Las gestoras y firmas de inversión insisten en que 2023 es el año de la vuelta de la renta fija, pero ¿qué pasa con la renta variable? ¿Qué papel puede desempeñar en las carteras de los inversores? Según recuerdan las gestoras internacionales, el mercado de renta variable cerró 2022 con una explosión tras tres trimestres negativos, dejando un último trimestre con los mercados de renta variable desarrollados ganando un 9,8% y los emergentes un 9,7%. Unos rendimientos atractivos para los inversores.
“En el cuarto trimestre de 2022, los mercados de renta variable registraron su primer trimestre positivo del año en todas las regiones. En octubre y noviembre, los mercados se beneficiaron de las cifras positivas de la inflación y aumentaron las esperanzas de un giro de la Fed o, al menos, de una pausa en las subidas de tipos, lo que provocó un fuerte repunte. MSCI World ganó un 7,2% y un 7% en esos dos meses, respectivamente. Sin embargo, las esperanzas de tal giro se desvanecieron rápidamente, ya que el presidente de la Reserva Federal dejó claro en la reunión de diciembre del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) que quería ver más avances sustanciales en la inflación antes de detener las subidas. Esto condujo al MSCI World a perder un -4,3% en diciembre”, explica Pierre Debru, responsable de Investigación Cuantitativa y Soluciones de Multiactivos en WisdomTree, para ponernos en contexto.
Ahora bien, ¿qué tendencia podemos esperar de cara a 2023? En su opinión, no podemos olvidar que para este año persisten los mismos problemas que impulsaron los mercados en 2022. “Aunque la inflación ha mostrado signos de moderación, esperamos que los bancos centrales sigan siendo agresivos en todo el mundo, ya que la inflación sigue estando significativamente por encima del objetivo. En un entorno en el que los tipos de interés y la inflación siguen siendo elevados, y en el que aumenta la volatilidad, tanto de las acciones como de los tipos de interés, seguimos inclinándonos por acciones de alto dividendo, estilo value y por empresas de alta calidad que pagan dividendos”, reconoce Debru.
Desde Generali Investments esperan retornos positivos del 3% al 6% en renta variable para 2023, pese a que se mantienen ligeramente infraponderados. Una visión que explican Michele Morganti, estratega senior de Renta Variable, y Vladimir Oleinikov, analista cuantitativo senior en Generali Investments: “A 12 meses vista, gracias a la caída de los beneficios, el fin del endurecimiento de la política monetaria y la continua caída de la volatilidad de la renta fija, esperamos una rentabilidad total positiva de entre el 3 % y el 6 %. Esto es coherente con unos PER objetivo de 17X y 12,5X (EE.UU. y UEM) y un repunte de los beneficios de alrededor del 10% en 2024”.
Oportunidades de inversión
Esto quiere decir que no todo está perdido para la renta variable y, aunque haya volatilidad este año y ajustes en las valoraciones, las oportunidades están ahí fuera. Chris Iggo, CIO Core Investments de AXA IM y presidente del AXA IM Investment Institute, es claro a la hora de hablar de estas oportunidades: “La renta variable tiene potencial para rebotes más rápidos y pronunciados. No estoy sugiriendo que todas las pérdidas del año pasado vayan a ser totalmente recuperadas por todas las clases de activos. Lo que es seguro es que nos encontramos en un entorno de tipos de interés más elevados durante algún tiempo, lo que limitará la rapidez con la que algunas clases de activos de renta fija pueden recuperarse; los índices de rentabilidad total acabarán recuperándose, pero más a través de la capitalización de los ingresos por cupones que de las grandes plusvalías. Lo mismo cabe decir de algunas estrategias de renta variable, especialmente si las recesiones que figuran en las previsiones económicas de consenso se materializan y afectan gravemente a los beneficios empresariales. Sin embargo, la combinación de algunos de los temas de inversión con las posibles recuperaciones en relación con las fuertes ventas de 2022 ofrece ideas de inversión interesantes”, sostiene Iggo.
En su opinion, China es una opción táctica obvia, dado el poder adquisitivo reprimido de los consumidores y las empresas, y la infraponderación de los inversores. A esta región también se añade Estados Unidos y advierte de que los inversores parecen infraponderar la renta variable estadounidense, especialmente los valores tecnológicos de gran capitalización. “En los últimos meses ha habido un flujo constante de noticias de empresas del tipo FANGS sobre reducciones de plantilla. Las valoraciones han bajado mucho y, en algunos índices de referencia de renta variable de crecimiento y valor, algunos valores tecnológicos de gran capitalización han sido expulsados del universo de crecimiento”, señala el experto de AXA IM.
En este sentido, Iggo aconseja esperar a que las empresas que puedan demostrar un crecimiento constante de los beneficios este año, en un mundo en el que el crecimiento de las ventas es más difícil de conseguir, se vean recompensadas con una subida de los precios de las acciones. “Es probable que las empresas de los sectores de bienes de consumo básico, atención sanitaria y TI ofrezcan las mejores perspectivas de crecimiento estable de los beneficios a largo plazo, y actualmente sus previsiones de beneficios, a escala mundial, han demostrado ser las más resistentes”, afirma.
Melda Mergen, directora global de Renta Variable Columbia Threadneedle, coincide con Iggo en que los inversores no deberían esperar que todo vuelva a la normalidad como en 2023 y en mirar hacia EE.UU.. “Al pensar en las oportunidades a escala mundial, a grandes rasgos, Estados Unidos resulta más atractivo que otras regiones. También considero que los valores de pequeña capitalización podrían proporcionar más oportunidades que los valores de gran capitalización, sobre todo si se tiene en cuenta que las compañías de mayor capitalización suelen exhibir una mayor exposición a los ingresos generados fuera de Estados Unidos y obtener cerca del 35% de ellos fuera del país”, indica Mergen.
Además, la experta de Columbia Threadneedle reconoce que se decanta más por el value que por el growth. Según argumenta, “hay ciertos segmentos de valor, el industrial o la energía, por ejemplo, que seguirán cosechando beneficios en 2023. Dicho esto, el crecimiento se está tornando más interesante. Muchas compañías de crecimiento presentaron un comportamiento inferior en 2022. Sin embargo, sabemos que sus modelos de negocio no han quebrado y somos conscientes de que siguen teniendo una ventaja competitiva. Ahora bien, la subida de los tipos de interés en 2022 trajo consigo un descenso en las valoraciones de estas compañías, que se vieron sujetas a revisiones de su calificación. Si cree que eso ya se ha materializado, opino que el crecimiento también se revelará un segmento muy atractivo”.
A estas ideas de inversión, los expertos de Generali Investments suman su visión y señalan que, por regiones, prefieren Reino Unido y Japón, una sobreponderación marginal en la Unión Económica y Monetaria (UEM) frente a EE. UU., mientras que se mantienen neutrales en los mercados emergentes, pero con una sobreponderación en China. “Dentro de los sectores, sobreponderamos bancos, sociedades limitadas, divisiones financieras, alimentación, salud, transporte y software. En cambio, los sectores en los que estamos infraponderados son: medios de comunicación, servicios de comunicación profesionales, comercio y telecomunicaciones”, comentan Morganti y Oleinikov.
Tal y como destacan los expertos de las gestoras, el punto clave de la renta variable para este año será la marcha de los resultados empresariales. “Las cosas también empiezan a tambalearse desde una perspectiva optimista de las empresas. La previsión de consenso para los beneficios del S&P 500 en 2023 se mantiene por encima de los 225 dólares por acción. Creemos que esto es optimista y que probablemente bajará”, reconoce Joseph V. Amato, presidente y director de Inversiones de Renta Variable de Neuberger Berman.