La economía mundial se ha ralentizado en los últimos meses a consecuencia de numerosos factores que están lastrando los indicadores macroeconómicos. En este entorno, la inversión y la confianza se han visto afectadas negativamente por la elevada y creciente incertidumbre política y monetaria, afirman desde Aegon Asset Management.
De acuerdo con Olaf van den Heuvel, director de inversiones en Aegon AM NL, durante la segunda mitad de 2018 comenzaron a surgir áreas de debilidad que se han mantenido durante 2019, lo que ha provocado una desaceleración económica mundial. En las condiciones actuales, el equipo anticipa dos posibles escenarios para la economía mundial, a los que les asigna la misma probabilidad. Por un lado, un escenario positivo en el que el crecimiento se mantendrá en niveles cercanos a los actuales, algo que solo ocurrirá si los conflictos comerciales en curso no empeoran y si la reciente debilidad del sector manufacturero se modera. En este contexto, el equipo espera que la política monetaria mundial continúe siendo acomodaticia y que probablemente se vea complementada por nuevas medidas de estímulo fiscal, que los activos de renta fija sigan generando rentabilidades relativamente bajas –aunque más altas en los segmentos de mayor riesgo– y que la renta variable registre rentabilidades positivas, cercanas al 5%.
“En ausencia de shocks negativos, el ciclo podría prolongarse varios años más. Aunque creemos que el crecimiento se ralentizará con respecto a los últimos años, ya que las limitaciones de capacidad se han intensificado en ciertas áreas de la economía”, asegura Van den Heuvel.
En el escenario más negativo que maneja la gestora, el equipo estima que el crecimiento continuará ralentizándose a corto plazo y que esta pérdida de dinamismo económico responderá a varios factores, entre los que destacaría una intensificación de la guerra comercial, un cambio de rumbo brusco e inesperado del proceso del Brexit, o la posibilidad de que la debilidad que experimenta el sector manufacturero acabe extendiéndose al resto de la economía.
“En este escenario, la debilidad del mercado laboral podría acabar poniendo fin a la fuerte tendencia de creación de empleo de los últimos años, lo que llevaría a los bancos centrales a flexibilizar aún más las condiciones. En este sentido, creemos que la Reserva Federal Estadounidense está en una posición particularmente buena para contrarrestar la desaceleración”, apunta el experto.
No obstante, la desaceleración provocará que las rentabilidades de la renta fija se mantengan en niveles relativamente bajos, que los activos de mayor riesgo se revalúen y que las acciones registren pérdidas. “Nuestro análisis de largo plazo indica que los activos de renta fija alternativos representan una inversión atractiva en términos ajustados al riesgo para los próximos años”, concluye van den Heuvel.