Existen señales tentativas de que se está deprimiendo el crecimiento global de la actividad económica, aunque, actualmente, la evidencia más clara proviene de datos poco sólidos, señala Aberdeen Standard Investments en un artículo reciente. A su juicio, esta visión se basa en la expectativa de que, en 2020, la incertidumbre política se moderará y la economía real se verá impulsada por el significativo apoyo brindado este año por la política monetaria. Sin embargo, cualquier recuperación en el crecimiento global “tendrá más forma de L que de V”.
Los motores fundamentales del riesgo geopolítico siguen ahí, limitando la inversión empresarial, y la eficacia de la política monetaria es menor que en las primeras etapas de la expansión actual. “De hecho, esperamos que las dos economías más grandes del mundo, Estados Unidos y China, se desaceleren aún más en 2020, lo que disminuirá el margen de mejora en aquellas economías que fueron mucho más débiles en 2019”, advierte.
Aunque los mercados han valorado la estabilización del crecimiento, la gestora no cree que hayan tenido en cuenta una recuperación moderada de la producción industrial y los ingresos empresariales. Por eso, espera ganancias futuras en el precio de los activos de riesgo según avance 2020.
La estrategia en mercados globales
A la hora de abordar los mercados globales, ASI identifica una “asimetría al alza” en algunas inversiones con mayor carry. “Los activos de riesgo se están recuperando y los diversificadores se están liquidando, pero los cambios en los datos ‘duros’ todavía parecen demasiado insignificantes para convertirse en un catalizador”.
Sin embargo, la dirección que ha tomado la información ‘blanda’ ha sido notablemente más positiva, ya que está aumentando el optimismo de que las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China disminuirán; la relajación monetaria de la Reserva Federal y otros bancos centrales ha sido sustancial; y se ha producido un repunte en algunos indicadores adelantados.
“Como inversores, nuestra pregunta perenne es si los mercados se han adaptado con precisión a estos cambios o si han superado la realidad económica”, señala la gestora al apuntar que su “proceso táctico” de asignación de activos ofrece una forma útil de considerar esto.
En ese sentido, en agosto, definieron su escenario de “desaceleración de final de ciclo” con un PMI global por debajo de 50, un crecimiento global del BPA algo negativo y una inflación básica en EE.UU. del 1,5%, sustancialmente por debajo del objetivo. “Eso estaba bastante cerca de la realidad económica en ese momento y, sin embargo, incluso en ese escenario, pronosticamos retornos para la renta variable solo un 5% menores”.
Por el contrario, su escenario de “recuperación moderada” comenzó a reflejar una subida de la renta variable del 10-20%, dependiendo de la región. Esa asimetría se había ido ampliando al tiempo que los inversores mantenían una mentalidad bajista (según encuestas como la AAII) y se posicionaban de manera bastante reacia al riesgo (encuesta BAML).
“Por tanto, el repunte del alivio que hemos visto ha coincido con la modesta mejora en la retórica comercial, la actual relajación de la política monetaria y los principales indicadores, que catalizaron una mejora en el sentimiento de los inversores”, dice la gestora.
De cara al futuro, considera que se debe evaluar si todavía existe asimetría o si el momentum adicional solo puede provenir de mejoras en los datos duros. Los economistas de ASI pronostican que el crecimiento se reducirá, pero que la recuperación puede adoptar más forma de L que de V; por lo que, para sus escenarios tácticos de asignación de activos, prevé “un entorno que se parezca más a una recuperación moderada”. Esto significa que el PMI global aumentaría un poco más, se regresaría a un modesto crecimiento del beneficio por acción (de un solo dígito) y habría una inflación levemente ascendente.
“Pese a que este escenario es más optimista que una desaceleración continua, el repunte que ya hemos visto nos hace pronosticar solo un aumento adicional del 5% en los mercados bursátiles de EE.UU., Japón y Europa en el corto plazo”. Si el crecimiento mejora, la gestora puede prever un potencial más positivo en las acciones del Reino Unido y los mercados emergentes (10-20%) debido a sus primas de riesgo más elevadas.
ASI considera importante destacar que la asimetría previa entre los rendimientos al alza y a la baja de las acciones se ha evaporado y, en esta etapa de la recuperación, ve más asimetría en sus previsiones crediticias que en las acciones. En ese sentido, cree que los spreads en el high yield y los emergentes siguen siendo justos y los retornos del carry están más respaldados por la flexibilización monetaria. “Como resultado, consideramos que estos mercados crediticios ofrecen mejores retornos ajustados al riesgo, a pesar de que continuamos beneficiándonos de cierta exposición a acciones en mercados particulares”.