KPMG y Expansión han llevado a cabo el XIV Encuentro Financiero, que cada año reúne a los principales actores de la industria financiera en España. También hubo hueco para la industria de la gestión, que en dos paneles abordó las tendencias que vive el sector, sus demandas y retos a encarar en 2024.
Si bien la industria tiene claro que 2023 ha sido un año de mayor tranquilidad que el año anterior, tampoco resta importancia a los retos que abordan las firmas. Justo en un contexto que difiere radicalmente al vivido en la última década. Primero, en cuanto a los mercados se refiere. Samantha Ricciardi, CEO Global de Santander AM, recuerda que el escenario planteado a lo largo de este año, es decir, de resistencia de la economía estadounidense, con tasas de interés altas por un cierto tiempo tanto en Estados Unidos como en Europa, sigue vigente a pesar de que el panorama económico tampoco está demasiado claro.
Jaime Lázaro, Head of Asset Management & Global Wealth de BBVA, también reitera su opinión de que la economía mundial no entrará en un aterrizaje duro, un escenario propicio para «los bonos a tres años, con grado de inversión de países desarrollados», aunque tampoco quiere dejar de lado a los emergentes «donde vemos valor en tasas reales», para concluir que «no estamos negativos».
Los mercados privados centraron el foco de los ponentes. Primero, por parte de Lázaro, que reconoció que es «un asset class que se está consolidando en todos los activos» y que es una «tendencia creciente» debido, en cierta manera, que el inversor está perdiendo el respeto a la iliquidez que suelen presentar estos activos. Un ejemplo de ello es el apetito de la banca privada por este mercado, «que se va consolidando», mientras que cada vez es más relevante la participación de personas físicas en este tipo de activos. También Javier Dorado, director general de JP Morgan AM, recordó la relevancia que está adquiriendo la inversión alternativa en activos privados, «que empezó con los tipos negativos o al 0% y ahora incluso se está democratizando».
Los ponentes también entraron de lleno en la megatendencia tecnológica. Lázaro expresó su confianza en que la revolución tecnológica permitirá a la industria de la gestión de activos «hacer un mejor acompañamiento al cliente», ya que ve necesario «saber acompañar al inversor, no sólo perfilarlo y construir su cartera de inversión». Para Javier García Díaz, responsable de Ventas de BlackRock en Iberia, la explosión de los canales digitales en materia de distribución «tiene un claro ganador, que son los ETFs», que a día de hoy son un importante contribuidor a la canalización de flujos de inversión.
Pero la tecnología presenta retos. «Requiere desarrollos, es costosa» pero los retornos que genera esa inversión no son inmediatos, según reconoció Juan Aznar, presidente y CEO de Mutuactivos. Todo un reto en un contexto de cambios regulatorios por la normativa europea RIS (Retail Investment Strategy) que elimina los incentivos en la comercialización. Un marco normativo que, a juicio de Aznar, es un «desacierto» en tanto que reduce los ingresos del sector justo en un momento de aumento de los costes para afrontar la revolución tecnológica. «La protección al minorista no se logra con martillazos regulatorios», sentenció Aznar, que augura que el mayor beneficiario de la normativa será la gestión pasiva.
También Miguel Artola, director general de Bankinter Gestión de Activos, hizo hincapié en los riesgos de los cambios regulatorios y recordó MiFid II, que trajo la separación de las comisiones que se pagaban por el reserach, lo que se tradujo en una bajada de costes para las gestoras, pero también en una reducción del análisis. «Si se eliminan las comisiones de distribución, al minorista le queda acudir a los asesores o a las carteras discrecionales», un producto que Artola no ve mucho encaje con el cliente minorista.
La diversificación fue otro de los puntos más tratados en las jornadas. Lily Corredor, directora general de Ibercaja Gestión, se centró en la diversidad de actores dentro de la gestión de activos y mostró su esperanza a que «en tres o cinco años podamos estar todo tipo de jugadores aportando rentabilidad al partícipe con buen asesoramiento». En este sentido, valoró positivamente la aportación de las boutiques, al recordar la sicav de la firma «que invierte en gestoras boutique en España con mucho talento». Asimismo, ve futuro en las alianzas con grandes jugadores, como la firmada por la propia Ibercaja Gestión con BlackRock para ofrecer a los clientes exposición a China.
Dorado, por su parte, defendió la diversificación de las carteras, justo tras un año en el que han dominado los productos de inversión relacionados con la renta fija. «No tenemos que olvidar que el objetivo es gestionar las carteras de forma global y diversificada. No hay que perder ese objetivo y eso se hace dando entrada a todo tipo de activos», aseguró.
Por último, García Díaz describió los tres ejes sobre los que va a girar la gestión de activos. el primero, un nuevo régimen marcado por una mayor volatilidad macroeconómica, con riesgo geopolítico, mayores tipos de interés e inflación, «lo que requerirá revisiones ágiles de las carteras y repensar el proceso de construcción de las mismas con fondos indexados y activos privados. Un segundo eje será la tecnología, «que industrializa los productos de inversión y persoanliza los servicios» y, en tercer lugar, el foco en la sostenibilidad, que es «uno de los mayores retos y también una gran oportunidad de inversión».