Desde Aberdeen Standard Investments (ASI) consideran que siempre hay buenas razones para que los inversores consideren las acciones de compañías estadounidenses de pequeña capitalización para sus carteras, y que esta clase de activos sigue siendo atractiva hoy en día, incluso considerando los buenos resultados de los últimos meses.
Desde los primeros días de la crisis del coronavirus, cuando los mercados estadounidenses se tambaleaban, los valores de pequeña capitalización se han recuperado bien. Tan bien, de hecho, que la clase de activos, representada por el índice Russell 2000, ha obtenido una rentabilidad del 134% desde el mínimo del mercado del 23 de marzo de 2020 hasta el 30 de junio de 2021. Esto supera al mercado de renta variable estadounidense en general, representado por el índice S&P 500, que ha obtenido una rentabilidad del 96% durante el mismo periodo.
Los inversores consideran desde hace tiempo que las empresas estadounidenses de pequeña capitalización entrañan más riesgo que las de gran capitalización, y no sólo porque sus acciones sean menos líquidas. Las empresas más pequeñas suelen tener menos acceso al capital y menos recursos financieros. A menudo carecen de historial operativo y cuentan con modelos de negocio menos probados. Además, suelen tener una menor cobertura de los analistas, lo que puede dificultar la toma de decisiones informadas.
Por estas razones, en la mayoría de las caídas históricas del mercado el rendimiento de sus acciones ha sufrido más que el de las empresas más grandes. Pero estos riesgos conllevan una posible recompensa: un fuerte potencial de rentabilidad a largo plazo frente a las de gran capitalización, lo que puede compensar a los inversores por asumir estos mayores riesgos. Y algunos de los elementos de la inversión en small caps que la hacen más arriesgada también pueden ofrecer mayores oportunidades.
Por ejemplo, como las empresas son pequeñas, tienen más espacio para crecer. Pueden ser más flexibles, adaptándose a las cambiantes condiciones del mercado. La menor cobertura de los analistas en este espacio permite a los gestores activos encontrar «joyas ocultas» infravaloradas y pasadas por alto. Esto da lugar a mayores oportunidades de generar alfa.
Distribuir el riesgo para mejorar la diversificación
Las acciones de pequeña capitalización pueden ayudar a los inversores a diversificar eficazmente en comparación con una cartera con todos los huevos en una cesta de gran capitalización.
Por un lado, la clase de activos small cap tiende a tener una exposición diferente que los large cap a los distintos sectores de EE.UU. En comparación, las pequeñas empresas tienen un mayor peso en el sector sanitario, por ejemplo, así como en el industrial y el financiero. Las firmas de gran capitalización, en cambio, son más numerosas en las tecnologías de la información (TI) y los servicios de telecomunicaciones.
Las cinco empresas FAANG (Facebook, Amazon, Apple, Netflix y Alphabet/Google) también tienen una representación desproporcionada dentro del índice S&P 500: casi el 17% de su capitalización bursátil. Por consiguiente, los movimientos de cualquiera de estas empresas pueden tener una influencia importante en los rendimientos del índice S&P. Por el contrario, los cinco mayores valores del índice Russell 2000 tienen un peso combinado en el índice del 1,9%. Como clase de activos, la renta variable de pequeña capitalización conlleva un menor riesgo de concentración, lo que contribuye a complementar las asignaciones de gran capitalización.
Además, en periodos de recuperación económica, las empresas de menor tamaño tienden a superar a las de mayor capitalización debido a su exposición más orientada al mercado nacional y a su mayor apalancamiento operativo, entre otros factores. Históricamente, de hecho, las empresas de pequeña capitalización han obtenido los mejores resultados absolutos durante las fases de recuperación cuando el PIB es superior al 4%.
Tras empezar con fuerza 2021, las acciones de small caps se han quedado muy rezagadas con respecto a sus homólogas de gran capitalización desde mediados de marzo, en parte porque el índice Russell 2000 está mucho más expuesto a sectores cíclicos del mercado.
La rotación desde los sectores orientados al valor hacia el crecimiento ayuda a explicar parte del reciente rendimiento inferior relativo, aunque los participantes en el mercado también pueden estar cambiando temporalmente de enfoque tras un periodo de fuertes rendimientos. La historia sugiere que el ciclo de rentabilidad de las empresas de pequeña capitalización no ha terminado, sino que quizás sólo se esté tomando un respiro, algo que ya ha ocurrido en el pasado.
Las valoraciones apoyan a las small caps
Aunque el descuento relativo de las firmas de pequeña capitalización con respecto a las grandes ha empezado a reducirse un poco, siguen cotizando con su mayor descuento en 20 años. Como comparación, después de que alcanzaran un nivel similar de «abaratamiento» a principios de 2001, las empresas de pequeña capitalización superaron materialmente a las de mayor capitalización en los siguientes periodos de tres, cinco y diez años.
En opinión de la gestora, la evolución de los frentes económico y político podría dar un impulso a las small caps. Las propuestas de infraestructuras «Build Back Better» del presidente Joe Biden se están abriendo paso en el Congreso, si bien aún está por verse el resultado.
A ello se suma que las empresas disponen hoy de un elevado nivel de liquidez que es probable que pongan a trabajar de cara al futuro y que la naturaleza más cíclica de las empresas de menor capitalización conduce a una mayor sensibilidad al crecimiento del capex en comparación con las empresas de mayor capitalización.
Es probable que los altos niveles de efectivo también conduzcan a un aumento de las recompras de acciones, de los dividendos y de la actividad de fusiones y adquisiciones, que normalmente apoyan a los valores de menor capitalización, ya que suelen ser el objetivo de las empresas adquirentes.
Las empresas de menor capitalización también han obtenido históricamente mejores resultados en la fase de mitad de ciclo de una economía, la etapa en la que la inflación es más fuerte.
¿Cuáles son los riesgos?
Pese a ello, también hay, como siempre, riesgos para las perspectivas a corto plazo de las small caps. Un retroceso inesperado en la recuperación económica podría empañar estas perspectivas, por ejemplo, si las variantes de COVID-19 ganan impulso y vuelven a ser necesarias las restricciones.
Un aumento significativo de las expectativas de inflación y de los salarios que erosione los márgenes de beneficio podría ser asimismo especialmente amenazador, aunque ASI no ve este cambio inflacionario como permanente.
Por último, la perspectiva de que la reforma del impuesto de sociedades en EE.UU. conduzca a un aumento de los impuestos es un riesgo para estas compañías por la naturaleza de sus ingresos y su rentabilidad, más orientada al ámbito nacional.
Con todo, desde Aberdeen Standard Investments creen que los riesgos que se ciernen sobre las perspectivas de la renta variable de pequeña capitalización palidecen en comparación con la dinámica económica, las valoraciones relativas y las pautas históricas que la respaldan. Siempre hay razones para considerar las small caps como parte de una cartera de inversión bien diversificada, pero, ahora mismo, a medida que se acelera la recuperación económica post-pandémica y se avecina una mayor inversión en infraestructuras, observan posibilidades especialmente oportunas en esta clase de activos.