre con foco especial en el uso de los instrumentos más líquidos disponibles”, explican desde la gestora.
En este sentido, la estrategia se gestiona con el objetivo de proporcionar una correlación 0 con la renta variable a medio plazo, convirtiéndose en un valioso instrumento para conseguir protección en mercados bajistas y contribuir a mejorar las métricas de retorno ajustado por riesgo de una cartera global. “Es un concepto aparentemente simple: comportarse como debería un fondo de renta fija. Pero no es algo que resulte fácil de encontrar en la actualidad, puesto que muchas estrategias han incrementado notablemente su correlación con la renta variable”, añaden desde la gestora.
Como resultado de esta visión, el fondo Allianz Strategic Bond ha sido capaz de mantener un notable retorno positivo durante el sell-off inicial de esta crisis, en concreto un 7,8% desde enero al 23 de marzo, y aprovechar la recuperación posterior. Respecto a la correlación, desde lanzamiento en 2016, la estrategia ha registrado una correlación de 0,01.
“Nueva” realidad y posiciones
Según explica el equipo de Conviction Fixed Income, que gestiona bajo el liderazgo de Riddell esta estrategia, el COVID-19 ha venido a reafirmar ciertas tendencias en el mercado de renta fija, como por ejemplo que los bonos del gobierno se estaban cotizando con malas noticias incluso antes de la crisis. Así como otras tendencias que los gestores ya veían observando: que los spreads de crédito y la volatilidad de las acciones son básicamente lo mismo, el fuerte deterioro que ha sufrido la liquidez en las últimas semanas y la recuperación de las expectativas de una mayor inflación. Todo ello ya estaba configurando una nueva realidad en el mercado de renta fija.
Como es lógico, este equipo de Allianz GI ha ido adaptando la cartera y sus posiciones. «El fondo tiene actualmente un 50% en bonos corporativos de larga duración en euros y en dólares estadounidenses, pero hemos reducido algunas de las posiciones en bonos del gobierno que teníamos anteriormente, como en Estados Unidos, Alemania, Suecia, Noruega, Reino Unido, Italia y México», explica Riddell.
Para afrontar los momentos de mayor turbulencia, Riddell ha aprovechado el momento de alta liquidez que tiene la cartera, en parte gracias a que vendió el 20% de las posiciones cortas que tenía en high yield europeo y estadounidense. “Después de que los bonos corporativos se vendieran de forma violenta, cerramos nuestras posiciones cortas a mediados de marzo, y luego nos las arreglamos para aprovechar el lujo de tener una cartera casi 100% superlíquida para aspirar a un gran número de nuevas emisiones de bonos corporativos investment grade exageradamente baratos», afirma el gestor.